Bombero es orgullo, placer, compromiso, tradición…

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Los 323 años que hoy cumple el Cuerpo de Bomberos de Cuba (CBC), avalan, más allá del deber social, la vocación de servicio, el carácter humanista y el sentido de pertenencia de quienes lo integran. Para estos hombres no significa una mera forma de ganarse la vida. En ellos la profesión es orgullo, placer, compromiso, tradición…

Así lo transmiten el capitán Orelvys Rodríguez Navarro, el mayor Jesús Andrades Duarte y el teniente Antonio Raciel Montano Fuentes, representantes de tres generaciones de bomberos cienfuegueros que desde el propio Servicio Militar General (SMG) descubrieron el oficio por el que han enrumbado sus vidas.

Orelvys tiene 29 años como bombero en su hoja de servicio y en la actualidad se desempeña como jefe del Comando de la Refinería de Petróleo Camilo Cienfuegos, la única unidad de este tipo en el país que cuenta solamente con miembros profesionales, debido a la complejidad e importancia estratégica del enclave industrial al cual brinda protección.

Precisamente de aquel sitio recuerda algunos de los incendios más complejos que ha enfrentado, allá por los primeros años de la década que inauguró el nuevo milenio. Pero especialmente rememora un servicio realizado en 2008, en medio de unas inundaciones en la ciudad a causa de intensas lluvias.

El equipo de salvamento y rescate se encontraba realizando otra misión y nosotros, que mayormente nos dedicamos a la parte de extinción, tuvimos que rescatar a un ciudadano encamado. Hicimos maniobras bastante complejas hasta que logramos depositarlo a salvo en la ambulancia”.

Con orgullo afirma que “entre los bomberos siempre está de moda llevarse bien, practicar la amistad y la solidaridad”. Tal vez por ello logró que dos de sus cuatros hijos también hayan escogido este camino, a pesar de los riesgos que, como combatiente y padre, sabe que existen.

La parte más difícil de la profesión es a la vez la más linda: arriesgar la vida propia para salvar la de los demás. Esos son los valores que nos identifican”.

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Unos años más joven, el hoy mayor Jesús Andrades Duarte, actual jefe del Comando Provincial, inició en ese mismo sitio su hasta ahora fructífera carrera como bombero.

Desde entonces mucha preparación y el tránsito por diferentes cargos y comandos de la provincia le han cargado de la capacidad suficiente para enfrentarse a cada situación compleja que la profesión le pone delante. Tal vez por ello refiere no sentir temor ante el peligro que entraña su oficio.

Desde que suena la campana para acudir a un incendio, voy seguro de que en primer lugar está ayudar a quien lo necesite y en esos momentos no me acuerdo ni de que el miedo existe. Es tanta la atención que uno le brinda al servicio que no se piensa en el peligro que corremos”.

El agradecimiento de la gente siempre es muy grande, en especial cuando se trata de incendios en viviendas, que en algunos casos son provocados por la negligencia de los propios moradores y sobre todo tienen su causa en problemas eléctricos y en no prestarle la atención necesaria a las cocinas”.

Para el mayor Jesús, una tarea fundamental radica en la formación integral de los soldados que cumplen en el comando su SMG. “Preparación especializada, para que actúen correctamente cuando deba realizarse un servicio, pero también preparación político-ideológica, física y disciplina. A ello dedicamos la mayor parte de nuestro tiempo”.

Ingeniero y bombero

El teniente Antonio Raciel Montano Fuentes, jefe de dotación del mismo comando, tiene apenas 26 años. Cursó la carrera de Ingeniería Mecánica como cadete insertado del Ministerio del Interior y aunque sólo lleva poco más de dos años de graduado, ha demostrado ser un ejemplo de joven oficial.

Fue durante el SMG, precisamente aquí, donde conocí y me gustó el trabajo que realizan los bomberos, cuyo encargo estatal es de un valor humano increíble”, afirma. Y agrega que el momento que más le gusta de su labor es después que terminan un servicio y la población, sobre todo los damnificados, se sienten agradecidos. Es que aunque trabajamos con medios de seguridad, el peligro siempre está presente. Yo mismo soy una persona pasiva, pero al tocar el timbre, la pasividad se va y nos inyectamos de esa adrenalina que solamente sentimos nosotros cuando vamos saliendo en los carros”.

Al unísono, este joven defiende la idea de que el trabajo del bombero rebasa en gran medida la maniobra de llegar al incendio, tomar la manguera y echar agua. “Hacemos mucho trabajo de prevención para que no se produzcan incendios y también mucha preparación, para que las labores de extinción sean realmente efectivas”.

De la pasión que siente por lo que hace se adivina en cuanto dice: “Lo que tengo pensado es seguir siendo bombero durante muchos años, hasta que me retire, y quién sabe si después de hacerlo, mi vida siga vinculada con los bomberos”.

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Marian Cabrera Ruiz

Periodista graduada en la UCLV Marta Abreu, de Las Villas. Capitana del Ministerio del Interior.

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