Comercio y Gastronomía: también en las montañas de Cienfuegos

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Más de una veintena de unidades del comercio y la gastronomía están dispersas en el macizo montañoso de Guamuhaya. De ese modo se acercan, de la mejor manera posible, la canasta familiar normada, otros productos industriales y alimenticios (para la venta liberada) a los asentamientos de aquella hermosa geografía.

En las Vegas, unos 151consumidores acuden a la bodega mixta Sabanita. Los atiende —con amabilidad y prontitud— Juana Rosa Muñoz León, quien desde 1985 se desempeña como bodeguera:

“Aquí se recibe puntualmente la canasta (familiar normada); también el alcohol y la brillantina (queroseno), que se reparten sin demora. Los demás alimentos, como el soyur y el pollo, también se reciben acá; avisamos a la población y todos pueden adquirirlo. Ha llegado mortadella, y aun cuando no tenemos un equipo de frío grande, solo un refrigerador, se toman las medidas para que el total de los consumidores puedan comprar”, afirma esta mujer oriunda de la zona.

Cuando le pregunto por los productos liberados que ofertan en la bodega me responde: “Recibimos galletas y la mercancía la dividimos entre las casas (a razón de una libra per cápita); así todo el mundo alcanzó. Debíamos priorizar a los niños y viejitos, pero como en cada casa hay niños y adultos mayores; entonces lo repartimos así y funcionó. Siempre tratamos de que todos alcancen”.

Galletas de $12.50 MN, chocolatín y sirope son algunas de las mercancías que se expendían en el momento de nuestra visita; junto a cepillos de dientes, polvo facial, pozuelos y otros insumos en lo que a productos industriales se refiere; en tanto en el kiosco contiguo se podían comprar pellys y refrescos, entre otros.

También la iniciativa se activa  si se trata de ofrecer variedad de opciones a los pobladores. Juana Rosa lo hace saber: “Cuando tenemos frutas elaboramos jugos o refrescos, y si no hay nada más, “inventamos” algo. Si hay fruta bomba, por ejemplo, hacemos dulce”.

 ¿GASTRONOMÍA EN LA MONTAÑA?
Juana Rosa Muñoz León, responsable de la bodega Sabanita:“Aquí se recibe puntualmente la canasta familiar normada”./Foto: Karla Colarte
Juana Rosa Muñoz León, responsable de la bodega Sabanita:“Aquí se recibe puntualmente la canasta familiar normada”./Foto: Karla Colarte

Yoanki Soto Mederos es el administrador del mini restaurante y el centro recreativo, ubicados en la comunidad El Sopapo, en plena serranía cienfueguera.

“En la cafetería ofrecemos variedad de bocaditos, además de refrescos enlatados, naturales o en pomo; bebidas y comida lista para llevar, atendiendo a las indicaciones por esta situación de la Covid-19.  Entre 8:00 de la mañana y las 4:00 de la tarde las personas pueden adquirir dichos productos, que han tenido buena aceptación.

“Nosotros no disponemos de mercadito comunitario, pero también le hacemos llegar comida a quienes viven solos, al mismo precio en que se ofertan en el mini restaurante. Entre las opciones tenemos variedades de arroz, ensaladas, chicharritas, salchichas y carne de cerdo; eso lo ofrecemos entre 12:00 y 2.00 de la tarde, solo en el horario de almuerzo. Además, elaboramos croquetas a partir de materias primas que nos facilitan.

“Hemos hecho una distribución por comunidades para que cada día de la semana le corresponda a una, y así todos puedan acceder a los alimentos que vendemos. Aunque no es lo ideal, al menos facilita que quien lo desee compre las diferentes opciones aquí”.

Un servicio adecuado, en locales modestos pero bien conservados y dotados de un mobiliario acorde, así como ventiladores y otras facilidades, hacen la vida más llevadera a los habitantes de El Sopapo, una comunidad con nombre pintoresco en la cual está enclavada una cámara de frío que permite, sobre todo, la conservación de una buena cantidad de alimentos cárnicos.

“La cámara de frío tiene una capacidad de almacenaje de cinco toneladas, lo que nos permite garantizar la preservación de los productos  destinados a comunidades como El Naranjo, por solo mencionar una”.

Un total de 12 trabajadores garantizan los servicios  tanto en la cafetería como en el mini restaurante y así, entregándose a cuanto hacen, dejan una huella positiva en sus congéneres.

La bodega Sabanita y su centro recreativo, y el mini restaurante de El Sopapo son solo dos ejemplos de los muchos que hacen tener certeza de que también, desde las montañas de Cienfuegos, el sistema del comercio y la gastronomía se empeña en favorecer la vida de los cubanos.

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Tay Beatriz Toscano Jerez

Periodista.

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