Béisbol Cubano: Cienfuegos escapa de la barrida en Matanzas

Compartir en

Tiempo de lectura aprox: 4 minutos, 45 segundos

Con susto y una altísima dosis de sufrimiento monticular consiguieron los Elefantes de Cienfuegos escapar de la barrida a manos de los Cocodrilos de Matanzas en esta 59 Serie Nacional de Béisbol. Bastante desafortunado resultó el compromiso para los verdinegros, quienes regresan a casa con balance de siete victorias y cinco derrotas.

El duelo transcurrió así:

Score del Cienfuegos 2 - 4 Matanzas
Score del Cienfuegos 2 – 4 Matanzas

Dos cienfuegueros asumieron los roles de apertura en el desafío: Yasmani Ínsua, por los Elefantes y Noelvis Entenza, por los Cocodrilos en el primer juego en el “Victoria de Girón”… Si sumamos a ello que de rojo estuvieron sobre la grama además Erisbel “El Grillo” Arruebarruena, Juan Miguel Vázquez y el camagüeyano William Luis, quien también militó en las filas verdinegras, pues fue un encuentro entre viejos conocidos, y se hizo notar.

Los paquidermos abrieron delante en el marcador, (hit de Mateo, descontrol de Entenza e indiscutible de Ibáñez); pero imprecisiones en la defensa ante una conexión de William Luis, anotado como doblete a la postre, y el indiscutible del Grillo le marcaron –inmerecidamente- la primera carrera limpia al diestro rodense en la temporada.

Otra vez el descontrol de Entenza, con un boleto a Félix Rodríguez con las bases llenas, puso delante a los visitadores en el tercero. Mas en la baja del quinto se vio en igual situación Ínsua y, para repetir la tesis de que no hay peor cuña que la del mismo palo, fue Vázquez quien le impulsó la igualada al plato. En el séptimo se volvió a complicar Ínsua y, casa llena mediante, William Luis elevó hasta el center el sacrificio para la ventaja. Lo dicho: todo quedó entre viejos conocidos.

Para la sentencia definitiva, Eduardo Blanco sacó la bola del parque en el octavo con José Ángel Ozuna en calidad de relevo, mientras Armando Dueñas se apuntaba el salvamento.

Así de redonda viene en caja cuadrada la pelota y no existe enemigo pequeño (ni diferencias del 3 al 12 en la tabla de posiciones) sobre el terreno de juego.

SEGUNDO JUEGO: Cienfuegos 6 – 10 Matanzas

Score del Cienfuegos 6 – 10 Matanzas
Score del Cienfuegos 6 – 10 Matanzas

Increíble lo del segundo juego en el “Victoria de Girón”… Porque la derrota no fue el tema, sino la forma en que se llegó a ella.

Ventaja de cinco por cero tenían los Elefantes en el cuarto inning, explotando desde el tercero al abridor Jonder Martínez. Funcionaban incluso los últimos cambios en la alineación: reaccionaba Daniel Pérez en el séptimo turno (definitivamente el de terapia para los verdinegros), encendido andaba Richel López de segundo (ya saben, para seguir consecuentes con aquellos de las peores cuñas y los mismo palos), suelto Edwin Vassel de quinto… hasta llegar al cuarto episodio.

Carlos Damián Ramírez era el hombre sobre la lomita por los visitadores. Por supuesto que después de su actuación anterior contra Industriales merecía confianza; por supuesto que al abridor se le aguanta cuando menos hasta el quinto por los consabidos problemas con el bullpen; por supuesto que debía tener la posibilidad de aspirar a la victoria; por supuesto… Pero por supuesto que el tan llevado y traído librito del béisbol no es verdad absoluta y requiere una dosis de discernimiento en su lectura; y el muchacho estaba fuera de pitcheo, totalmente descontrolado, haciéndose daño de todas las formas posibles: bolas por detrás del bateador, boletos, pelotazos, wild pitch, indiscutibles… Solo después de que cinco hombres le pisaran la goma lo sacaron, dejando en el recorrido a otros dos que también hicieron score a su cuenta… Siete en total. Inconcebible.

Fueron ocho las de Matanzas en esa entrada y sumaron otra dos en el séptimo. Secundarios son los detalles de relevo (Bárbaro Herrera, Alex Pérez y Reemberto Barreto), y ni siquiera el jonrón de Félix Rodríguez en el noveno espabiló los ánimos. Debacle total, como era de suponer.

