Constituyen en Cienfuegos red de fortalezas militares de Cuba

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Nueve fortificaciones defensivas cubanas pertenecen ahora a una red nacional creada en Cienfuegos. Cubafort, une a los principales bastiones en una alianza para preservar y estudiar el patrimonio militar construido.

Especialistas en museología y patrimonio en ciudades con fuertes construidos entre los siglos XVI y XIX, conformaron esta red de fortalezas militares de Cuba, constituida bajo la tutela del Consejo Nacional de Patrimonio.

Con génesis en Cienfuegos, la idea que fuera apoyada por el Gobierno provincial acogió la cita fundacional en la fortaleza Nuestra Señora de los Ángeles de Jagua, donde quedaron definidos preceptos y principios de funcionamiento.

Representantes de fuertes como Matachín, en Baracoa; San Pedro de la Roca, Santiago de Cuba; San Severino, en Matanzas; y las habaneras Morro-Cabaña, el Príncipe, Atarés, San Salvador de la Punta, el Castillo de la Real Fuerza, junto a los anfitriones, se integraron a esta unión.

Marisol Otero Alvarez, al frente del Proyecto del Centro de Gestión del Patrimonio en el archiconocido Castillo de Jagua, y coordinadora de la recién fundada red, enuncia entre sus objetivos, la necesaria unidad y constituir “un embrión para futuros proyectos de desarrollo local como el que ejecutamos aquí mediante el programa Plataforma Articulada para el Desarrollo Integral de los Territorios (Padit), también para el intercambio de conocimientos, de investigaciones acerca de la arquitectura militar, además de promover la labor de los museos radicados en la fortalezas, hoy con uso sostenible para el desarrollo.

Con una mirada más amplia, también necesitamos sostener nexos con el Caribe, porque todo este sistema de fortalezas militares erigido a instancias de las Cortes de España y la escuela de Matemáticas de Barcelona, tuvo entre sí objetivos comunes, y hoy tenemos proyectos de trabajo, de investigación, desarrollo, e incluso de promoción para la educación, el turismo y otros aspectos de la sociedad”, añadió la coordinadora de Cubafort.

Según la especialista, se trata de “suplir una necesidad de integrarse en una red para propiciar el conocimiento, que hemos abordado desde muchas aristas. Y que no debe quedarse aislado. Debemos compartirlo, profundizar también en el sistema defensivo, en la poliorcética* de aquel momento, porque es un atractivo para el visitante de hoy, a quien uno pueda explicarle por qué se construyó, por qué los ángulos de las aspilleras, cuál era el alcance de las armas.

Eso es lo que el visitante llega buscando en la fortaleza”, independiente de su arquitectura, el conocimiento, la cientificidad alcanzada por su equipo técnico, y todo eso podrán lograrlo a través de Cubafort, cuyos primeros resultados revisarán en 2019, durante la cuarta edición del taller de fortalezas militares y museología en el castillo matancero de San Severino.

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