Brindis tardío

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Todavía yacen las copas entre los escombros de La Catalana, tras el brindis final por su demolición. Nunca un edificio cienfueguero fue más desgraciado en la posteridad de sus días que el conocido Palacio de Goytisolo. Las lluvias asociadas a la tormenta subtropical Alberto trajeron, finalmente, ese disparo de gracia que nadie se atrevía a dar de manera definitiva, con la esperanza de que, aún malherido y ruinoso, sobreviviera a las más violentas perturbaciones. Pero, haciendo cuentas, ya estaba muerto.

Su tragedia comenzó a perfilarse desde hace 40 años cuando el inmueble, en manos de la Dirección Municipal de Vivienda, fue considerado nada menos que una cuartería y se les consintió a sus inquilinos los primeros destrozos. Su interior fue tomado como valla de gallos y hasta una carpintería ilegal comió entonces de las vigas de madera del entrepiso. Ya cuando el Palacio no era tal, porque las huellas del deterioro parecían irreversibles, la propia Vivienda desheredó a quien años antes había adoptado como hijo. Dijo que no, que jamás fue propiedad suya.

Lo acontencido después puede reescribirse sobre las notas de prensa que, ante cada piedra desplomada, aparecieron en los medios de comunicación de la Perla del Sur. Dos formas de canibalismo lo devoraron y pusieron en estado de coma: los salvajes arrancándole sin compasión hasta las vísceras —rejas, madera, pisos de mármol, acero, ladrillos—, y por otro lado, la conformidad de las instituciones ante ese crimen voraz. No solo lo renegaron; también se le dejó de amar.

Con las lluvias de 2012, La Catalana fue haciéndose polvo. Supuso entonces un peligro para la vida de los vecinos de esa porción del Centro Histórico Urbano de Cienfuegos y ello obligó a abalanzar sobre su fisonomía una bola de hierro para derribar el muro y pared colindantes con la calle De Clouet. Mientras continuaba el hurto de su cuerpo, nuevas precipitaciones en octubre del pasado año condujeron al derrumbe de parte del segundo nivel. El temporal reciente fue, por así decirlo, un golpe de suerte para un edificio que ya languidecía.

Nadie merece vivir como lo hizo en sus días finales. Más de 160 años reducidos a desechos, representan una enorme vergüenza para el patrimonio local, reconocido en la lista universal de la Unesco. No aprendimos a tiempo que era preciso salvar la vida de las personas del entorno, salvando al inmueble, no destruyéndolo. Es cierto que varios proyectos se idearon para su rescate, pero ninguno se concretó antes de lamentar lo que ahora tanta aflicción produce en los cienfuegueros que entendemos lo que esa pérdida supone en el abrupto camino de la ciudad hacia el Bicentenario.

El Palacio de Goytisolo era, al morir, un desgraciado. Todavía hoy, en medio de su velatorio, no lo dejan descansar en paz. Sus últimos ladrillos son llevados en carretones por los propios vecinos del barrio, internados sobre esa avalancha de polvo y piedra que conforman sus cenizas. Ojalá ahora, en la precipitada pugna por apoderarse de la nada, consiga erigirse allí algo que dignifique al monumento que dejamos perecer. Levantemos de los escombros las copas y brindemos, tardíamente, para que así sea.

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Roberto Alfonso Lara

Licenciado en Periodismo. Máster en Ciencias de la Comunicación.

9 Comentarios en “Brindis tardío

  • el 19 julio, 2018 a las 2:30 pm
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    Hoy leí el escrito de Irán Millán acerca de la Catalana nuevamente y vuelvo a recordar…no debió pasar pero ya pasó… ¿qué están haciendo con el Suiza, que cerraron su fachada y lo pintaron precioso y cuando las aguas últimas sentimos los que vivimos pared con pared el miedo de que cayera algo para la nuestra, rompiendo o agrietando nuestro espacio?, o aún más…. ¿por qué en mi casa se ven salir por los tragantes hasta cangrejos y los mosquitos no paran aunque uno compre LOMATE todas las semanas y fumige casi a diario?… ¿por qué si se ha alertado, se ha puesto la queja en atención a la población en más de una ocasión… por qué tenemos un lugar lleno de escombros, agua empantanada y criadero de bichos en el mismo centro de la ciudad??? A veces, de vez en vez, los fines de semana oímos el tin tin como si se estuvieran llevando ladrillos de ahí… si quedaran… y nos preguntamos por dónde entran???
    Pensar en la Catalana y los errores está bien pero no actuar con lo que se denuncia, que existe y es el vivo retrato de la historia de la Catalana, es como decirnos… contra…. que está pasando???