Primera subserie perdida, quinta derrota con seis victorias. Vaya forma de empantanarse en la ciénaga de los Cocodrilos…

TERCER JUEGO: lluvia y honrilla salvada

La lluvia selló el choque con pizarra de 12x10 en el octavo./ Foto: David Seguí
La lluvia selló el choque con pizarra de 12×10 en el octavo./ Foto: David Seguí

Si lo del viernes fue increíble, lo del sábado en el “Victoria de Girón” no tuvo nombre… pero sí lluvia, con descargas eléctricas (según describieron por la radio) que determinaron el selle del choque en la parte baja del octavo inning – en medio de una situación bastante comprometida para los Elefantes -con pizarra de Cienfuegos 12-10 Matanzas… Pero hasta el domingo tuvieron que esperar las definiciones…

Todo comenzó como antes, o mejor: seis carreras marcaron los verdinegros en la misma primera entrada, explotando al abridor David Mena y obligando al alto mando yumurino a traer a Rivero en su rescate y a Carrillo en el de este. Otras tres sumaron en la segunda, gracias al jonrón de Pável Quesada (su tercero en el campeonato) con Richel e Ibáñez en circulación, para poner en nueve la ventaja… hasta la baja del capítulo.

Entonces el descontrol se apoderó del novato Luis Serpa (pelotazo, hit, tres boletos, mezclados con un robo de base y filderchoice) quien abandonó la lomita con un solo out, dos anotaciones en contra y las bases llenas. En su relevo llegó José Ángel Ozuna e irrespetuoso lo recibió Ariel Sánchez con una línea al center para remolcar otras dos; Juan Miguel Vázquez trajo con indiscutible la quinta del episodio.

Sin poder contener a los Cocodrilos, Ozuna fue sustituido en el tercero por el mismísimo Tomás La Rosa, cerrador de los paquidermos. A diferencia de ayer, esta vez no hubo titubeos: se quemaron las naves desde el principio para evitar la barrida, pero el Talón de Aquiles mostró sus dolencias y muy poco faltó para que ardiera Troya.

La Rosa caminó sin novedades el juego hasta el séptimo, cuando lo descifró la ofensiva matancera y cargó a su cuenta las cuatro rayas del empate. Entonces tocó a Leorisbel Sánchez asumir protagónicos y conseguir par de outs para el cierre de la entrada, sin algo más que lamentar… Algo peor que lo ya ocurrido hasta allí, dicho sea de paso.

Le fallaron defensa y pitcheo a Matanzas en la alta del octavo, favoreciendo la entrada de tres cienfuegueros al home plate. Amenazaba la lluvia, los verdinegros mandaban, pero no estaban tan claras las garantías de éxito. Esperar y ver… (sufrir, sería el infinitivo más apropiado).

Cuatro imparables le ligaron a Paporo, le anotaron una y dejó la casa llena de inspirados yumurinos. El alto mando cienfueguero apostó por Camilo Ballester y demoró su calentamiento, también el pitcher hizo lo suyo; amenazaba seriamente la lluviay protestaban afición y equipos matanceros…

Cuestionaban desde la narración el proceder de los visitadores, mas no serían los primeros en utilizar el tiempo como tabla de salvación: el ánimo del equipo (infiero yo) no aguantaba otra debacle como la anterior. A tales instancias, valía todo.

Ballestero dominó en fly a tercera a William Luis para el segundo out del capítulo. En una bola y dos strikes puso el conteo de Erisbel Arruebarruena y entonces llegó la lluvia: fuerte, definitiva, como todos en el estadio preveían…
Al marcar Cienfuegos la ventaja en la alta de la entrada, Matanzas debe concluir su actuación en el capítulo, así que en este choque todavía no hay nada definido…

La reanudación:

Según la definición del colega matancero Jhon Vila, un “juego para sacarse los ojos con una cuchara”, tan sufrido como suena… No sé hasta qué punto la cuchara; pero por suerte esta vez los ojos no fueron de los nuestros y en diez innings finalmente la victoria quedó de este lado: Cienfuegos 16- 14 Matanzas.

El Grillo finalmente recibió boleto y de caballito llegó la oncena. Bárbaro Herrera al montículo y permitió un indiscutible después de un out para otras dos: cuatro en total para los Cocodrilos en el capítulo, 12×13 el choque… contra la pared los Elefantes.

Pero en la alta del noveno se vistió de héroe Luis Vicente Mateo con el cuadrangular en solitario que puso la igualada en la pizarra. Con abrazo a 13 se fueron al noveno y de ahí a la regla IBAF en el décimo. Tres más para los visitadores y solo una permitió Alex Pérez para el score definitivo de 16×14. Fin del partido. Escape de barrida. Honrilla salvada.

Así, con balance de siete victorias y cinco derrotas regresan al “5 de Septiembre” los Elefantes para enfrentar, de lunes a miércoles, a los Piratas de la Isla de la Juventud. De no existir cambios, el desafío del martes tendrá como escenario al “Ñico Egozcue”, de Aguada de Pasajeros.

Visitas: 1049

Darilys Reyes Sánchez

Licenciada en Periodismo. Graduada en la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas en 2009

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *