Cuba: Puntos de fuga en la Salud Pública

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Esta historia debió ser contada antes. Ha convivido con nosotros desde hace tanto, que dejamos de verla como algo transcendente. Comienza cuando los cubanos no logran desprenderse del sistema de Salud Pública nacional, pese a residir en el extranjero. Termina en un regreso sistemático hacia nuestras instalaciones sanitarias y en puntos de fuga que repercuten luego en quienes viven aquí.

Lo mismo acuden para recibir tratamientos estomatológicos o de oftalmología, consultar al especialista, adquirir medicamentos, realizarse pruebas de laboratorio e imagenología, o para intervenciones quirúrgicas por mínimo acceso. Sin embargo, las autoridades del sector en la provincia desconocen la existencia del problema. ¿Acaso no lo será?

Una encuesta publicada en la plataforma digital del 5 de Septiembre permitió comprobar cómo los nacionales residentes en el exterior emplean vías informales para acceder a nuestros servicios médicos. La tendencia en el voto apunta a la amistad con los galenos como principal condicionante; en menor medida: medicamentos baratos, bajo costo de la atención, calidad y estancia junto a la familia.

La nueva Ley Migratoria, en vigor desde 2013, divide el fenómeno en dos mitades circunstanciales. Anteriormente, algunos emigrados disfrutaban de los servicios al margen de lo establecido, auxiliándose a veces de su carné de identidad (CI) carente de validez. Desde hace tres años tienen el amparo de la más reciente legislación: “Se considera que un ciudadano cubano ha emigrado, cuando viaja al exterior por asuntos particulares y permanece de forma ininterrumpida por un término superior a los 24 meses sin la autorización correspondiente, así como cuando se domicilia en el exterior sin cumplir las regulaciones migratorias vigentes”. Quienes regresan antes del plazo mencionado, mantienen todos sus beneficios sociales.

El tema recibe otro tratamiento en naciones europeas. En España, por ejemplo, las personas que pasen más de 90 días en el extranjero encuentran dificultades para mantener su tarjeta sanitaria. La restricción vincula el “derecho a la asistencia sanitaria” al hecho de “vivir en España”; una vez pasado tres meses fuera, el ciudadano dependerá del cuerpo médico del país donde resida.

Las campanas suenan. En el marco de la actual legalidad, las fugas aparecen y se hacen constantes dentro del subsidiado sistema de Salud Pública en Cuba.

DESDE ESTA ORILLA

“Al irse del país no tienen por qué cortar los vínculos, pero si deciden permanecer en otra nación, por qué no utilizan el servicio de salud de allí, opina Jorge Luis Padrón Acosta, estudiante universitario. Los trabajadores aportan de su salario a la seguridad social, o sea: nosotros pagamos la Medicina; entonces quienes viven ‘afuera’ vienen a utilizarla gratis. Marchan de Cuba por la parte económica y regresan por temas de salud”.

“Igual sucede con los medicamentos… ¡para algo existen las farmacias en divisa! Dicen que las vitaminas cubanas inyectables son más efectivas y las compran aquí a un costo menor. ¿Y cómo quedo yo? No me parece bien”, expresó otra cienfueguera.

Lo más pertinente sería ajustarse al sistema creado por Salud para la atención a los visitantes foráneos, amén de la residencia “temporal” o permanente de los cubanos en otra nación.

“Solo con ver al paciente uno no sabe si vive en el exterior. Por ello, cuando llega a cualquiera de nuestras instituciones debe enseñar el CI y se deja constancia. En ocasiones confiamos en la persona, aunque no está reglamentado así”, explica el doctor Sergio García Cordero, funcionario de asistencia médica en Salud Provincial.

Por su parte, la doctora María Octavina Rodríguez Roque, vicedirectora general de ese organismo, comenta: “La Comercializadora de Servicios Médicos Cubanos (SMC) ofrece muchísimos programas: pueden venir a realizarle un chequeo al niño, a arreglarse la boca, a hacerse unos espejuelos, y más, pero quien no viva en Cuba tiene que pagar”.

Otro punto de vista aporta Isis Leyva Betancourt, directora de la sucursal de SMC en Cienfuegos: “Contamos con un grupo de profesionales acreditados (…) A los doctores del Hospital que atienden a un cliente extranjero, se les paga el 10 por ciento de cuanto ingresemos. Eso, al menos, constituye un incentivo, y al mismo tiempo representa una forma de evitar la ilegalidad. El resto pasa por nuestro propio control. Realizamos recorridos por el Pediátrico, la Clínica de Especialidades…; realmente es muy difícil”. En la práctica, tales acciones carecen de impacto.

