Un balcón muy coqueto
Esta crónica no va de la historia de la antigua planta eléctrica de Prado y Dorticós, sino de esos paisajes urbanos que el paso del tiempo nos amputa de la memoria afectiva.
Leer másEsta crónica no va de la historia de la antigua planta eléctrica de Prado y Dorticós, sino de esos paisajes urbanos que el paso del tiempo nos amputa de la memoria afectiva.
Leer másPor la progresión de los dígitos sucesivos la fecha semeja una pérfida cábala trazada por el destino con lápiz de afilada punta: 10 de noviembre (mes 11) de 1912. Domingo por más señas. El tren Artemisa-Habana acaba de detenerse por unos minutos en el andén de la estación de Güira de Melena y un hombre hambriento de nicotina aprovecha para bajar al estanquillo y pedir un tabaco, “pero que sea de los buenos”, precisa. Paga con una moneda americana de 10 centavos y cuando intenta llevarse la breva a los labios le falta tiempo para comprender en propia piel que la vida es breve, demasiado en ciertas ocasiones.
Leer másRecuerdo que fue el término Cosmogonía el que nos unió, en aquellos tiempos en los que ya grandes, asistimos juntos a la Universidad, se trataba de una clase de Literatura Latinoamericana, y la profesora redundaba sobre el término Cosmogonía, cuando cayó un avioncito de papel en mi mesa, y era el Piñe, Jorge Luis Piñeiro Morejón, que quería saber qué significaba la palabreja de marras, desde entonces, y cada vez que nos encontrabamos en la calle o en los pasillos de RCM, la cosmogonía nos juntaba, al tratar de explicarnos el orígen del universo.
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