En Cienfuegos, el ingenio criollo del guajiro Osniel

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De haber vivido la era digital en tiempos de la niñez de Osniel Israel Acosta Villazón no se sabe bien cuántas inventivas hubieran salido de su cabeza frente a una computadora. Mas, el hoy asociado a la Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS) Mal Tiempo, del municipio de Cruces, solo tuvo la oportunidad de hacerse pailero, de manera empírica, en el desmantelado central cuyo nombre honró la heroica batalla protagonizada por Maceo y Gómez, justo en esa zona.

Ese pensamiento innovador le ha permitido al emprendedor campesino mantener en activo los viejos tractores soviéticos de su propiedad y además, de recuperar e innovar en su pequeño taller la familia de implementos agrícolas, aperos imprescindibles para el laboreo de la tierra y las atenciones culturales a los cultivos, tanto de la caña como de granos y viandas.

El llamado de la tierra llegó con la desactivación del ingenio crucense. “Aunque fui trabajador azucarero, siempre mantuve mi apego al surco en ratos libres y los fines de semana”, asegura.

Los Decretos Ley 259, primero y 300, después, le facilitaron a Osniel disponer de unas 70 hectáreas en usufructo, cuya labranza comparte con sus hijos Yasniel y Yosbady. Si bien el fuerte es la caña en suelos de secano, con rendimientos hasta de 100 toneladas por hectárea, en menor medida se dedica a los granos y cultivos varios.

Empero, en la recién contienda azucarera, aunque cumplió su plan con el central Ciudad Caracas, apenas se quedó a mitad del rendimiento cañero de la campaña precedente, en buena medida, según él, debido al déficit de fertilizantes y combustible a consecuencia de las extremas medidas del cerco económico, comercial y financiero impuesto por la administración norteamericana al Estado cubano.

“Como reproductor extensionista de granos que soy, comenta, tuve una muy buena experiencia en el frijol, reconocido por la calidad de la semilla, y ya preparo las condiciones para igualar los resultados en el maíz, ambos renglones inscriptos en el programa de sustitución de importaciones de la agricultura”.

Si bien dispone en su finca de dos pozos, los recursos hídricos son muy limitados para el regadío. Por lo pronto espera por algunas acciones, a fin de represar la cañada que cruza por la finca y poder disponer en un futuro no lejano, del agua necesaria para irrigar las plantaciones de cultivos varios e incluso, beneficiar la caña para semilla.

Con agrado Osniel rememora los buenos momentos de su aporte, en 2010, del bejuco de boniato urgido para la siembra de la vianda. En esa oportunidad, además de la semilla por esqueje para otros campesinos del territorio crucense y unidades productivas de la provincia, logró 33 quintales por cordel de la raíz. “Ahora estamos comprometidos en similar empeño, en momentos en que la máxima dirección del país y de Cienfuegos nos ha pedido al sector cooperativo y campesino sacarle más frutos a la tierra en la producción de alimentos para el pueblo, dadas las circunstancias de la pandemia por la Covid-19 y el recrudecimiento del bloqueo yanqui”, afirma.

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