De luto las innovaciones

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La noticia estremece y entristece. Nunca admitiremos el fallecimiento, sobre todo de aquellas personas buenas que tuvimos cerca. Así me sucede cuando leo varias veces una escueta nota en las redes sociales. Ha muerto Berta Pichs Madruga, quien acumuló una historia amplia de quehacer revolucionario.

Bertica, como le decíamos los que la queremos mucho (me incluyo), siempre saludó con cariño y con una facilidad extraordinaria entablaba una conversación, en la que nunca faltó su muy destacada labor de innovadora y especialista, recocida en todo el país, principalmente en la confección de piezas de goma.

Fue fundadora de la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores (Anir) y llevaba siempre en su mente y su sangre las soluciones técnicas para cualquier tipo de mecanismo, por complejo que fuera. Contaba una y otra vez los llamados de altos dirigentes de la nación para que se trasladara con rapidez a determinada industria. Y ella, toda orgullosa y humilde a la vez, acudía, analizaba y solucionaba el problema.

Bertica era Bertica, única por su empeño y voluntad. Durante años padeció enfermedades crónicas, pero siempre estuvo donde debía, sin quejas, con una sonrisa en los labios, elegante, comedida…

Tuve la posibilidad singular de contar con su amistad. Juntos fuimos invitados a la Segunda Conferencia Nacional de la Anir y pudimos dialogar mucho. Admiré cada una de las innovaciones que me contó, porque ella las engalanaba de manera excelente, con el mismo virtuosismo que el de una bella flor en primavera.

Quizás ─pienso yo─ no fue todo lo reconocida que mereció en vida, porque ─y vuelvo a pensar─ los cubanos somos malos para el elogio y la congratulación. Sin embargo, ella no se quejaba por eso; alimentaba su espíritu con lo que hizo como una profesional muy capaz.

“El trabajo de los innovadores es tan importante en la industria que podemos decir que sin ellos no es posible el cumplimiento. En estos momentos, cuando contamos con maquinarias obsoletas, hay constantes roturas de equipos, pero el presupuesto para nuevas inversiones es insuficiente. Por ello, realizar un análisis del estado de deterioro de las maquinarias en nuestras industrias nos movió a la constitución de un grupo multidisciplinario para el rescate y la optimización de todos esos dispositivos obsoletos”, expresó en una entrevista. Esa reflexión es uno de sus legados.

Después de 30 años de labor ininterrumpida y con su organismo dañado por las enfermedades dijo adiós al trabajo activo, el de todos los días. Sin embargo, no se retiró del todo, pues siguió con sus creaciones, asesoramiento, apego a las innovaciones.

Siempre fue la representante de la Anir en el Sindicato Nacional de Trabajadores de Industrias (SNTI), en Cienfuegos.

A Bertica no se le puede decir adiós, porque no lo merece. En este momento triste y de mucho sentimiento espiritual, cuando las innovaciones están de luto, solo le decimos ¡Hasta luego!, porque desde donde esté influirá para que los equipos no se detengan y el país avance.

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Ramón Barreras Ferrán

Periodista de la Editora 5 de Septiembre, Cienfuegos.

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