Campesinos de Cienfuegos se cuidan del Covid-19 apegados a la tierra
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En tiempos de coronavirus la vida sigue, y diría más, la nueva situación impone mayor rigor y exigencias en determinados sectores de la sociedad. Luego, la producción de alimentos es una de esas tareas impostergables y en ella tienen buena parte de responsabilidad los sectores cooperativo campesino en Cienfuegos.
“Hoy la principal misión de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (Anap) es preservar la vida de nuestros campesinos, intercambiar con ellos e incentivarlos a recurrir a cuánta forma posible de prevenciónexista para evitar enfermarse con la Covid-19, tanto ellos como su familia y el resto de la comunidad rural”, comenta Yasmín Jiménez Álvarez, presidente de la organización en la provincia.
La dirigente mencionó entre los buenos ejemplos en tal sentido, la labor de las brigadas FMC-Anap, buen número de ellas dedicadas a la confección intensiva de nasobucos, artículos de imprescindible uso para evitar la transmisión de la enfermedad, cuyas cifras ya superan los 3mil y continúan su elaboración a ritmo acelerado.
“Otra de las estrategias fundamentales, asegura Jiménez Álvarez, lo constituye un intenso movimiento político entre nuestros productores asociados dirigido a contraer compromisos precisos de cuánto más pueden hacer en el aporte a la alimentación del pueblo, en momentos cuando urgen mayores volúmenes de viandas, granos, hortalizas y demás renglones agropecuarios para ofertar en la red de mercados”.
Insiste la presidente de la Anap en Cienfuegos, en que deben aprovecharse al máximo las bondades de la tierra, sin que quede un espacio vacío por explotar. En esa misma cuerda, menciona como tarea de primer orden la siembra de cultivos de ciclo corto, para lo cual resulta de vital importancia la preparación de los suelos de seca no, en consideración al inminente inicio del período lluvioso.
“A raíz de la contingencia energética a causa de la intensificación del bloqueo y sus consecuencias para disponer no solo de combustible, sino también de insumos y otros recursos imprescindibles en la agricultura, nos planteamos la tarea de incrementar el empleo de la tracción animal. Hoy es una práctica cotidiana los encuentros entre boyeros a fin de intercambiar y premiar las mejores experiencias”, explica la directiva campesina.
Ante esas mismas estrecheces económicas, similares acciones emprendieron entre los más de 20 mil anapistas agrupados en las 103 organizaciones de base de la Anap en la provincia, sobre la necesidad de generalizar las buenas prácticas agroecológicas.
“Los resultados no se hicieron esperar, subraya, y las cifrasdan cuenta del incrementoen el número de productores que emplean en sus fincasbioplaguicidas, abonos orgánicos y controladores biológicos de plagas y enfermedades, por citar algunos ejemplos.Y puedo asegurar que cada día son más los incorporados a este gran movimiento de campesino a campesino”.
“Finalmente, queda muy clara la misión que nos imponela nueva coyuntura. Vamos a cuidarnos, y de igual modo, los cienfueguerosdeben confiar en que los cooperativistas y campesinos de la provincia seguiremos firmes a pie de surco, fieles a los compromisos establecidos durante el proceso orgánico del XII Congreso de la Anap, siempre afines conla alimentación de este pueblo”, concluyó Jiménez Álvarez.
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