Castillo de Jagua: Fortaleza de una institución

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Construcción que data del siglo XVIII, la Fortaleza de Nuestra Señora de los Ángeles del Jagua constituye una de las principales atracciones patrimoniales en Cienfuegos, cuya inserción en las Iniciativas Municipales de Desarrollo Local, contribuye a la sostenibilidad de la institución y el bienestar de la comunidad

“Cienfuegos es la ciudad que más me gusta a mí”, reza el estribillo de una de las canciones más populares del inmortal Benny Moré. Cuando concibió la letra, el Bárbaro del Ritmo no podía imaginar que su composición trascendería como uno de los esloganes que suma adeptos en todo el mundo cuando se hace referencia a los valores patrimoniales y arquitectónicos de la urbe. 

Inexcusablemente, la Fortaleza Nuestra Señora de los Ángeles de Jagua es una de esas joyas de la arquitectura de la Perla del Sur, y aprovechar sus valores sería uno de los resortes para convertir el emblemático Castillo en destino turístico, inscripto como una de las Iniciativas Municipales de Desarrollo Local (IMDL) en Cienfuegos, “anclada” a la Plataforma Articulada para el Desarrollo Integral Territorial, PADIT por sus siglas.

“Sin lugar a dudas nuestra institución es de las más visitadas en el territorio, tanto por nacionales como foráneos. Ello es plausible, pues esta edificación, además de las riquezas constructivas, atesora rica historia. Recordemos que formó parte del sistema de fortificaciones del Caribe con el objetivo de defenderse de corsarios y piratas, erigida a la entrada del cañón de la bahía de Jagua, ente 1733 y 1745, mucho antes de la fundación de la Colonia Fernandina de Jagua, y entre sus características defensivas sobresale la batería circular, propio del siglo XVIII, sin la disposición de baluarte”, argumenta la MSc Marisol Otero Álvarez, directora del Museo homónimo.

La Fortaleza Nuestra Señora de los Ángeles de Jagua es una de las joyas del patrimonio tangible e intangible de Cienfuegos./Foto: Yuliet Sáez
La Fortaleza Nuestra Señora de los Ángeles de Jagua es una de las joyas del patrimonio tangible e intangible de Cienfuegos./Foto: Yuliet Sáez

“Por eso, continúa, nos incorporamos en este movimiento revolucionario que son las IMDL y realmente la nuestra ha sido una de las primeras en despuntar en cuanto a la sostenibilidad, una de las intenciones de estas Iniciativas, a fin de mantener económicamente la institución, con un nivel de descentralización y al mismo tiempo revertirse en beneficio de las comunidades donde estamos enclavados”.

Comenta Otero Álvarez que resulta imposible hablar de desarrollo local si no se involucra a la población del entorno al Proyecto, proporcionando empleo, con el tratamiento, además, de los problemas transversales de género. “Por supuesto, argumenta, se tienen en cuenta muchas aristas, realmente son ideas con unas perspectivas de futuro y pienso que también tienen en el fondo un valor humanístico muy grande”.

Productos turísticos en función de la comunidad

Al decir de la directora del Museo son disímiles las ideas para vincular a los castilleros, como se autodenominan los pobladores de la localidad. Menciona entre ellas los obstáculos que tuvieron que vencer hasta llegar a incluir como producto turístico la pesca sin muerte.

“A propósito, Probiomar se denomina el último de los proyectos aprobados por el fondo de pequeñas donaciones del PNUD. El mismo tiene por finalidad la conservación de la biodiversidad de peces en la bahía de Jagua. Pero, además, incluye el abordaje de uno de los problemas transversales de género, comoquiera que considera la formación en manualidades de una decenas de mujeres de familias de pescadores de El Perché, las que, a la postre, contribuirán en el futuro a la economía del hogar”, explica Marisol.

Pero también la IMDL apoya muchas de las tradiciones de la localidad como patrimonio inmaterial, las que, en definitiva, forman parte de las atracciones. De las de mayores arraigo, según la población consultada, están la corrida del pargo y las comidas castilleras. “En fin, recalca Marisol, mejorar la calidad de vida de la población y las condiciones de infraestructura asentada en el entorno”.

Si bien la principal oferta es el Museo en sí, dentro del discurso museológico está incluida toda la historia de la región de Jagua, además del servicio gastronómico que ofertan los restaurantes El pescador y Los Prada, ambos vinculados al sector no estatal.

Trece trabajadores son los encargados de hacerles vivir al visitante momentos inolvidables en el recorrido por las diferentes salas. De tal suerte, gracias a la imaginación, podrá viajar en el tiempo y llevarse momentos más vívidos de la historia local. Por acá, la piratería, antecedentes socioeconómicos y culturales, con una maqueta con la señalización de los hatos y corrales de la región, datos hidrográficos de la bahía, y los piratas más famosos que visitaron la rada.

En otro de los locales podrá apreciarse el desarrollo constructivo del castillo, con muestras de instrumentos utilizados en la ejecución y fragmentos de vajillas empleadas por los posteriores inquilinos. Un poco más allá, la sala de los comandantes de la fortaleza. En esta última exponen una colección de botones de los uniformes, encontrados durante la restauración del castillo, durante los trabajos realizados del 2009 al 2014.

Cierran el ciclo, otrora aposentos destinados  a conocer de cultura marinera de la zona y la provincia y otros destinados a la sala de armas, la antigua celda de torturas y la capilla, situada en el mismo sitio de antaño. Y no podrá irse sin antes ver el aljibe, con capacidad para 100 metros cúbicos de agua, que, si bien no es un área museable, si está contemplado en el discurso, pues mantiene el sistema hidráulico constructivo original.

Entre las novedades reciente resulta el otorgamiento aquí de la sede, en 2020, del IV Taller Nacional de Museos en Fortalezas Militares, a fin de propiciar el intercambio de conocimientos entre especialistas de las doce instituciones de su tipo en el país, además de promover la investigación y socializar sus resultados. En todo ello se trabaja, incluso, en materializar el empeño de contemplar la red en ruta patrimonial.

Recuerda Otero Álvarez que la visita al Museo está colocada en giras internacionales, y también existe una guía de excelencia en la que figura la Fortaleza, aunque aclara que la mayoría de los turistas del patio y extranjeros llegan de forma espontánea, porque no hay turismo dirigido.

“Ahora bien, soy del criterio, que somos los cienfuegueros los primeros obligados de darle la importancia que merece la institución, y no solo por la belleza paisajística y el valor histórico que entraña, sino también por el Proyecto en que estamos inmersos que representa más ingresos para el presupuesto territorial”, insiste la titular de la Fortaleza Nuestra Señora de los Ángeles de Jagua.

El diálogo de la directora de la institución y los turistas siempre resulta enriquecedor./Foto: Yuliet Sáez
El diálogo de la directora de la institución y los turistas siempre resulta enriquecedor./Foto: Yuliet Sáez

PNUD, Fondo de Población de las Naciones Unidas.

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Armando Sáez Chávez

Periodista de la Editora 5 de Septiembre, Cienfuegos, Licenciado en Español y Literatura y Máster en Ciencias de la Educación

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