¿Comienza a respirar la economía?

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Después de escuchar y analizar los planteamientos hechos por el viceprimer ministro y ministro de Economía y Planificación (MEP), Alejandro Gil Fernández en la Mesa Redonda, espacio de la televisión cubana, efectuada el jueves, quedó una pregunta en la mente de muchos, entre quienes me incluyo: ¿Comienza a respirar la economía?

La crisis afrontada, como el titular planteó, debido a la pandemia provocada por la COVID-19, los problemas económicos mundiales y el recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero del gobierno de los Estados Unidos contra Cuba, nos ha mantenido en jaque desde hace tiempo y esa presión se ha sentido en la vida cotidiana, sobre todo por las dificultades de la mayoría de la población para acceder a los alimentos y otros productos esenciales.

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Pero de sus palabras infiero, que a pesar de los pesares ya se ve la “luz al final del túnel”, por diversas razones, en el empeño de mejorar los abastecimientos y contener la inflación galopante que quiebra cada día los bolsillos de todos.

Resulta alentador saber que se mantiene el propósito para este año de lograr un producto interno bruto (PIB) en el entorno del cuatro por ciento, teniendo en cuenta que los indicadores al cierre de enero se han comportado según lo previsto, aunque “con algunas desviaciones” debido al impacto de la variante Ómicron.

También es estimulante conocer que en el primer mes del año han llegado al país 86 mil visitantes, 64 mil más que en igual etapa de 2021. Se cuantificaron, además, 30 mil toneladas más de productos agrícolas. “Lo cual evidencia que se empieza a apreciar el efecto de las 63 medidas aprobadas para estimular la producción agropecuaria”, señaló el viceprimer ministro.

Pero la “batalla” se decide fundamentalmente en la empresa estatal socialista, actor principal en el modelo económico cubano. Y en ella queda un largo trecho por andar aún, porque no “despega” lo necesario, ni aprovecha a plenitud, en buena medida, las prerrogativas dadas para su desempeño y desarrollo. ¿Por qué?, podría preguntarse usted. En mi modesta consideración, porque se requiere de directivos comprometidos, revolucionarios, honestos…, pero también inteligentes y preparados. Y en esos dos últimos aspectos existen deudas por saldar en la materialización adecuada de la política de cuadros.

Cierto es, como afirmó Gil Fernández, que se avanza en la ampliación y el perfeccionamiento del sector no estatal con la incorporación de nuevos actores económicos, como las casi 2 mil micro, medianas y pequeñas empresas aprobadas, pero hay que garantizar que nazcan con buena luz y resulten efectivas, sin desviaciones que a la postre las conviertan en problemas que ocupen en demasía a quienes les corresponde conducir la economía en cualquier territorio del país.

Positivo resulta la generación de más de 30 mil empleos por el surgimiento de las denominadas mipymes, sobre todo para atenuar en alguna medida el desempleo que generan los procesos de disponibilidad que tanta afectaciones provoca en los trabajadores y las familias.

Lógicamente, no podía estar ausente en el análisis del titular de Economia y Planificación la situación inflacionaria que tiene el país. En opinión del viceprimer ministro la solución está en aumentar las ofertas de productos, bienes y servicios. Pero queda en el aire una interrogante: ¿Cómo? No obstante, es alentador conocer que se estudia y se consulta a los académicos para encontrar soluciones viables. Lo que sí está claro es que las respuestas no deben demorar mucho, pues cada día los precios suben más y la situación se hace mucho más compleja.

Al respecto explicó: “No podemos enfrentar este fenómeno con el incremento de los salarios. Esto llevaría, en lo inmediato, a un aumento de liquidez en manos de la población, que va a volver a presionar sobre los precios y estos van a volver a subir. Es un ciclo de nunca acabar”.

Otro tema abordado fue el de las tiendas que venden en MLC, elogiadas por pocos y criticadas por muchos, pero imprescindibles en el momento económico que vive el país. En mi apreciación son “un mal necesario”, porque la población aprecia día a día la diferencia entre los que tienen la posibilidad de adquirir productos en ellas, incluso para revenderlos, y los que nunca ni siquiera las han visitado, que forman parte de la población cubana.

Gil Fernández explicó detalladamente las razones de su surgimiento y existencia, entre las que ocupa lugar preferente evitar la fuga de divisas del país y disponer de algún financiamiento para adquirir productos básicos. “Hay muy buenos ejemplos de empresas que están hoy operando con las tiendas en MLC y que, si esas tiendas no existieran, hubieran tenido que cerrar. Hay empresas estatales que están vendiendo productos en las tiendas MLC y que, con la divisa que ingresan por esa venta, suministran mercancías en pesos”, afirmó.

Esa “tabla de salvación”, como las calificó, son importantes en el entramado económico del país, pero sin dudas laceran, y de eso no hay dudas, sobre todo porque el mercado ahora en moneda nacional y que antes operaba con el Peso Cubano Convertible (CUC) ha quedado bastante desprotegido.

Al respecto el titular del MEP aclaró: “Estamos corrigiendo desviaciones. Por ejemplo, hay determinados productos que hoy se están vendiendo en el comercio electrónico en MLC por empresas nuestras, y que tienen que ser derivados hacia el mercado nacional. Pero, en sentido general, no es posible, no existen las condiciones para que podamos mantener un nivel estable de oferta de productos solamente en moneda nacional, aunque es el objetivo”.

Sobre los propósitos, de manera general, afirmó: “Entre los principales desafíos que tenemos por delante está el estremecimiento o transformación de la empresa estatal socialista, clave para salir de la zona de confort que aún tienen muchos empresarios; seguir avanzando en la ampliación del sector estatal y que se alcancen los resultados esperados con las 63 medidas en la Agricultura, porque es muy importante para el control de la inflación la oferta de los mercados agropecuarios en CUP, a donde la población acude a diario y que tienen una incidencia directa en la economía de las personas”.

Sus claras explicaciones propiciaron un respiro necesario que incentiva la esperanza y eleva el grado de confianza de que “a pesar de los pesares” existen salidas para mejorar los indicadores y por tanto, las condiciones de vida de los cubanos.

Tras detener el decrecimiento económico durante tres trimestres consecutivos, el país comienza una recuperación, aunque con un nivel de oferta todavía muy inferior a la demanda.

Hay que tener confianza, como subrayó Gil Fernández en la Mesa Redonda.

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Ramón Barreras Ferrán

Periodista de la Editora 5 de Septiembre, Cienfuegos.

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