Si el disfrute del sistema gratuito de Salud por quienes viven en el extranjero pudiera preocupar o afectar a la población —dado la escasez de recursos y el consiguiente gasto económico—, las inquietudes se acrecientan ante la salida de medicamentos por nuestras fronteras. Hablamos de cantidades considerables, máxime con la actual crisis de fármacos en el archipiélago, equivalente a un déficit mensual de 60 medicinas del cuadro básico en el primer semestre del año, de acuerdo con datos publicados por el sitio Cubadebate.

HUECOS EN LA LEGALIDAD

“Resulta frecuente, común, habitual…; incluso, es muy extraño que alguien salga de aquí sin medicamentos, si bien, con el tiempo, la gente se ha ido ajustando a las normas”, afirma Mariela Ruiz González, asesora jurídica de la Aduana en la provincia.

La Resolución 148 de 2004 del Ministerio de Salud Pública (Minsap) prohíbe a los viajeros internacionales exportar “medicamentos para uso humano, en número mayor de tres envases originales, con excepción de aquellos destinados a la continuidad de tratamientos”. Debe constar también “la certificación del centro de salud y la factura oficial correspondiente en el caso de los ciudadanos no residentes permanentes en el país”.

De igual modo se restringe la salida de muestras de sangre, vacunas, cepas de microorganismos e insumos médicos u odontológicos. No obstante, el alcance de dichas regulaciones todavía parece limitado, al existir un endeble control sobre el volumen de medicinas que el ciudadano puede llevar consigo. En términos de importación ocurre lo contrario, con una cantidad permisible de hasta 10 kilogramos (kg).

No solo impera cierto paternalismo, queda implícita la posibilidad real de extraer medicamentos de forma indiscriminada. El certificado médico avala al pasajero ante las autoridades aduaneras, sin importar si es verídica su enfermedad o si es resultado de una gestión informal.

Al respecto, “una carta circular del Minsap de 2009 especifica que ningún galeno puede recetar medicamentos por complacencia para sacarlos del país, comenta Misleydis Rodríguez del Rey Otero, funcionaria de Salud en el territorio. De hecho, el médico no puede prescribir más de la dosis requerida para un mes de tratamiento”.

Para García Cordero, el conflicto rebasa el marco de emigrantes y residentes, porque, “quienes no trabajan ni aportan a la seguridad social, esos que están en el Bulevar y tienen un nivel de vida superior al de cualquier trabajador, también disfrutan gratuitamente de los servicios. ¿Y cómo lo regulamos? ¿No hay manera?”.

No pocos matices convergen en un tema tan sensible para los cubanos. Los vacíos legales, la benevolencia de nuestro sistema social, el proceder ético del personal médico en vínculo o no con sus necesidades materiales y el desentendimiento de las instituciones implicadas desde las propias estructuras de base, dimensionan el problema, al extremo de consentir todo sin detenernos a cuestionar: ¿Es correcto, justo?…

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Roberto Alfonso Lara

Licenciado en Periodismo. Máster en Ciencias de la Comunicación.

24 Comentarios en “Cuba: Puntos de fuga en la Salud Pública

  • el 22 noviembre, 2016 a las 12:16 pm
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    Primero, muchas gracias a todos los lectores y a todos los comentarios, pues uno de los objetivos del equipo era mover el debate y opiniones habrá muy diversas sobre el tema. Por cuestiones de espacio y de objetivos del trabajo no es posible reflejar todas las aristas del problema, muchas de ellas discutidas por el equipo.
    Los medicamentos: ya las autoridades sanitarias pertinentes explicaron las causas del déficit de fármacos en la Isla, la salida de estas medicinas por las fronteras puede incidir aquí en mayor o menor medida, pero de lo que sí no dudamos es de que se maximiza el impacto de este fenómeno en un momento donde tenemos muchísimas faltas en nuestras farmacias, subsidiadas, sí, algunos más caros, otros más baratos, pero siempre asequibles.
    Por otra parte nunca fue nuestra intención establecer distinciones en cuanto a la ciudadanía, somos cubanos todos, pero en un momento algunos escogieron otros destinos. Sí creemos pertinente que si viven en otro país se acojan al sistema de vida de ese país, incluidos los servicios de salud. No creo que las mencionadas remesas justifiquen el disfrute de las gratuidades del sistema de Salud Pública de Cuba.
    Algunos de los comentarios mencionan también la aduana, los taxis, los restaurantes, las tiendas recaudadoras de divisa. ¿Y qué pasa con los millones de turistas que visitan la Isla? ¿Deberán tener ellos los mismos derechos por gastar su dinero aquí? Los canadienses, mayor turismo que llega a Cuba, tendrían las puertas abiertas en nuestros centros hospitalarios y de manera gratuita.
    En cuanto a la seguridad social, el importe del 5% por ciento responde a una legalidad reciente y cuyos resultados serán a mediano o largo plazo. Sin embargo, según nuestros análisis, los bajos salarios de los trabajadores cubanos se justifican con todas las prebendas sociales que recibimos quienes permanecemos acá, pues se deriva de ese propio salario. Ahora, sí es cierto que en nuestro sistema socialista hay también quien no aporta ni por concepto de salario ni por concepto de impuestos y también se beneficia de las gratuidades.
    La propuesta, lejos de prohibir que utilicen el sistema de Salud, con médicos de altísima profesionalidad, consiste en que, quien no viva en Cuba, se ajuste a las tarifas de la Comercializadora Servicios Médicos Cubanos, que aunque se cobra, el importe sigue siendo inferior al de la mayoría de las naciones.

