¿Comienza a respirar la economía cubana? (+Video)

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La disminución notable de los casos de Covid-19; el paso a la llamada nueva normalidad; la apertura al turismo; el aumento de los vuelos hacia y desde Cuba; el surgimiento de las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes); el descubrimiento de un yacimiento aurífero de ocho toneladas, valorado en unos 200 millones de dólares y hallado en Loma Jacinto, provincia de Camagüey… Esos y otros factores nos hacen pensar que la economía cubana comienza a respirar.

Y tienen razones para el optimismo quienes así consideran la realidad del momento. Pero la economía está conformada por un conjunto mayor de factores, entre los que el fortalecimiento de la empresa estatal socialista (EES) resulta esencial y lamentablemente, no acaba de concretarse con la solidez que el país lo requiere.

No puede dejar de considerarse lo difícil que han resultado los últimos dos años, aquejados por la pandemia; la elevación de la crisis económica mundial, de la cual ninguna nación escapa de sus efectos, y el recrudecimiento del bloqueo del gobierno estadounidense. Todo eso trajo como consecuencias excesos de gastos, incumplimientos de planes, paralizaciones de procesos productivos y de servicios, disminución de las exportaciones e importaciones…

Recuperarse no resulta posible de un día para otro; requiere de tiempo y de un aumento del financiamiento disponible para adentrarse en el mercado internacional y afrontar los altos precios establecidos.

A las 43 medidas que estaban ya en marcha para fortalecer, perfeccionar y potenciar el ahorro en el sistema empresarial estatal, se sumaron en 2021 otras decisiones trascendentales, con el objetivo de dotarlo de la ansiada y necesaria autonomía, desde la concepción del plan, pasando por las principales decisiones de los aspectos de la vida económica y financiera, hasta la búsqueda de alternativas, encadenamientos productivos y otras variantes que favorezcan un mejor resultado en la producción y los servicios.

Oscar Luis Hung Pentón, presidente de la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba (Anec), consideró que la autonomía dada a las empresas es un paso de avance, pero aún las Organizaciones Superiores de Dirección Empresarial (Osde) y los ministerios, interfieren en demasía. “El dinámico proceso normativo de los últimos dos años lleva un aprendizaje e interpretación rigurosos, para lo cual no siempre están preparados los empresarios”, apuntó.

Por su parte, Alejandro Gil Fernández, viceprimer ministro y titular de Economía y Planificación, afirmó recientemente que tras dos años de contracción de la economía cubana, a partir del segundo semestre de 2021, el país comenzó un proceso gradual de recuperación de los niveles de actividad, que deben mantenerse en el transcurso de 2022.

En nuestro país todo es importante, pero en medio de la actual situación tenemos que ser capaces de entender qué es lo que va primero, porque hay cuestiones que son necesarias, pero van a un segundo plano”.

Explicó que el propósito para el próximo año es avanzar hacia un proceso de estabilización macroeconómica y de recuperación del papel del peso cubano, como centro del sistema financiero, en aras de detener el proceso inflacionario y estabilizar el sistema electroenergético nacional, un aspecto vital no solo para el crecimiento económico, sino también para el servicio a la población.

Eso, sin dudas, es un respiro necesario que incentiva la esperanza y eleva el grado de confianza de que “a pesar de los pesares” existen salidas para mejorar los indicadores y por tanto, las condiciones de vida, afectadas sobremanera por una inflación que, junto a la falta de solidaridad, humanismo y sensibilidad de algunos oportunistas de turno que solo actúan para inflar cada vez más sus arcas monetarias, han colocado los precios “por el cielo”, de tal manera que llegan incluso, a ser inalcanzables para no pocas personas y familias.

La provincia de Cienfuegos, como parte de la nación, no está exenta de esas realidades. En un reciente análisis sindical expusieron que las empresas de este territorio, por solo citar un asunto, cuentan con 78 reglamentos para la distribución de utilidades, aprobados en asambleas de trabajadores. De ellas pudieron hacer efectiva esa prerrogativa solo 26, las cuales representan el 33 por ciento. Esa realidad responde principalmente a que registraron pérdidas económicas.

El año 2022 se presenta con nuevos desafíos. No obstante, están definidas las ideas sobre qué hacer y cómo actuar. Una de ellas —y de mucha importancia— es “sacarle frutos” cuanto antes a las inversiones en todos los sectores, principalmente en el de la Agricultura, donde algunas de ellas, muy costosas por demás, después de terminadas siguen sin ser explotadas por razones diversas, muchas de ellas injustificadas.

Todo parece indicar que la economía podrá respirar mejor, pero se necesita que lo haga de manera natural, sin oxígeno asistido.

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Ramón Barreras Ferrán

Periodista de la Editora 5 de Septiembre, Cienfuegos.

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