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  • el 7 junio, 2018 a las 11:57 am
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    Tan lindo que es Cienfuegos, y tantas potencialidades que tiene como una zona de turismo cultural…. Qué pena que sucedan esta cosas…

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  • el 6 junio, 2018 a las 1:47 pm
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    Lo fácil que se demuele algo verdad? resulta bochornoso haber perdido un edificio de esa talla.

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  • el 6 junio, 2018 a las 11:45 am
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    Siento pena por mi ciudad…desde q nací me enseñaron a amarla, a verla como unica en su tipo, por sus inmuebles, su energía, su idiosincracia y esa relacion especial q tiene con el mar; veo como se deteriora a la vista de todos, ¿ Qué hacer? ¿ Quien hace ? El Palacio Goitizolo es solo un ejemplo, como dice el articulo: una construccion, de las mas patrimoniales de la ciudad, a la que le tocó la peor de las suertes, y luego le tocará a otras q por no estar en el entorno (Parque Martí, Bulevar, Santa Isabel, San Carlos), correr la misma suerte (aunque ya hay algunas edificaciones en esa area, desatendidas y en peligro de desaparecer). Estoy convencido que cuando por fin se decidan, de verdad, a recuperar la ciudad, el primer presupuesto va a estar destinado a la compra de equipos pesados para recoger los escombros….Pregunto otra vez ¿Qué hacer?¿Quien hace?

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  • el 6 junio, 2018 a las 1:13 am
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    Visite Cienfuegos del 18 al 24 de Mayo, que pena, que dolor ver que es la única ciudad importante que retrocede,no vi nada nuevo. A las 10.00 pm deja de ser ciudad para convertirse en un simple pueblo, tantos edificios y calles bien construidos, cuanta belleza echada a perder. Los hoteles Jagua y Union vacíos (el único logro de Meliá ha sido el salario de sus trabajadores), cuando llegaba las 10 me dirigía al hotel pasacaballo y al menos en el loby se podía conversar y tomar una cerveza de manera desente. Pido si no es mucho a las autoridades de Cienfuegos se den una vuelta por la vecina Trinidad, podrán ver cómo han recuperado edificios viejos y le han dado un propósito, a los Cienfuegueros les piden dejen de ser tan puritanos y exploten el turismo, esa ciudad no es para que duerma tan temprano, sin turistas se desmorona como la Catalana.

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  • el 5 junio, 2018 a las 7:13 pm
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    Buen trabajo, completo, para que fuera una compilación, soll faltó, a mi juicio, lo que escribiera Francisco José González Navarro, también en nuestras página y desde mucho antes, el seguimiento noticioso a lo que pasa con el Patrimonio cuando no se cuida, no se conserva y no se respeta ni se siente, como parte de la memoria de una ciudad, de la historia… Por ahí hay quienes dicen que la prensa hizo silencio cómplice, pero no es cierto, hace mucho que se alertó sobre este fenómeno y de otros próximos a ocurrir, lamentable, mucho, duele demasiado

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  • el 5 junio, 2018 a las 6:46 pm
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    El hotel La Suiza podria ser, si se rehabilitara, por supuesto, una joyita para el turismo cultural en Cienfuegos, al estilo de esos hostales rescatados en La Habana Vieja. Màs con el valor agragado de su historia que bien menciona Roberto y al que habrìa que agregar la ocasiòn en que el presidente Josè Miguel Gòmez intentò comprarlo para poner allì una escuela y su propietaria de entonces, Doña Panchita Tostes, heredera de Nicolàs Acea, le denegò el trato pues querìa preservar en su funciòn original el lugar donde terminara sus dìas el coronel Villuendas, el màs joven de los constituyentistas de 1901.
    Pero veo dificil que se logre su recuperaciòn, pues en su interior estàn fabricando una vivienda. El Patrimonio cienfueguero (en toda la extensiòn del tèrmino) debìa parafrasear a Estelvina y preguntarse: ¡Y entonces còmo quedo yo?

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  • el 4 junio, 2018 a las 5:53 pm
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    La misma historia lleva el hotel Suiza en Ave 56 e/29 y 31 con unos cuantos meses ya desde que se fueron sus moradores, se selló su entrada para detener un poco lo cruel de ser bibijaguas sin alma que tiene el ser humano a veces al llevarse una edificación y dejar en unas pocas horas solo escombros, suciedad, ratas, agua estancada, paredes que no tienen sustento y pueden caerse y “quizás” dañar las casas aleñadas, en nuestro centro de la ciudad.

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    • el 5 junio, 2018 a las 12:39 pm
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      Cierto, Yamilé, la ciudad tiene varias deudas que saldar en el ámbito del patrimonio, el Hotel La Suiza es una de ellas. A este ya le han llevado hasta las losas, lamentable, porque en este sitio, vinculado a la historia de la urbe, fue asesinado incluso el coronel independentista Enrique Villuendas. La misma suerte corren otros monumentos de Cienfuegos, víctimas del vandalismo y la desidia.

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