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  • el 21 noviembre, 2016 a las 5:22 pm
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    Muy bueno el artículo y pasa por una realidad cubana muy delicada y que está afectando en la práctica a la población. No se trata de discriminar a ningún grupo humano, pero hay que notar que nuestras políticas sociales y migratorias pasaron de un extremo al otro; en cualquier país el ciudadano pierde los derechos de beneficio social mucho antes que en Cuba. Sabemos que un país como el nuestro, con un sistema socialista, no pretende privatizar nada ni mucho menos convertir la salud en una mercancía que se vende al mejor postor, sin embargo también hay que tomar en consideración que para poder ofrecer un servicio de calidad a la población, se necesita de recursos que lo garanticen. Si esos recursos se fugan en masa a un público que no debería ser el priorizado, se pierde la posibilidad de ofrecerlo a quienes más lo necesitan. Quien se fue del país buscando una mejoría económica no tiene la culpa de la situación interna ni de la externa, pero adquirir lo que quería, implica que pierde otras cosas. La calidad de los medicamentos cubanos es innegable, aunque algunos se empeñen en querer consumir los que le traen “de afuera”, pero no olvidemos que los medicamentos en otros lugares son una mercancía y si el paciente resuelve su problema con una baja dosis, ya no necesita más. No es el caso de Cuba, reflexionemos sobre eso…

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  • el 21 noviembre, 2016 a las 4:34 pm
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    ¡Hola! Para mí resulta un poco delicado este tema, pues creanme lo he sufrido en persona y lo triste es que en ocasiones uno tenga que pasar tanto para que sea atendido como nos lo merecemos, mucho más si se trata de algo tan doloroso, como es una operación quirúrgica y que sea tratado muchas veces en los pasillos y sin profesionalidad. Excelente artículo, muy a tono con estos tiempos, en los que se ha perdido la sensibilidad…, ¡claro está… no de todos los del EJÉRCITO DE BATAS BLANCAS!, todavía quedan muy buenos.

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  • el 21 noviembre, 2016 a las 11:11 am
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    Bueno, mi opinion es que todo ser humano tiene derecho a la salud, independientemente de donde sea. Yo no vivo en Cuba, no voy por tratamiento, y creo que es un gran error que con la remesa de cubanos se obtiene tanto dinero. Muchisimos cubanos lo que mandan, cuando mandan, es nada si ud. compara el costo de cualquier tratamiento en América: una inyección para cáncer es 7 mil dólares. Cuanto es Cuba, la comparación es muy desigual. Ahora yo tengo gran cantidad de medicinas para personas con cáncer, y quiero llevarlas para el hospital, pero en Aduana tengo que pagar y esto se contradice con lo que dice la reportera, yo no voy a traer, quiero llevar; me puede la reportera decir si esto es lógico.

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  • el 21 noviembre, 2016 a las 11:08 am
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    Interesante artículo, pero estimado periodista, en mi caso viajo frecuentemente a la Isla y gracias a Dios no soy de los aprovechados del noble y humano sistema de Salud de mi país, pero OJO al dato, creo que yo aporto más al PIB de mi país que muchos parásitos que están viviendo del cuento a diario dentro de Cuba; estimo que el 50 por ciento de mi salario anual lo dejo en las arcas de mi país, así que todo depende con el cristal con que se mire, estimado periodista… Gracias…

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  • el 19 noviembre, 2016 a las 2:11 am
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    Lo siento si repito algo dicho en los comentarios, pero son demasiado largos para leerlos.
    Es sencillo, esos cubanos que vienen a usar los servicios médicos, aportan más a la economía de Cuba (gastos aquí y ¡Remesas!) que el 99 por ciento de la población residente.

