Claudia y su finca de plantas medicinales en Rodas
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La finca de plantas medicinales El Ovino abarca casi una hectárea y media de extensión, sembrada de un sinnúmero de especies en el asentamiento El Majá, del municipio cienfueguero de Rodas.
Entre cultivos de sábila, orégano, toronjil, vetiver, caña santa, jengibre, tilo, yerba buena, anís cimarrón, cúrcuma y anamú, conversamos con la joven asociada Claudia Fabregat Obregón.
Junto a ella trabajan su esposo y tres obreros agrícolas contratados como parte del Programa Nacional de Plantas Medicinales.
“Tenemos un contrato directo con la farmacia de aquí del municipio, revela, forma parte de un plan anual surtido por meses. Esas plantas se recolectan, se lavan y se ponen en el secadero; luego pasan a envasarlas y se entregan”.
Muy demandada la medicina verde
“Nos emocionamos, afirma, porque a partir de las plantas medicinales, muchas personas que no tienen la pastilla necesaria para determinada enfermedad disponen del jarabe, por ejemplo, y sí, hay mucha demanda en la farmacia de aquí”.
Esta agricultora tiene solo 29 años de edad y es madre de tres niños, de doce, siete y dos años, atendidos en la escuela y el círculo infantil.
Claudia vive en su casita, aledaña a la finca, y confiesa sentirse apoyada por su familia.
Utilizar bien la tierra y crecer en el cultivo de plantas medicinales para aumentar la entrega de producciones de medicamentos naturales a las farmacias, constituye una premisa que prospera con la respuesta a las demandas de la población.
El Ovino es un ejemplo de las más de un centenar de fincas de este tipo existentes en toda la geografía de nuestro país.
Incrementan estos cultivos, once unidades enclavadas en las montañas, y se dedican a la producción de especies sensibles que requieren de condiciones climáticas muy específicas para su desarrollo.
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