CDR, 61 años: Los fundadores en el recuerdo agradecido de Cienfuegos

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A pesar de haber transcurrido 61 años de su fundación, no podemos olvidar a los primeros organizadores de los CDR en Cienfuegos; a ellos hay que rendirles eterno homenaje con el recuerdo agradecido y permanente de su gente.

Sobre esos cederistas conversé mucho con mi inolvidable amigo, Andrés García Suarez, su primer coordinador en este municipio, que entonces abarcaba como uno de sus barrios la amplia zona montañosa de Cumanayagua. La tarea le fue encomendada por Manuel Chaos Trujillo, quien en esa etapa era secretario de las Organizaciones Revolucionarias Integradas y constituían la dirección política de la localidad.

Andrés consideró un privilegio haber cooperado al nacimiento de los Comités de Defensa de la Revolución en Cienfuegos y resaltó que al iniciar esa labor, ­encontró que en algunos barrios se habían reunido y designado a los más revolucionarios y capaces entre los vecinos.

Era demostración de la impaciencia revolucionaria, aunque les faltaba la orientación, la cual les llegó pocos días después a través ­de la recién creada coordinación municipal de los CDR, durante un seminario organizado en un aula del Colegio Apostolado situado en la calle de Hourruitiner, esquina a Santa Cruz.

Esta primera dirección de los CDR creó un programa transmitido por Radio Tiempo, de 5:00 a 5:15 de la tarde, llamado Con la Guardia en Alto, que sirvió para elevar la conciencia cederista de los oyentes y orientarlos.

La tarea de organizar la fluidez de la información popular sobre sospechas de actividades contrarrevolucionarias, correspondió a Rafael Toledo Díaz, combatiente del 5 de Septiembre, joven, audaz, analítico, y con muchos éxitos en su labor.

Gran peso tuvo la organización de los CDR en Cumanayagua para contrarrestar el accionar de elementos antisociales y ex militares batistianos en esa zona.

Poco después se multiplicaron los encargos de los CDR. Sin abandonar la vigilancia, se activó el necesario frente de Organización, que desempeñó el joven Francisco Calaña Capestany, capaz de coordinar todas las actividades.

La necesaria capacitación estuvo a cargo de Juan Ruíz Miranda, un hombre autodidacta, muy elocuente y documentado.

A Rigoberto Alfonso, empleado bancario, por su conocimiento económico, le fue asignada la difícil misión de distribuir entre los vecinos los escasos abastecimientos existentes en aquella época debido al inicio del despiadado bloqueo del imperialismo, que actualmente el gobierno de los Estados Unidos ha incrementado cruelmente a pesar de la pandemia de Covid-19.

Después, por la enfermedad de Rigoberto, asumió esas responsabilidades Elizandro Cabrera, comerciante que entregó su bodega y se unió a la Revolución, que siempre había sido su ideal, pues había viajado por América Latina y tenía claras nociones de la vida en el capitalismo.

El frente de Salud Pública lo asumió el doctor José Miranda, quien encaró la vacunación de los menores en momentos en que muchas madres se negaban a vacunar a sus hijos. Su carácter y conocimientos contribuyeron al cumplimiento de ese objetivo.

La maestra Sara López representó a los CDR en la Campaña de Alfabetización. Ella fue la responsable de captar alfabetizadores y localizar personas analfabetas, un esfuerzo enorme que resolvió con dedicación y capacidad, colaborando estrechamente con el inolvidable pedagogo Juan Oláiz.

El carnicero Gilberto Arias fue un ejemplar impulsor del trabajo voluntario cederista en muchos tipos de movilizaciones agrícolas.

Un joven Roberto Martínez, contribuyó a perfeccionar el trabajo en los barrios creando zonas cederistas con sus responsables respectivos, muchos de los cuales resultaron distinguidos; entre ellos  recordamos especialmente a Roberto Cabrera, Ángel Leal y Nivia Más Mederos, en el populoso barrio de La Gloria; a Pulido Monzón, en Caonao; a Israel Silva, en Pueblo Nuevo; a Luis Yera, en Buenavista; en la Zona 3 de Aduana, se distinguió Agustina Cardoso; en Punta Gorda, las hermanas Rebollido; en Tulipán, el batallador Cuesta Piloto, entre otros nombres que se pueden olvidar, pero cuyo accionar en defensa de la Revolución y el desarrollo de su barrio será recordado en la historia de la creación de los CDR en Cienfuegos.

El trabajo unido y exitoso fue reconocido el 29 de diciembre de 1961 durante una plenaria organizada por las ORI en el teatro Tomás Terry, donde se destacó la labor realizada ese año, que concluyó con 3 mil comités organizados y activos. En esa plenaria cederista se anunció que el coordinador municipal, Andrés García Suárez, había sido seleccionado para cursar la Escuela de Instrucción Revolucionaria en Santa Clara, con carácter interno durante seis meses, y para sustituirlo fue nombrado Humberto Duarte Jiménez, que desempeñó exitosamente esa responsabilidad, etapa a la cual nos referiremos en otra oportunidad.

Al concluir el curso de superación, Andrés García fue uno de los fundadores del periódico Vanguardia creado en Santa Clara, comenzando su carrera periodística, en la cual alcanzó un extraordinario prestigio.

No se puede olvidar en este breve recuento un hecho singular acontecido en los tres días que le duró al imperio el sueño de la aventura por Playa Girón en su fallido intento del regreso, pues los cederistas inmovilizaron a los conocidos desafectos de la Revolución, impidiendo que pudieran apoyar a los mercenarios que intentaron entrar por Girón.

Han transcurrido 61 años de la fundación de los CDR, pero no hay dudas de la importancia de la masiva organización en la defensa de la Revolución y el desarrollo de las comunidades.

Las tares pueden ser otras, pero serán cumplidas con calidad y disposición, porque esas cualidades han logrado que nuestros dirigentes y el pueblo tengan confianza en el accionar de una organización que nació con la Revolución y nació para quedarse.

Porque los nuevos tiempos no significan prescindir de los CDR con su historial en defensa de la Revolución, sino ser consecuentes con las nuevas misiones y la necesidad de fortalecerse con el protagonismo de los jóvenes y un trabajo político ideológico alejado de todo formalismo.

Todavía los CDR tienen una gran vigencia, pues los nuevos tiempos y sus retos hay que encararlos con espíritu de trabajo junto a las nuevas generaciones y mantener la vigencia del legado de su fundador, Fidel Castro y demás grandes hombres de la Patria, junto al conocimiento sobre las tradiciones de lucha de Cuba, fortaleciendo el trabajo cederista en los barrios, en coordinación con las organizaciones estudiantiles y obreras, la Federación de Mujeres Cubanas y los factores de organismos e instituciones vinculadas a la comunidad, pero sin sustituir la responsabilidad que a cada cual le corresponde.

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