Cary Tere respira por los niños en Cienfuegos

Compartir en

Tiempo de lectura aprox: 1 minutos, 53 segundos

A la Dra. Caridad Teresa Llull Tombo, con casi 30 años de graduada, especialista de Primer Grado en Pediatría, profesora auxiliar de la Universidad de Ciencias Médicas de Cienfuegos, máster en Atención Integral al niño y con otros muchos títulos que ostenta, se le conoce, sin embargo, como Cary Tere, la de “Respiratorio”, allí donde ha abultado su currículo a fuer de profesionalidad, y por las vidas que ha salvado, respirando junto a los pequeños·

“Me gradué en julio de 1990, a la par que comenzaban los años duros del período especial y opté por la especialidad de Pediatría por vía directa.Desde el sexto año de la carrera, en 1989, estaba vinculada a la asistencia de niños. Recuerdo que en los primeros años de Medicina estuve inclinada por la Cirugía, pero cuando roté por el Pediátrico ya no tuve dudas, y aquí estoy, 30 años después, con la vocación hecha realidad”.

Es la mayor de una prole de cuatro hermanos, y todos son médicos, así como una buena parte de los primos, de modo que cuando se juntan en un encuentro familiar, la celebración puede terminar con un estudio de caso. Tiene una hija, estomatóloga de profesión, y sus días los comparte en el “Paquito González Cueto”, que viene a ser como su casa, entre la asistencia, la investigación y la docencia.

Foto: Juan Carlos Dorado
Foto: Juan Carlos Dorado

Pero un virus, el SARS-CoV-2, cambió la rutina de todos, y la Dra. Llull Tombo, que por demás se encarga de atender a niños con afecciones respiratorias, se replanteó la vida y la vocación, porque desde entonces usa una indumentaria de protección con escafandra allí en su “Respiratorio B”, donde ahora mismo está la primera línea contra la Covid-19 en Cienfuegos. Ella cuenta sus experiencias:

“Aquí usamos la ‘talla’, sobrebata, gorro, doble nasobuco, caretas o espejuelos, y sudamos mucho; ese traje de protección lo usamos en el contacto directo con los pacientes, para cuidarlos a ellos, en primer lugar, y para protegernos nosotros, así como el lavado de manos frecuente, la desinfección de los estetoscopios, medidas de bioseguridad, porque estamos tratando afecciones respiratorias.

“En esta sala se atienden a menores de cinco años, los cuales se evolucionan tres veces al día, la última es nocturna; pero en dependencia del estado de los pacientes se hace con mayor frecuencia. También cuenta la suspicacia ante la aparición de los síntomas de la Covid-19, que no solo son respiratorios, pueden presentar trastornos digestivos. Otro paso importante, no solo en Pediatría sino en la Medicina en general, resulta la historia epidemiológica de cada enfermo que recibimos en el Servicio”.

A todos los niños que arriban a Cuerpo de Guardia del Hospital Pediátrico de Cienfuegos por afecciones respiratorias, ahora delimitado para estas patologías, se les practica el test rápido para Covid-19; y durante el ingreso se le hacen pruebas de biología molecular, al tercer día y al egreso.

“Tenemos extrema precaución con la bioseguridad, el cuidado de los pequeños, y cuando ya están de ‘alta’ clínica, no abandonan la institución hasta confirmar por PCR, que no padecen la Covid-19. El trabajo es arduo, pero necesario, reafirmado ante la epidemia, esa que nos ha hecho replantear la vida y la profesión”.

Lea también || Hospital Pediátrico de Cienfuegos: Una historia de niños salvados o curados

Visitas: 990

Magalys Chaviano Álvarez

Periodista. Licenciada en Comunicación Social.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *