Bravas mujeres de Güinía

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Fue el 20 de julio de 1869 que un grupo de guerrilleros al mando de los generales cienfuegueros Federico y Adolfo Fernández-Cavada Howard tomó el pueblo de Güinía de Miranda, en las faldas de la Sierra de Guamuhaya, hoy Escambray. Allí radicaba un Club Patriótico y esas fuerzas mambisas fueron recibidas jubilosamente por la población. El Club convocó a un acto de masas en el centro del poblado y allí se alzó la voz de Carolina Valladares, viuda del capitán mambí Servando Sarduy, quien poco antes había caído en combate en los alrededores de Trinidad.

Carolina leyó una apasionada Proclama dirigida “A las mujeres villareñas” en la que llamaba a “pelear junto a los hombres por la libertad de Cuba”. El documento fue firmado por las mujeres del pueblo. Pero tan pronto como los mambises abandonaron el lugar para dirigirse a las cercanas montañas, llegó una columna militar española y desató la represión.

La ardorosa Carolina fue conducida presa, junto a sus cinco hijas e hijos, a la capitanía de Cumanayagua porque a aquellos –dos varones y tres hembras, la mayor de las cuales tenía apenas 14 años–, nadie pudo separarlos de su madre, y juntos fueron encerrados en una improvisada celda.

Esa noche Carolina preparó la fuga. Durante la madrugada hizo una “escalera humana” subiendo sus muchachas y muchachos unos sobre los hombros de otros hasta alcanzar una altísima ventana. La más pequeña se descolgó por ahí y quitó los tranques exteriores de la puerta, por donde todos salieron sigilosamente. Armada con un tronco, la corajuda mujer puso fuera de combate a los dos centinelas que dormitaban afuera, se apoderó de ocho caballos y varias mulas, y con ese botín se apareció horas después en el campamento de los hermanos Fernández-Cavada en La Macagua.

El jefe del Ejército Libertador en el territorio del centro-sur de Cuba, hizo publicar una nota reseñando el acto heroico de Carolina Valladares en La Estrella de Jagua, órgano informativo y educativo fundado por Federico, apodado “General Candela” por su práctica de emplear la tea incendiaria contra propiedades y plantaciones de los colonialistas. En ese escrito narró también el suplicio de otra vecina de Güinía, María Guerra, a quien los soldados españoles amarraron desnuda a una cerca de zarzas porque tenía a todos sus hermanos en la insurrección, sin que lograran arrancarle ni una delación ni una queja.

Esos reportajes fueron reproducidos por periódicos de Nueva York y otros lugares donde había núcleos de emigrados cubanos, y fue así como se conocieron las hazañas de las mujeres del pueblito villareño, sobre las que Fernández-Cavada dijo: “La mujer cubana ha sabido igualar al hombre en heroísmo y en abnegación. Carolina Valladares, María Guerra y otras muchas mujeres se colocan a la vanguardia política e ideológica de las cubanas, con su mandato a hacer, avalado por su ejemplo personal y su conducta combatiente”. Ellas demostraron para todos los tiempos que “la mujer es la Patria”, como expresó Carolina en su Proclama histórica que hoy recordamos.

Por su posición geográfica privilegiada, que abría el camino al Escambray, el poblado de Güinía de Miranda sería también atacado y tomado en dos ocasiones por el Comandante Ernesto Che Guevara en la prolongación de nuestras guerras por la independencia, desde la que comenzó Carlos Manuel de Céspedes, continuó Fidel, y hoy defendemos todavía.

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Andrés García Suárez

Periodista, historiador e investigador cienfueguero. Fue fundador de 5 de Septiembre, donde se desempeñó como subdirector hasta su jubilación.

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