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    • el 19 noviembre, 2016 a las 12:02 pm
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      Pepe, en realidad no es así, pues 50 mil trabajadores de la Salud en las misiones aportan tres veces más dinero a Cuba que los 1,4 millones de emigrados juntos. Aunque no niego que los emigrados aportan divisas frescas con las remesas, no creo que debamos sobrevalorar su importancia.

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      • el 19 noviembre, 2016 a las 8:24 pm
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        ¿De verdad, Juan? Debe ser debido al petróleo por médicos de Venezuela, pero eso está en peligro. Porque la otra fuente grande son los de Brasil. Y sacando cuentas, 11 mil médicos aportan dos mil dólares mensuales cada uno. Eso da unos 260 millones al año. Parece mucho, pero la mayor parte la debemos al propio Brasil por el puerto del Mariel. Las remesas pueden llegar a dos mil millones al año. Pero cuando hablaba que aportaban mas que el 99 por ciento de la población, dejé en el 1 por ciento a los médicos.
        No estamos acostumbrados a esas cuentas. Sin embargo, seguro que si prohibimos tratarse a los emigrados, Cuba perderá dinero.
        Jejeje, y ya echarle la culpa de la falta de medicamentos es simplemente una tontería.

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  • el 18 noviembre, 2016 a las 11:45 pm
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    Álgido el tema. Cuando viajo a Cuba, tanto yo como el resto de los cubanos que radicamos en otros países, pagamos un seguro médico, yo jamás lo he usado y me atrevería a asegurar que la mayoría no gravamos el país con costos de atención médica; viajamos por pocos días y el tiempo lo dedicamos a la familia, pasear y no para el médico (reconozco que algunos sí lo hacen por este motivo), pero son los menos; sin embargo, si de costo se trata, puedo decirles que la empresa cubana más rentable no puede competir con las remesas de los cubanos en el exterior. Aportamos a la economía como no aportan la mayoría de los cubanos en el país, sin contar que solo el pasaporte nos cuesta $ 800 dólares, más lo que dejamos en la Aduana, así como en los lugares que visitamos. El aporte de un cubano residente en el exterior es superior a cualquier costo médico que pueda tener en el país y aclaro que todos pagamos a Cuba un seguro médico, nos enfermemos o no. Sobre los medicamentos es lo mismo, ingresamos más del que sale, la mayoría de los que se atienden en Cuba son viejos que salieron y han beneficiado más que perjudicar, por que hoy no son carga para la seguridad social cubana, solo con ciudadanía española hoy viven en USA miles de viejitos cubanos que sin trabajar nunca en este país, reciben dinero, cupones de alimento y seguro médico.
    El problema de Cuba no radica en los cubanos que viven en el exterior, está en los miles que no trabajan y viven de los que trabajan; den una tarjeta de salud a los que trabajan para que reciban gratis los beneficios y cobren a los que no trabajan todas las bondades que hoy disfrutan y verán aumentar la producción y el bienestar. No estoy justificando al que ingrese a Cuba para beneficiarse de sus sistema de Salud, pero esto pasa por el descontrol, como en todas las esferas de la producción en Cuba, que hay miles de salideros.

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  • el 18 noviembre, 2016 a las 11:06 pm
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    Una pregunta: ¿en la carrera de Periodismo no enseñan estadística?, ¿qué pocentaje de los ciudadanos de Cienfuegos acceden al sitio de 5 de Septiembre? La encuesta que realizan vale nada, pues no es con una muestra representativa y los periodistas como formadores de opinión, deben ser cuidadosos en el origen de sus datos.
    Lamentablemente en la edición en papel no hay comentarios y es la que leen la mayoría se las personas y entonces no hay debate como aquí. ¿Qué te procupa? Me da la impresión que no es el cubano que trabaja afuera y se atiende cuando va a casa y se lleva unos PPG para su tratamiento, me parece que es algo más grave por los que se pican los funcionarios de Salud y es que es voz populix que se relizan operaciones y tratamientos de todo tipo por la izquierda y si es eso decirlo de frente es lo mejor.

