Churrinche, el güije y las virtudes humanas
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Churrinche y el güije del monte, obra presentada por Teatro de La Fortaleza en el “Tomás Terry”, de Cienfuegos, constituye una útil parábola sobre el significado de aprender a identificar y preservar los valores de la persona desde los años de infancia.
La pieza de teatro de títeres es depositaria de todo un decálogo humanista y cívico germinado en la fragua de pensamiento del siglo XIX cubano, con Martí a la cabeza; luego reasumido, centuria adelante, en un terreno más especializado propiamente en el universo de recepción infantil por poéticas como las de Onelio Jorge Cardoso o Dora Alonso.
La claridad del mensaje, expedita, lega al receptor de menos edad todo un reservorio ético, de suma utilidad posterior en el camino de su vida.
Aquí la virtud se justiprecia en su debido valor y a los niños se les invita, a partir de la sugerencia cordial predicada desde el ejemplo de la acción, a ser mejores personas: no mentir, valorar y ayudar a los padres, esforzarse, respetar.
Toda acción de tal cariz, artística o no, será poca hoy día para intentar poner en la posición ameritada el sentido de la ética y la responsabilidad, la valía de la virtud, cuando desde distintas plataformas mediáticas e incluso desde su propio medio circundante, el niño recibe o interactúa con nocivos antivalores.
Si la incidencia benefactora surge en los predios del arte y, además, opera con sensibilidad, buen gusto, simpatía, gracia e identidad cubana, esta se agradece mucho más; como ha de agradecerse la puesta de Churrinche y el güije del monte, que vuelve a subir a las tablas de nuestro coliseo este domingo a las 11:00 a.m.
Encomios merece, de forma particular, el actor Severino Lafont, merced a su labor integral en este montaje bajo la dirección artística de Daimany Blanco y la general de Atilio Caballero. Dicho intérprete sobresale en el trabajo con los títeres de guante y en su personificación a tres bandas de Churrinche, la madre y el güije del monte. Su identificación con los distintos personajes, tanto como la caracterización vocal de cada uno, concitan el aplauso.
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