Cuba expresa en Tokio el resultado de otra de sus grandes conquistas

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Orgullo, un orgullo inconmensurable corre jubiloso entre el pecho y el cerebro de quienes amamos a nuestro país.

La bloqueada con saña; la Numancia de la actualidad; el punto negro en el mapa expansionista de EE.UU.; la atacada hasta el delirio por imperialistas, siervos anexionistas, cubano-americanos de retórica sangrienta a favor de una invasión a su propio país, “confundidos”, cobardes y tontos útiles a la Casa Blanca que pululan en el escenario digital, le ha demostrado otra vez más al planeta que más que un “estado fallido” esta es una Isla gigante e incomparable.

En vez de encontrarse deshonestamente incluida en listas manipuladas hechas por su enemigo eterno, Cuba -de existir justicia en un mundo que parece perderla entre las aviesas decisiones y mentiras continuadas de los poderosos-, debía estar situada en todas las listas de mérito de la historia y del presente.

Los atletas antillanos han situado al país, nuevamente, a la vanguardia de la élite olímpica; y ello en medio de una pandemia atroz que en el caso de este país acosado, tercermundista y de herencia neocolonial afectara con fuerza a su economía, e influyera además en el escaso fogueo internacional de sus deportistas.

Cuba, por arriba en el medallero de potencias y naciones desarrolladas, confirma en Tokio el éxito de una política gubernamental, de una voluntad política instaurada por Fidel y continuada por Díaz-Canel.

La nación expresa, a los ojos del mundo, otra de sus grandes conquistas sociales a través del deporte. A través del deporte revolucionario al servicio de todos: de blancos, negros, sin distinción alguna de raza o de nada. A través del deporte como posibilidad real de superación del ser humano, al alcance de toda una sociedad.

Orgullo, infinito orgullo nos abraza a quienes amamos y no odiamos, en este minuto de gloria para la Patria, para los nuestros. Lo conseguido en los Juegos Olímpicos de Tokio constituye una heroicidad, pero también la consecuencia de quiénes somos.

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Julio Martínez Molina

Licenciado en Periodismo por la Universidad de La Habana. Periodista del diario 5 de Septiembre y crítico audiovisual. Miembro de la UPEC, la UNEAC, la FIPRESCI y la Asociación Cubana de la Crítica Cinematográfica

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