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  • el 18 noviembre, 2016 a las 8:12 pm
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    Realmente el artículo trata de inclinar a un lado el análisis de esa situacion, digamos al lado mas incómodo, no del lado del debate, sino del lado de la division, estableciendo diferencias entre personas de un mismo origen nacional discriminando a los propios y dejando fuera sin siquiera mencionarlos a los miles que sin pagar un centavo, usan esos servicios y que no son cubanos ni estan protegidos por la Constitucion o por la Ley Migratoria, realmente son personas sin recursos económicos en sus países, muchos de ellos despojados de ese derecho humano por siglos, pero aquí sí pueden gozar de los servicios; hemos puesto esos ejemplos de altruismo de Cuba innumerables veces en cada órgano de prensa en este país y ahora queremos hacer lo contrario con nuestros propios hermanos de sangre, tenemos para compartir con aquellos que nacieron bajo otra bandera y queremos marcar, discriminar y excluir aun cuando cumpla con los preceptos legales y siga siendo ciudadano y residente cubano por tambien vivir en otro pais es eso justicia, igualdad y fraternidad o son otros los motivos que tenemos para negar esos servicios contra esos cubanos, ¿es esa la nueva cruzada para dividirnos? ¿porque seguir fomentando la división? Mal o bien intencionada, los que se fueron dejaron de ser seres humanos o son ex cubanos, ahora imitamos lo que en su momento hicieron contra esos que ayudamos aquí de clases muy humildes sin cobrar un centavo y sin que tampoco previamente hayan pagado nunca ni un centavo a la Seguridad Social en Cuba, cuestion que algunos emigrados excluidos legalmente de estos servicios sí han hecho. Gracias.

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  • el 18 noviembre, 2016 a las 3:30 pm
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    Realmente, hay argumentos que respeto y comprendo, pero no coincido. Por eso pregunto, si acaso en otros contextos, como México (por citar un ejemplo), donde el volumen de remesas que entra a ese país es muchísimo mayor al que ingresa en Cuba (que también es significativo, lo reconocemos), los mexicanos residentes en el exterior pueden hacer uso del sistema de salud sin pagar nada. No, verdad? No es cuestión de ser más o menos cubanos, es cuestión de ser justo, que es ponerse en la posición de quien menos tiene, incluso de ese que ni siquiera tiene familia en el extranjero que le mande una remesita y depende de lo poco de aquí. Gracias por los comentarios lectores.

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    • el 18 noviembre, 2016 a las 6:35 pm
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      Estimado Roberto, aunque no coincido en la primera mitad del artículo (sobre la fuga de medicina, sí), permítame exponer mi punto de vista sobre el trabajo, y de paso, dejarle la puerta abierta si desea realizar alguna pregunta a los cubanos que residimos en el extranjero, que considero, debiéramos haber tenido un espacio en las opiniones citadas en su trabajo.
      Primero, dejar explícito lo que en nuestra Constitución está refrendado respecto al derecho a la salud: “artículo 43o.- El Estado consagra el derecho conquistado por la Revolución de que los ciudadanos, sin distinción de raza, color de la piel, sexo, creencias religiosas, origen nacional y cualquier otra lesiva a la dignidad humana: … reciben asistencia en todas las instituciones de salud; … “. Eso incluye no solo a los nacionales que residan en el exterior, sino incluso a extranjeros que no residan en el territorio nacional, la Revolución siempre ha reconocido el derecho a la salud como un derecho básico del ser humano, y considero que ha sido uno de los pilares fundamentales durante más de cinco décadas.
      Pero coincido en el punto de vista de que no es justo que todos tengan “derecho” a recibir un servicio al cual muchos no aportan. Pero a diferencia de las personas citadas en su trabajo, yo considero que los que no residimos en la Isla sí aportamos a la economía nacional, a diferencia de una clase social en Cuba, desgraciadamente bastante abundante, que no trabaja ni estudia, y vive de los “generosos” servicios sociales del país (la libreta de abastecimiento, la salud gratuita, etc.). En defensa de los cubanos que residimos fuera, le recuerdo que aunque no existen cifras oficiales en la ONE, las remesas familiares que se envían a Cuba suponen un renglón significativo de entrada de divisa al país, por encima de muchísimas otras actividades económicas, por lo que nos convierte prácticamente en los mejores “contribuyentes” a nuestra maltrecha economía. A eso, se le pueden sumar los astronómicos precios de los servicios migratorios y consulares que tenemos que afrontar (antiguamente el permiso de salida, las prorrogas mensuales, y aún hoy el desproporcionado precio de los pasaportes y sus actualizaciones). Se puede agregar, además, la suma de dinero en efectivo que el residente en el exterior lleva consigo al país durante los viajes que se atienda en el sistema de Salud cubano, que aunque no pague directamente en una entidad del MINSAP, es divisa que queda circulando en la Isla. Mi opinión, muy subjetiva, es que no todos los que visitan la Isla hacen uso del sistema de Salud, al menos este servidor nunca lo ha hecho, porque no lo he necesitado.
      Sobre los sistemas de Salud en el extranjero, considero desafortunada su comparación, porque si tuviésemos un sistema como el español, creo que no necesitaríamos una Revolución en Cuba, total, pudiésemos hacerlo todo como “funciona” el resto del mundo, ¿no cree? Tratar de justificar nuestros problemas, con el cómo lo hacen en otras geografías, nunca es una solución feliz. No le puedo decir como funciona España, pero al menos en la República Checa el sistema de salud me ampara mientras pague el seguro médico, y pagarlo es una obligación, así que todos los residentes en este país, en caso de no pagar su seguro social, se exponen a un incumplimiento legal. El empleador cubre el seguro social y médico de sus empleados, y en caso de quedar desempleado, esos servicios son cubiertos por la oficina de trabajo en los plazos y condiciones estipuladas por la ley. Los hijos quedan cubiertos por los padres. Mi esposa, por ejemplo, vivió conmigo un año en la Isla, con un seguro de turista, pero nunca perdió los beneficios del servicio de salud de su país.
      Personalmente creo que la fuga de nuestro sistema de Salud no está en los cubanos que residimos fuera, sino en que muchos de los residentes en la Isla no es sólo que no aportan a la economía ni a la sociedad, sino, como expresé más arriba, viven “recostados” a los servicios estatales. Yo defiendo el derecho a la salud gratuita de todos los ciudadanos, pero también considero que es indispensable que los ciudadanos cumplan sus deberes para con el país y la sociedad, y los que estamos “afuera” estamos obligados a cumplirlos para entrar en la Isla, no así los que residen en la Isla (quiero aclarar que no generalizo en mi opinión, me consta que muchos cubanos dentro del país trabajan y cumplen con sus compromisos, pero los que no lo hacen, viven impunes) y su artículo viene a poner los platos rotos del lado de acá.

