Cienfuegos vs Las Tunas: honrilla salvada, celebración adelantada

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Había que ver las caras cuando la amplificación del estadio 5 de Septiembre anunció a José Ángel Ozuna como abridor de los Elefantes para el último duelo contra los Leñadores. Y nada en contra del muchacho, válido señalar; tan solo se sopesaba cuán complicado estaba el manejo del staff verdinegro si un relevista, casi cerrador, venía a asumir la apertura en un juego, si no de vida o muerte, al menos sí de moral. Complicado parecía el día, mas terminó favoreciendo al Cienfuegos con pizarra de diez carreras contra seis Las Tunas, por esas cosas impredecibles de la pelota.

Con indiscutible abrió el primero Yuniesky Larduet, quien por robo y error le llegó con comodidad a la antesala. Para Quiala fue de ABC poner la bola de sacrificado  fly en el jardín derecho y empujar la primera para los suyos. Empezaba feo el choque, una película parecida a la delos días anteriores.

Por el equipo visitador subía a la lomita Carlos Juan Viera y “con todo nos vinieron”, comentaba en voz altaun aficionado. Que si una ampolla en el dedo, que si la rotación de cuatro días, que si las malas salidas anteriores: aquí el hombre se presentó imposible -al menos en los dos primeros innings- retirando a ritmo de conga a la tanda paquiderma.

Ozuna, en cambio, bajaba la lomita en el tercero con un out, dos rayas en contra y otros tres hombres en circulación que también cargaría a su cuenta (cinco en total, una sucia). Parecía imposible reponerse de todo aquello, historia repetida… y en faena de contención trajeron de temprano relevo a Reemberto Barreto.

Muy distinto fue el tercero para Viera, enredado con par de boletos, igual número de jits y un pelotazo a Pável Quesada. De ese momento de descontrol sacaron en limpiolos locales par de anotaciones, empujadas por indiscutible de César y sacrificio de Ibáñez. Daban señales de vida los de casa, el partido lucía salvable aún.

Adelantándonos a la cronología: mientras Barreto estuvo sobre el montículo (cinco y un tercio de entradas), no hubo hacha con más filo que sus lanzamientos. Increíble lo de ese muchacho. El salvador de la tarde. Nadie supondría en superioridad su espigada delgadez con los más fornidos físicos de gran parte de los bateadores rivales…Pero guapo siempre, sin dejar nada para nadie, como no fuera la vuelta al banco en rápidos inicios de entradas para permitirle a sus compañeros reaccionar a la ofensiva… como en efecto hicieron.

Los problemas de Viera continuaron en el cuarto y le costaron la permanencia en el juego. Un boleto a Richel con bases llenas (para la tercera de los locales) signaría su adiós, con la responsabilidad de esos tres hombres en las almohadillas. Con sacrificio Mateo empujaría la cuarta y con un doblete Yusniel Ibáñez traería dos más para poner a los verdinegros delante en el marcador (5×6), por primera vez en la subserie.

Entonces sucedió lo inesperado: detenido el choque, en comitiva salieron a entregarle a Ibáñez cuantas flores, diplomas y saludos habían reservado por su jit número mil… salvo que ese era el 999. Más abrazos, equipo en pleno (bullpen incluido) y aplausos del público en medio del desconcierto de anotadores y narradores… Si comenzó con 967 indiscutibles la campaña, y este era el 32, la matemática no podía ser tan imprecisa: eran 999… Ni modo.

Asumiéndolo en modo positivo, al menos le dieron al 17 la oportunidad de celebrar un momento de gloria con su afición, puesto que la tan esperada marca será rubricada, inevitablemente, en carretera. A esa excusa se acogieron varios al cierre, cuando muchos se dieron cuenta del error, salvo por un detalle en desmentido: Ibáñez volvió en turno en el sexto y en el séptimo, otras dos oportunidades que pudieron convertirse en el hito… Nada que lamentar esta vez, pues una celebración, antes o después, es igual de bien recibida; pero el Inder, el de acá al menos, tiene que tomarse estos acontecimientos en serio, porque es su trabajo, y por respeto a los propios jugadores y a la afición.

El momento de agasajo a Ibáñez repercutió en positivo en el team, que a partir de ahí se mostró más suelto en el terreno, castigando a los relevistas tuneros para ampliar la ventaja de la victoria. Destaque en lo individual para el propio Ibáñez y para César Prieto, cada uno con cuatro empujadas en el duelo.

Tras un boleto en el noveno, sin outs, Reinaldo Costa fue en busca de Barreto, al cual despidió la grada con la bien ganada ovación. Con el muchacho, hasta aquí, no existe margen a las casualidades: son tres victorias y dos poniéndole el pecho a los bravos, Santiago de Cuba y Las Tunas. Respetos.

A Leorisbel Sánchez le entregaron la pelota para la conclusión del choque.Jhonson le saludó con un metrallazo al center, de doble, y así sumaron la sexta los visitadores. Sin embargo, Viñales, Larduet y Quiala cayeron de seguidilla para terminar el desafío.

Honrilla salvada, los cienfuegueros mantienen su segundo escaño en la tabla de posiciones con balance de 16 victorias y ocho derrotas. Con mejor ánimo, sin lugar a dudas, mañana tomarán carretera hacia el “Calixto García” de Holguín para enfrentar a los Cachorros de miércoles a viernes.

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Darilys Reyes Sánchez

Licenciada en Periodismo. Graduada en la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas en 2009

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