Concluida primera fase de ensayo clínico con células madre

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Como «alentadores» califica la doctora Odalis María de la Guardia Peña, especialista en segundo grado en Inmunología, los resultados preliminares obtenidos al concluir la primera fase del ensayo clínico para emplear células madre en pacientes que sufrieron lesiones pulmonares por la COVID-19.

El estudio, desarrollado desde el mes de mayo en el Instituto de Hematología e Inmunología (IHI), busca eliminar o disminuir las lesiones inflamatorias intersticiales o fibróticas pulmonares, posteriores a la infección.

La también Máster en Enfermedades Infecciosas y Jefa de Servicios Externos del IHI, explica que la investigación tendrá un gran impacto «si, como esperamos, la terapia con células madre da resultados positivos en estos pacientes con alteraciones pulmonares POS-COVID-19».

«De ser efectivo el tratamiento, se generalizaría a todo el país y mejoraría la calidad de vida y capacidad respiratoria de estos pacientes», dice con el entusiasmo de quien cumple la misión más importante del mundo: salvar vidas.

EL PULMÓN, ÓRGANO «DIANA»

De la Guardia Peña comenta que, aunque las afectaciones provocadas por el SARS-COV-2 son disímiles (cardiovasculares, en el riñón, en el cerebro, el sistema vascular, en miembros distales o inferiores, y otras); el órgano «diana» en el caso de la COVID-19 es el pulmón, en el cual los pacientes pueden presentar afectaciones tanto durante la enfermedad como una vez recuperados, lo que es estudiado a nivel internacional.

«Hemos detectado casos, específicamente en los pacientes cubanos, que han presentado este tipo de afectación, sobre todo los que han sufrido evoluciones más tórpidas. Entre las personas visitadas para el estudio, se encontraron casos de alteraciones pulmonares importantes, que es la más frecuente, pero quizá no sea la más grave», detalla la especialista.

LA CAPTACIÓN PARA EL ENSAYO

«Esta consulta de captación fue atípica, pues se realizó en el terreno, visitando las viviendas de los pacientes recuperados», nos explica la doctora, al tiempo que describe que los candidatos debían cumplir con determinados criterios para la inclusión.

Era imprescindible que tuvieran una edad entre 18 y 70 años, de cualquier sexo, haber cumplido 30 días después de contraer la COVID-19, tener un PCR negativo en el momento de la captación y haber presentado manifestaciones respiratorias desde el inicio de la enfermedad.

Además, buscaron a quienes presentaron una evolución más tórpida, de más de 20 días en una institución hospitalaria, con necesidad del uso del oxígeno o la ventilación asistida, en estado grave o crítico, o con necesidad del uso de algún aerosol como tratamiento.

«Se visitaron más de 130 hogares durante casi tres meses, de mayo a junio; y fueron entrevistados 141 enfermos, de ellos se estudiaron unos 50. En el ensayo se incluyeron 20 pacientes, que era la cantidad determinada», nos informa.

SECUELAS PULMONARES

«Durante la investigación, se apreciaron las diversas secuelas de la COVID-19, aunque la más frecuente fue la afectación pulmonar. En algunos casos, incluso, se detectó la aparición de signos de fibrosis pulmonar, afectación que no llega a corregirse totalmente, y que solo puede tratarse para aumentar la capacidad pulmonar y mejorar la calidad de vida», argumenta la Jefa de Servicios Externos del IHI.

«El estudio aún continúa en proceso. Ya terminó la primera parte, pero falta un tiempo para realizar la evaluación final del enfermo. Lo que podemos decir es que, hasta el momento, estamos muy contentos con los resultados que hemos observado, estos son alentadores», destaca.

HISTORIAS IMBORRABLES

–¿Recuerda alguna historia que la impactara?

–El primer día que salí a realizar la captación, llegué a casa de una paciente que, cuando abrió la puerta, presentaba una franca dificultad respiratoria apreciable a simple vista.

«Realizamos el interrogatorio y nos percatamos de que esa dificultad la mantenía diariamente, luego de cinco semanas de haber sido diagnosticada con la COVID-19 y a 15 días de ya tener PCR negativa.

«Este caso fue significativo porque nos percatamos de las secuelas que pueden tener los enfermos, quienes luego de pasar la enfermedad, estar de alta y cumplir todos los tratamientos, aún pueden presentar síntomas por un tiempo prolongado.

«En otra ocasión, un paciente nos recibió efusivamente, pues estaba agradecido de que seguiría siendo atendido, de que se le iba a dar un seguimiento, algo muy frecuente en los demás casos. Esa actitud nos confirmaba que los pacientes visitados aún sentían malestares, a pesar de estar rehabilitados y de alta médica».

USTED PUEDE SER ASINTOMÁTICO O PUEDE MORIR

«Usted puede contagiarse y ser asintomático o desarrollar los síntomas más graves de la enfermedad y morir. Eso es azaroso, nadie lo sabe ni lo puede controlar», alerta la especialista, para quien la importancia de cuidarse debe estar permanentemente en nuestra conciencia, pues cualquiera de nosotros puede desarrollar la forma más agresiva de la COVID-19.

«Me sumo a todo lo que dice el profesor Durán todos los días a las nueve de la mañana, de cómo hay que mantener y cumplir las medidas: el uso del nasobuco, el lavado de las manos, los pasos podálicos (alfombras embebidas en hipoclorito al 0,5 % a la entrada de áreas comunes), el distanciamiento social, y la disciplina colectiva.

«La población debe cuidarse de forma personal, en la responsabilidad individual está el éxito contra la pandemia», concluye.

TRATAMIENTO CON CÉLULAS MADRE
  • Cuando el paciente es incluido en el estudio, comienza el tratamiento mediante la inyección del Factor Estimulador de Colonias Granulocíticas, Ior Leukocim, producto fabricado en el Centro de Inmunología Molecular, para lograr la movilización de las células madre desde la médula ósea a la sangre periférica.
  • Posteriormente, se extrae la sangre del paciente y se separan y concentran las células mononucleares.
  • Dentro de este pool celular figura la célula madre hematopoyética y otras no hematopoyéticas. Ellas tienen propiedades inmunorreguladoras y  favorecen la desaparición de las lesiones y la reconstitución del  tejido pulmonar.
  • Las células son infundidas por vía endovenosa.
  • El paciente es evaluado al mes y luego, de nuevo, a los seis meses, para conocer la eficacia clínica de esta terapia celular.

Fuente: Entrevista publicada en Granma  a Consuelo Macías Abraham, directora del Instituto Nacional de Hematología e Inmunología.

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5 de Septiembre

El periódico de Cienfuegos. Fundado en 1980 y en la red desde Junio de 1998.

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