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  • el 18 noviembre, 2016 a las 2:22 pm
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    A ver, a ver, a ver, yo no sé otros cubanos, pero yo mando mensualmente para Cuba como mínimo 100 CUC, o sea, 2500 pesos, todos los meses mínimo, y ese dinero es para que mi familia se lo gaste allá adentro, divisa fresca contante y sonante, de qué están hablando en ese artículo. Buena parte de la salud pública cubana gratuita también la pagamos los cubanos en el exterior con nuestras remesas.

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    • el 18 noviembre, 2016 a las 3:54 pm
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      A ver, a ver, a ver, Uncubano. Te escribe otro cubano que empieza por aclarar que no son todos, por fortuna. Pero al son de las remesas que se reciben de allá ha prosperado acá una lacra social que más repugnante y miserable no podía ser: la del vago, el vividor y el cuentacuentos que vive a costa del que anda jod… endose y partiéndose el lomo allá, muchas veces haciendo overtime para saciar a los vaciladores de acá. Hijos para con sus padres (el menor de los problemas, aunque no falta quien vive a coste del hijo de allá que manda dinero) ,y padres para con sus hijos acá. Este es el que más daño hace, porque muchas veces quienes envían piensan que el dinero se está usando en causa justa y buena, cuando acá lo dilapidan y muchas veces en asuntos para nada ortodoxos, en el mejor de los casos para ostentar. Ojalá, Uncubano, no sea el tuyo el caso y esos 100 USD que envías mensualmente los de aquí lo usen para cosas de provecho, reforzar su alimentación, comprar medicinas que faltan y hacer más llevadera la vida de tu familia del lado de acá. Me alegro por ti si es así, pero hermano, me conduelo también por la cifra tampoco despreciable de quienes, o no tienen a nadie del lado de allá (eso de que no hay familia en la que no haya alguien del lado de allá es un mito viejo), o peor, de quienes teniendo no reciben nada de allá. Te aclaro, yo estoy en el bando de los que regularmente recibe un dinero que se gasta íntegro en su madre, no lo chulea, como repito, hacen muchos otros sin andarse con miramientos por el que allá prácticamente no vive, trabajando como un congo para complacer gustos y placeres a vagos del lado de acá. Por lo demás, me parece que el trabajo que ha movido este debate tiene un montón de aristas que sería imposible abarcar no ya en un periódico, ni siquiera en las ediciones de varias Bohemias. Un saludo y felicitaciones a los autores del artículo.

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  • el 18 noviembre, 2016 a las 1:56 pm
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    Creo que la comparación con el sistema de Salud español me parece tomado muy a la ligera y superficialmente ya que aunque se unen en algunos puntos tienen grandes diferencias que se hace dificil tratarlas todas en este simple comentario, decir que un español pierde su cobertura a los 3 meses y el cubano en 24 es simplista. Primero que todo el español para perder su cobertura médica no podrá tener vínculo laboral o no cobrar ninguna de las diferentes prestaciones del gobierno. Pero además todo español en cuanto decide residir nuevamente en territorio nacional recupera su cobertura sanitaria y aquí está la gran diferencia ningún ciudadano español necesita solicitar un permiso de residencia en su propio pais, con tan sólo un tramite de 5 minutos y gratuito llamado empadronarse retomar ese derecho. Porque ni el propio Felipe VI puede decidir si un español puede o no residir en España. Creo que lo más importante que debe quedar claro que ninguno de los dos sistemas es gratuito y que como los españoles pagan el suyo, cada cubano aporta al nuestro y unos en más medida que otros pero al final todos deberían poder difrutarlo de la misma manera.

