Che: Hombre adelantado a su tiempo

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Era un angosto paso de montaña perdido en la intrincada selva de la geografía boliviana, la Quebrada del Yuro. Era el Comandante Ernesto “Che” Guevara, el “Guerrillero Heroico” que protagonizaba ese 8 de octubre de 1967, su último combate físico por los desposeídos de la Tierra por la libertad de nuestra América.

Herido y desarmado, porque su fusil acababa de ser destruido por un disparo enemigo, y el magazín de su pistola estaba vacío, cayó el Che en poder de los soldados de un batallón adiestrado por expertos estadounidenses. Fue llevado a la escuelita del poblado más cercano: La Higuera y dejado allí sin asistencia médica, sus heridas dolían, sangraban. Al amanecer siguiente fue asesinado por órdenes provenientes de Washington, que solicitó le cortaran las manos al cadáver para verificar allá la identidad por sus huellas digitales. Así de salvaje. Así de criminal. Perdonen las personas más sensibles por la imagen tan cruel, pero así debe ser contada la historia real.

¿Quién realizó los hechos tan tristes que describimos?: La CIA norteamericana tenía muchos agentes de inteligencia en Bolivia en busca del Che y su guerrilla internacionalista. Uno de ellos era el cubano-americano Félix Rodríguez Mendigutía, al que apodaban “el Gato”, quien había sido agente de la policía del tirano Batista en Cuba y huyó a Miami cuando fue derrocado el primero de enero de 1959. Allí hizo contacto con Luis Posada Carriles, Jorge Más Canosa, los hermanos Novo Sampoll y otros elementos contra-revolucionarios, que pronto se convirtieron en sanguinarios terroristas internacionales. Una vez reclutado por la CIA, le encomiendan la tarea, junto a otros, de encontrar la guerrilla del Che. Entre todos los enviados a Bolivia él ubicó el lugar de la sierra boliviana donde estaba y envió a los “rangers”  sobre el Che. Así ocurrió la captura del Guerrillero Heroico.

Desde entonces, aquella escuelita de La Higuera se convirtió en un santuario para sus habitantes humildes. Hoy es “lugar sagrado” del continente. Así lo consideran los moradores, como un altar. Allí el Che fue despojado de su vida física, jamás de su personalidad entrañable. Era un hombre que en el Siglo XX ya era un hombre del siglo XXI.

Hacemos aquí una pausa para trasladarnos a otro lugar, más cercano en el tiempo. En los primeros días de abril de 2015, se celebró en Panamá la Séptima Cumbre de las Américas, la reunión más importante de todos los pueblos americanos. Allí se reunió nuestro Presidente Raúl Castro con el Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, por primera vez desde que el 11 de diciembre de 2014 se acordó restablecer las relaciones diplomáticas. Paralelamente, tenía lugar la llamada Cumbre de los Pueblos y el Foro de la Sociedad Civil, en la que los pueblos enviaron representantes de sus respectivas sociedades. Cuba llevó una amplia representación, pero allí fueron víctimas de una provocación infamante. La OEA, que siempre ha respondido a Washington, acreditó a varios elementos mercenarios y terroristas como representantes cubanos, y demoró la acreditación de los verdaderos representantes de nuestro pueblo. Entre aquellos elementos estaba nada menos que Félix Rodríguez Mendigutía, “el Gato”, el agente-CIA que ordenó a un sargento del ejército boliviano que disparara sobre el Che, herido y amarrado, en la escuelita de La Higuera, y cumplió la orden de Washington de disponer la mutilación del cuerpo del Coamndante y enviar sus manos a la capital del Imperio. Los cubanos denunciaron tal provocación, denunciaron esa presencia allí, lo acusaron y divulgaron lo realizado por ese esbirro. No se sentaron a la mesa de conversaciones con un individuo tan deleznable.

Aquella cita hemisférica presentó una Cumbre, pero dos Pueblos, dos Américas distintas, con dos proyectos históricos diferentes. Latinoamérica revive al Che. Lo renacen. No fue un hombre asesinado y mutilado en La Higuera, es el Che de los pueblos del mundo que no lo olvidan.

Nuestros niños, nuestros jóvenes, ¡siempre querrán ser como el Che! Estas ideas nuevas que recorren nuestra América, tan atacadas por el Imperio, honran al Guerrillero de América. Y los jóvenes del mundo sabrán cumplir esas nobles ideas, revivir las virtudes y sueños del Che. Ese hombre que en el siglo XX era ya hombre del XXI.

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Andrés García Suárez

Periodista, historiador e investigador cienfueguero. Fue fundador de 5 de Septiembre, donde se desempeñó como subdirector hasta su jubilación.

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