Sistema de Atención a la Familia en Cienfuegos: Humanismo al que el coronavirus no puede vencer

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El año 1998 marca el inicio de uno de los programas más humanistas de la Revolución cubana: el Sistema de Atención a la Familia (SAF) que durante todo ese tiempo se ha encargado de propiciar los alimentos a quienes se encuentran en una situación vulnerable: casos sociales, personas con discapacidad yde la tercera edad que viven solos, jubilados y embarazadas de riesgo.

No han detenido su quehacer ni en tiempos de coronavirus; todo lo contrario, implementan alternativas para que el servicio continúey por tanto los beneficiados no se afecten.

EN CIENFUEGOS

Actualmente en la Perla del Sur funcionan 70 establecimientos adscriptos al SAF, según refiere Emilia González Moreira, directora de Gastronomía del Grupo Empresarial de Comercio en la Perla del Sur. Unos 2 mil 649 resultan los destinatarios de todos los esfuerzos que hoy se realizan para llevar hasta las puertas de sus casas el alimento diario, en horario de almuerzo y comida.

“Reciben un menú balanceado: plato fuerte, arroz, vianda, ensalada y postre,y se lo entregan en sus casas. Hoy unos 125 trabajadores pertenecientes a las unidades dedicadas a la venta de cerveza dispensada y a la elaboración de la merienda escolar se encuentran vinculados a este programa en toda la provincia y apoyan la entrega a domicilio”, aseguró la directiva.

Hasta el consejo popular de Junco Sur llegó el equipo de trabajo del “5” para ver en el terreno cómo funciona este singular mecanismo establecido por el gobierno cubano para no dejar a nadie desamparado.

Denis Fajardo Leyva, delegado de la circunscripción 42 y presidente del Consejo Popular:

“Lo que se pretende es que a los adultos mayores les llegue el alimento directo a su casa y eviten salir en esta situación epidémica que vive el país, y para lograrlo se han integrado los factores de la comunidad”.

El presidente de la Zona de Defensa Junco Sur, Rolando Rizo Aldama, reconoce el desempeño de la Gastronomía en cuanto a la elaboración y entrega de los alimentos a los asistenciados, “una labor sensible y que ha tenido un comportamiento positivo, lo cual reconocen quienes son beneficiados”.

Se garantiza un menú variado a los asistenciados al SAF./Foto: Juan Carlos Dorado
Se garantiza un menú variado a los asistenciados al SAF./Foto: Juan Carlos Dorado
BENEFICIADOS Y MENSAJEROS

Isis Mayán Silveira tiene 74 años y es una de las asistenciadas del SAF, quien opinó: “Me parece todo muy bueno; gracias a la Revolución. Los alimentos son de calidad y variados, y el compañero que me trae la comida me trata muy bien.

“Yo llevo 11 años en el SAF”, dice, y con esa frase me deja clara la certeza de que no está sola ni olvidada.

Teresa Fernández Delgado tiene 67 años y vive con su esposo enfermo, y aunque luce fuerte físicamente padece artrosis generalizada y debe auxiliarse de un bastón para andar; por tanto el hecho de que le acerquen los alimentos hasta su casa es “un sistema muy bueno, porque así no tengo que salir y me cuido la salud; además todo está muy bien elaborado y me siento atendida y segura aquí”.

Tanto Isis como Teresa forman parte de la treintena de asistenciados que reciben en sus viviendas los alimentos que antes debían ir a recoger en el SAF La Sureña, en la barriada de Junco Sur.

Cinco mensajeros se encargan de tan noble tarea y con dos de ellos conversamos.

Yohan Guerrero Valladares, es dependiente gastronómico en el expendio de cerveza dispensada, pero dese hace unos días, ha reorientado su labor: “Mi tarea diaria ahora es repartir los alimentos a los asistenciados que me corresponden aquí en Junco Sur; por ejemplo en el 12 Plantas y en los edificios 19, 20 y el 39, en los cuales tengo una serie de casas en distintos pisos. Les llevo el almuerzo (aproximadamente entre las 10:00 y 11:30 de la mañana,y la comida a partir de las 4:00 de la tarde.

Del centro de elaboración de la merienda escolar proviene Lázaro Olano Combert, quien es otro de los mensajeros que acerca los alimentos a los asistenciados en el SAF La Sureña: “Trabajo con ocho personas y tengo que subir varios pisos, pero ello no impide cumplir lo establecido. A todos se les llevan los abastecimientos”.

Si a la altura del año 1998 se consideraba al SAF como uno de de los programas más humanistas de la Revolución cubana, no hay dudas de que hoy, ante una pandemia que no escoge a sus víctimas pero tiene en los adultos mayores a un grupo vulnerable, esa condición se acrecienta para bien de quienes lo han dado todo por sus familias y la sociedad.

Enhorabuena para esa relación positiva y armoniosa entre el SAF, los asistenciados y los singulares mensajeros.

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Tay Beatriz Toscano Jerez

Periodista.

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