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  • el 18 noviembre, 2016 a las 1:10 pm
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    Felicito a los autores del artículo. Sin embargo, existe un desbalance, pues solo publicaron criterios contrarios a que los cubanos que residen en el exterior se atiendan en Cuba. Por qué no colar opiniones contrarias? La idea es hacer ver que casi todo el mundo está de acuerdo con negar la atención médica a los emigrados?
    Cuestiones quedaron en el tintero. Vincular el derecho a la atención médica al aporte (seguridad social) que los residentes en la Isla realizan es un argumento débil. Como media, las personas pagan un 5% de sus salarios para la seguridad social. Pero no todos los organismos aplican esa política. Además, el 5% del salario medio en Cuba es una cantidad mínima. Por otro lado están las remesas que los emigrados mandan. Muchas personas reciben cantidades que triplican el salario que el Estado paga. Por lo tanto, no se puede decir que los emigrados no tienen derecho a ser atendidos porque no aportan. Aportan y mucho. Son miles de millones de dólares los que Cuba recibe por concepto de remesas. Y casi todo ese dinero va a parar a las arcas del Estado.

    Conozco a amigos que van a Cuba y se atienden. Ninguno se ha hecho una súper operación o se ha puesto un marcapasos. No lo veo mal, porque las varias penurias de nuestro sistema de salud pública no pueden ser atribuidas a los cubanos de afuera que ocasionalmente van a tratarse. Además, muchos de ellos dieron su juventud, sus conocimientos al país.

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  • el 18 noviembre, 2016 a las 10:54 am
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    Gracias a todos por los comentarios, ellos enriquecen el tema y eso fue también parte de nuestro objetivo periodístico.

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    • el 21 noviembre, 2016 a las 4:46 pm
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      ¡Hola! En mi anterior comentario se me adueñó el dolor…, pero ahora quiero, por favor, porque no encuentro otro espacio más oportuno que este para hacerles llegar a TODO EL PERSONAL DE LA SALA DE LEGRADO QUE ESTUVO EL VIERNES 11.11.2016, EN EL QUE ME REALIZARON UN LEGRADO DIAGNÓSTICO PARA PODER OPERARME POSTERIORMENTE, MI RECONOCIMIENTO POR EL AMOR CON EL QUE HACEN SU TRABAJO. DESPUÉS DE TANTO TIEMPO FUI TRATADA MUYYYYYYYYYY BIEN, DESDE EL PERSONAL DE LA LIMPIEZA, LA ENFERMERA QUE ESTUVO A MI LADO DESDE QUE ENTRÉ A SU CUBÍCULO HASTA QUE ME SACÓ ELLA MISMA Y ME ENTREGÓ A MIS FAMILIARES, LA DOCTORA QUE SIENTO MUCHO NO SABER SU NOMBRE, DE LA ANESTECISTA QUE SE PREOCUPÓ MUCHO DEBIDO A UNA COMPLICACIÓN QUE TUVE, PERO QUE NO ME DEJÓ IR HASTA QUE ME VIÓ TOTALMENTE RECUPERADA. LLEGUEN A ELLOS MI AGREDECIMIENTO Y SATISFACCIÓN POR HABER SIDO ESE DÍA YO LA PRIVILEGIADA DE HABER ESTADO EN SUS MANOS. Gracias a ustedes los periodistas, que nos hacen llegar estos artículos muy buenos, que le hacen a nuestra sociedad llegar a reflexionar. Saludos.

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  • el 18 noviembre, 2016 a las 9:28 am
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    Estimados lectores, no refuto sus criterios. Es cierto que resulta un tema sensible para los cubanos donde quiera que estén, pero creímos que era oportuno suscitar el debate. Por eso, hace casi tres semanas publicamos la encuesta en nuestro sitio, con la intención de conocer por dónde iba, más o menos, la opinión de la gente. Tras ese tiempo, valorando cómo se comportaba la encuesta, nos propusimos realizar el reportaje, con el riesgo que entrabaña presentar un fenómeno tan complejo y con aristas casi infinitas. Esa sincronía a la que se alude resulta bastante cuestionable para nosotros, “pura coincidencia”. Pero igual, toda visión que se aporte es válida. Es bueno que se hable y polemice al respecto. Tampoco fue nuestro objetivo, ofrecer una imagen dividida de los cubanos (pero la realidad es que unos viven en Cuba y otros fuera de Cuba, cómo enfocarlo entonces?). Nosotros igual creemos que el cubano es y será cubano con independecia de dónde viva y cómo piense, e intentamos cuidar ese sentimiento en el trabajo. Por último, apuntamos a la legalidad y la cuestionamos, porque si es cuestionable lo es, aunque sea ley. De verdad, creemos que se trata de un tema que merece ser mejor regulado y esa fue la tesis que defendimos. Pero repito, es muy complejo, demasiadas aristas y sensibilidades de por medio. De cualquier forma, consideramos que era oportuno llevar de algún modo el tema a la agenda de los medios. Muchas gracias a todos por sus opiniones.

