Por la progresión de los dígitos sucesivos la fecha semeja una pérfida cábala trazada por el destino con lápiz de afilada punta: 10 de noviembre (mes 11) de 1912. Domingo por más señas. El tren Artemisa-Habana acaba de detenerse por unos minutos en el andén de la estación de Güira de Melena y un hombre hambriento de nicotina aprovecha para bajar al estanquillo y pedir un tabaco, “pero que sea de los buenos”, precisa. Paga con una moneda americana de 10 centavos y cuando intenta llevarse la breva a los labios le falta tiempo para comprender en propia piel que la vida es breve, demasiado en ciertas ocasiones.
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