Belkis Calderín Mauri: “La fórmula está en entregarse”
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La sonrisa franca no entra en pugna con la responsabilidad. Belkis Calderín Mauri, segundo jefe de Aduana en la de Cienfuegos (la estructura fue fundada en Cuba un 5 de febrero), sabe combinar alegría y formalidad para dar cauce hondo a una corriente laboral signada por la entrega y el compromiso.
Graduada de Técnico Medio en Economía del Trabajo, primero, y Licenciada en Economía por la Universidad de Cienfuegos, después, llegó a los atrios de dicha institución en mayo de 2010 para ocupar el puesto de jefe de departamento de Recursos Humanos, especialidad que dirigió hasta noviembre de 2018, cuando fue promovida al cargo que hoy desempeña.
Pero Belkis ya era Belkis antes de comenzar a usar el uniforme gris que de lejos admiraba. Había trabajado en el Frigorífico Agropecuario recién egresada del Técnico Medio. Se le vio durante 14 años en la Empresa Provincial de la Industria Alimentaria; por más de seis, en la desaparecida Corporación Cubalse; y durante un corto período, en la Empresa de Calderas.
¿Qué te motivó a trabajar en la Aduana?
“La Aduana siempre fue para mí una institución de respeto y disciplina, aun cuando no tenía el total conocimiento de su encargo estatal, como ya lo conozco hoy. Yo inicié mi vida laboral en la actividad de los Recursos Humanos y, tanto me gustó, que llevo más de 25 años trabajando en ella. Eso fue lo que me acercó a la Aduana y aquí permanezco, aunque hoy ejerzo otras funciones”.
Resalta en tu trayectoria el haber sido condecorada y estimulada por tu desempeño: Vanguardia Nacional en varias ocasiones y Medalla de Proeza Laboral por el Sindicato de la Alimentaria; Destacada a nivel de Unidad de Aduana por varios años consecutivos; Sello de Honor Aduanero en tres oportunidades (2015, 2016 y 2017); así como el Sello de Honor y Ética de la Aduana en dos (2018 y 2019). ¿Cuál es la fórmula para alcanzar tales resultados?
“Creo que no hay una fórmula específica. Es, sencillamente, entregarte a lo que haces con gusto, profesionalidad. Tener mucho sentido de pertenencia a tu tarea, tratar de que siempre esté bien tu trabajo, pese a las dificultades materiales y a las inconformidades de los trabajadores, que son la razón de ser de la actividad de Recursos Humanos, en la que más he trabajado. Hay que ser muy positiva. Me caracteriza la ecuanimidad y eso me ha ayudado en mi vida profesional y personal”.
Otras cualidades describen a la aduanera que vive bajo la piel de Belkis. En su opinión, quienes se desenvuelven en este sector han de ser revolucionarios por sobre todas las cosas, “pues la misión fundamental es la protección de nuestras fronteras. Nos caracterizan nuestras condiciones éticas, el respeto a las personas, el buen trato, la disciplina y una alta responsabilidad y profesionalidad”, asegura.
¿Cuáles son las mayores satisfacciones que te ha traído esta labor y cuáles los principales desafíos?
“Las mayores satisfacciones de mi labor han sido el cumplir cada año los objetivos trazados en la entidad y haber logrado trabajar en colectivos unidos, con buenos resultados en controles e inspecciones. También el reconocimiento de mis compañeros a mis esfuerzos y resultados, logrados, además, con el apoyo de ellos y la familia.
“De los desafíos, enumerar primeramente la necesidad constante de prepararme y estudiar para lograr la seguridad en mi desempeño. Lograr habilidades para tener un entendimiento lo más satisfactorio posible con los trabajadores que he dirigido y buscar alternativas ante las dificultades que atravesamos en nuestro país, como digna cubana que soy”.
¿Cuáles consideras son los retos que todavía enfrentan las mujeres con cargos de dirección?
“Enfrentamos la costumbre de muchos años en que de manera general eran los hombres quienes ocupaban la dirección y hoy un número de mujeres ya lo hacemos. Enfrentamos la doble jornada laboral: en la empresa y en la casa. Y enfrentamos la necesidad de poner en armonía nuestro desarrollo profesional con la estabilidad familiar”.
¿Cómo es un día en la vida de Belkis?
“Levantarme muy temprano para dejar las tareas de mi casa lo más organizadas posible. Entregarme al trabajo de la oficina a plenitud, atender necesidades de mi familia y tratar de resolverlas dentro de mis posibilidades. De regreso a la casa dentro de la rutina de la tarde noche, tener tiempo para visitar y conversar con mis padres todas las noches”.
¿Qué es para ti el trabajo?
“Parte de mi vida, mi orgullo personal. Comencé a trabajar con 17 años y desde esa condición estudié, me superé y ya acumulo más de 30 años de labor”.
Luego de tamaño camino recorrido, ¿qué consejos le darías a los jóvenes?
“Que aprovechen las oportunidades que se les presenten en su trabajo, que dediquen tiempo a la preparación profesional, que beban del conocimiento de las personas con experiencia a su alrededor, que sean disciplinados, pero sin perder el encanto vivaz de la juventud. Y que sean recíprocos con la Revolución, que tanto hace por ellos”.
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