Cursos de verano de natación: playa, playa, ¿piscina?

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Apenas dos semanas atrás, eran tres los espacios en la ciudad dedicados a la enseñanza de la natación como parte de los cursos de verano del INDER: las playas del Círculo Recreativo Villena, la Laguna del Cura y la piscina de la EIDE. Sin embargo, esta última agotó el miércoles su cuota de milagrosa existencia y vació sus posibilidades de continuidad, dejando a flote, de momento, solo a las dos primeras.

El curso en la alberca de la EIDE naufragó a causa de las indisciplinas sociales: “la gente brincaba la cerca y se tiraba al agua con ropa y todo, explica Ricardo Navarro Salcínez, profesor del combinado deportivo No. 1. Acabaron con la cerca y se dio parte a la policía… y nada. Entonces el CPHEM la cerró.

“Comenzamos desde el día 2 y nos duró hasta el día de hoy (miércoles 13), continúa. Teníamos 25 niños, entre los cuatro y los nueve años. Valorábamos incluso la opción de establecer dos horarios, pues la matrícula seguía creciendo. Era un curso previsto para verano, con apoyo de una profesora de la escuela Mariana Grajales (Gisela Pérez Pérez)… Ahora no sé qué hacer; supongo esperar a que nos manden para la playa, aunque allá hay otros profesores”.

En principio, las reservas con relación a las playas respondían a las alertas de contaminación emitidas el durante el período estival anterior. Según declara Eduardo Alemán Bravo, metodólogo de superación de la Dirección Municipal de deportes, “el pasado año hubo problemas por esa causa; pero hasta ahora los especialistas del CPHEM no reportan ningún incidente relacionado con esto”.

 

MANTENERSE A FLOTE

Con la venia de dichos especialistas, la “Laguna del Cura” comparte ahora las funciones de aprendizaje y disfrute. “Conocimos del curso a través de la escuela, señala Gilberto Junco Sotolongo, uno de los padres. Es muy bueno y necesario; nadar es una habilidad importante para toda la vida. El niño ha avanzado mucho y llega de lo más contento a la casa”.

Lo confirma Pablito, su hijo de siete años: “mi papá trataba de enseñarme, pero él es muy mal profesor; ahora he venido a tres clases y ya aprendí a flotar. Con la ayuda de la maestra Wendy, pronto voy a aprender a nadar. Ella cada día nos enseña cosas nuevas”.

Al decir de Wendy Rodríguez Pérez, la profesora en cuestión, “esta playa no tiene las condiciones para desarrollar el curso con todas las de la ley, principalmente por la ausencia del muelle y rebosadero; de todas formas, nos adaptamos. Solo podemos trabajar de lunes a jueves, desde las ocho de la mañana y por espacio de una hora, pues el fin de semana el lugar se llena y eso nos hace difícil el trabajo.

“Programamos 27 horas clases y hoy tenemos 14 niños. Pueden sumarse todos los interesados, desde los dos años hasta adolescentes. Por tradición el curso era en Club; luego comenzó a trabajarse en el Círculo, en el “Mella”, en Playa Alegre y ahora aquí”.

“Es una muy buena opción durante los meses de verano, a mi nieta le encanta, comenta Sara Cárdenas Arencibia. Ya ella estuvo en el “Villena” con el profesor Leonardo cuando tenía dos años, allí adquirió confianza y hoy, como ya está más grande, ha aprendido cantidad”.

Un habitual en estas funciones es el profesor Leonardo Martínez, de vuelta al “Villena” tras dos años de misión en el extranjero. Sin embargo, no todo ha salido según lo previsto y, por demás, estará fuera varios días inmerso en las rivalidades del polo acuático de los Juegos Escolares, con sede en la provincia.

“Desde el 2008 hasta el 2014 estuve haciendo los cursos de natación aquí. Este año no lo aprobaron como lo solicité, de 8 a 11 de la mañana y a partir de entonces actividades recreativas con los niños en el agua; pero igual, hacemos lo posible.

“Los niños vienen a disfrutar de la playa con sus padres, los llamamos y si le gusta la clase, se quedan, insiste. Tratamos de enseñarle todo lo que pueden aprender en un día: flotación, sumersión, locomoción… Lo enfocamos en darles seguridad, en saber conducirse en el agua y si aparece alguno con las condiciones para los deportes acuáticos, lo captamos. Como puede participar toda la familia, en la clase anterior estuvieron incluso abuelos.

“Aquí las personas conocen de mi trabajo y respetan mi espacio; pero ya después de las once de la mañana es más difícil, por la afluencia de público. Por experiencias anteriores, en una semana los niños aprenden a nadar. Lo otro es darles continuidad”.

A pesar de los inconvenientes, el proyecto intentará mantenerse durante las vacaciones. “En cada combinado deportivo se realizarán las matrículas para el mes de agosto, pues ya las de julio están completas, señala el metodólogo Eduardo Alemán Bravo. Allí encontrarán toda la información necesaria”.

 

 

 

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Darilys Reyes Sánchez

Licenciada en Periodismo. Graduada en la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas en 2009

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