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  • el 18 noviembre, 2016 a las 1:09 am
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    El reportaje es interesante, pero no habla de la enorme cantidad de extranjeros que van a Cuba gratuitamente a tratarse la salud con el viaje y la estancia pagados por Cuba, con su familia, y de los cuales he tenido referencias aquí en Miami y en Sarasota a través de familiares latinoamericanos, africanos y del Oriente Medio que viven aquí; son miles, no son ni uno ni dos. Y están eternamente agradecidos de lo bondadoso que es el gobierno cubano. Yo creo que merecen ser incluidos en el artículo.

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  • el 17 noviembre, 2016 a las 9:28 pm
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    Es interesante cómo varios medios se hacen eco de la misma “noticia” o “estudio periodístico”, no sé si se debe a la sincronía aleatoria entre varios “profesionales” del sector, o ahora trabajan en sindicatos compartiendo o copiando el trabajo de otros. Casualmente en un margen menor de una semana, este tópico se ha convertido en “Trending” entre varios servicios digitales como son Cibercuba (“Viven en la Florida, pero se atienden en hospitales de Cuba”); Cubanet (“Vivir en Miami y curarse en La Habana”) y 5 de Septiembre (Cuba: Puntos de fuga en la Salud Pública). Diferentes titulares para la misma problemática, y desgraciadamente, fuera de la crítica constructiva o imparcial, todo lo contratio, aunque en muchos casos es entendible que sigan guiones para poder ser publicados. Pero bueno, fuera del profesionalismo de los “autores”, veamos otra óptica del mismo problema.
    Lo primero que me llama la atención, es cómo los cubanos tendemos a clasificarnos y dividirnos por donde estamos o vivimos y olvidamos que, en Cuba, como en todos los países, hay una Constitución que define con lujo de detalles quien es, o no, ciudadano de la Isla. Permítame citar el artículo de 5 de Septiembre: “Se considera que un ciudadano cubano ha emigrado, cuando viaja al exterior por asuntos particulares y permanece de forma ininterrumpida por un término superior a los 24 meses sin la autorización correspondiente…”. Ese ciudadano que salió del país, y regresa al país en el marco establecido, cumpliendo con la ley vigente y manteniendo su legalidad en la Isla, aporta un porcentaje importante de los ingresos particulares y estatales, porque sí, no aporta a la seguridad social directamente, pero lo que aporta entre los impuestos de Aduana y toda esa transferencia directa de capital cuando paga en efectivo por cada uno de los servicios que adquiere en la Isla, taxi, comida, entretenimiento, es mucho más que lo que el ciudadano promedio aporta a la seguridad social en toda su vida de trabajo. Como siempre, empiezan a usar ejemplos de países como España, que no tienen, con diferencia, una situación social y económica similar a la nuestra; eso me recuerda cuando en las noticias en Cuba nos comparamos con países de África o con el mismo Haití, recuerden que para las comparaciones tengan algún sentido, debe basarse en los mismos patrones. No veo en el artículo cómo es posible que ese ciudadano que va una vez cada dos años puede “resolver” esa cantidad de medicinas, o porque muchos medios “priorizan” el que le lleva el regalito, o cómo es posible que adquieran en la calle medicamentos de uso controlado. Entiendo la preocupación en un sistema de Salud cada vez más complicado, donde se complica cada día más el acceso a un médico, y no es precisamente porque está atendiendo a el “del regalito”, pero estos artículos tratando de mostrar un problema, creo, que solo muestran del río, una de sus vertientes. Estoy seguro que el tema del artículo sería otro si nuestro sistema de Salud no estuviera en la situación que esta, donde los médicos y los farmacéuticos necesitan en muchas ocasiones del “regalito” para aligerar el diario.

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  • el 17 noviembre, 2016 a las 2:00 pm
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    Un interesante trabajo de investigación periodística, el cual, como bien especifican sus autores, lleva algún tiempo conviviendo con nosotros.

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