Con Cien Fuegos se hizo la luz en Sagua y Remedios

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Por más de dos semanas, un equipo de linieros, técnicos y especialistas de la Empresa Eléctrica Cienfuegos (EEC), se establecieron en la hermana provincia de Villa Clara, en cuyo auxilio acudieron para tratar de encender todo lo apagado por la furia del huracán Irma. Hoy regresan luego del deber cumplido, y allí mismo, donde confluyen ambos territorios, fueron esperados, como cuando se acude a recibir al hijo pródigo de vuelta a casa.

A la cita en la localidad de Marta Abreu, límite de las demarcaciones, acudió Lidia Esther Brunet Nodarse, miembro del Comité Central y primera secretaria del Partido, quien presidió, junto a familiares de los contingentistas y otros dirigentes sindicales y representantes de organizaciones políticas y sociales, el sencillo acto de reconocimiento a los trabajadores eléctricos.

En los primeros intercambios con estos recios hombres, un elemento resulta común denominador: todos traen frescas aún en la memoria colectiva las imágenes de la devastación provocada por furia de los vientos, pero les salta a flor de piel la satisfacción que se experimenta cuando ayudamos a quienes precisan consuelo y afecto.

“Eso y nuestro esfuerzo y conocimientos fue lo que les llevamos”, afirmó Jesús Rey Pérez, director general de la EEC, al agradecer a nombre de sus obreros y en su condición de jefe del contingente, la entrega de la réplica del Monumento a los Mártires del 5 de Septiembre, distinción que los honra.

Luces sobre Sagua

Foto: Magalys Chaviano

En diálogo con Raicel Felipe Sosa, al frente del grupo técnico, conocimos detalles sobre las faenas desplegadas: “Durante catorce días, 120 trabajadores de la EEC laboramos en el municipio de Sagua la Grande. Allí reparamos y dejamos en funcionamiento cuatro circuitos de transmisión de 33 Kv, así como otros once de distribución primaria. En Remedios, también de los territorios afectados por ‘Irma’, restituimos el servicio a una línea de 33 Kv de enlace con Caibarién, y en una de distribución primaria. El trabajo fue duro, por las condiciones del terreno, postes caídos, crucetas inclinadas, entre otras dificultades; sin embargo, la población y las autoridades nos apoyaron mucho”.

Foto: Magalys Chaviano

Ramón Estrada Aguilar, liniero con experiencia anterior en la recuperación de averías provocadas por otros huracanes que azotaron la Isla, asegura que los daños esta vez fueron incomparablemente mayores: “Me he quedado impresionado por las afectaciones, pero el pueblo fue muy solidario, y reparamos sin deternos a mirar la hora o el cansancio. El plazo de nuestro trabajo se acortó, y eso sólo fue posible por el apoyo de la gente. Allí logramos restablecer el 98 por ciento de la electricidad, en pueblos como Isabela de Sagua y El Uvero, prácticamente desaparecido y que ya tienen la luz para recomenzar.

Traen de vuelta a casa la satisfacción de haber contribuido con su granito al esfuerzo grande que hace Cuba por volver a levantarse tras el enésimo azote de otro díscolo huracán con nombre de mujer. En sus morrales, un montón de historias y anécdotas para contar, el recuerdo de las muchas amistades forjadas al calor de días y noches de desvelo para regresarles a estas gentes las esperanzas que en vano, “Irma” quiso llevarse consigo.

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Magalys Chaviano Álvarez

Periodista. Licenciada en Comunicación Social.

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