Batista, peón del Imperio

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Era la madrugada del 10 de marzo de 1952. La nocturnidad, la alevosía… Y era Fulgencio Batista Zaldívar, el peón del Imperio del Norte para hacerle su trabajo sucio en Cuba. Ya lo había hecho en 1933 cuando irrumpió por primera vez contra la Constitución, con su primer botazo militar. Entonces era sargento. Llegó a coronel. Ahora con el nuevo golpe, llegaría a General. Ahora de nuevo, en esta madrugada, a pocas semanas de las elecciones convocadas, daba un puntapié, o mejor, una patada a la democracia para no esperar el resultado de las urnas que por todos se sabía que el ganador sería el Partido Ortodoxo, de Eduardo Chibás.

Aunque ya Chibás había muerto, su programa de gobierno llevaba implícita la limpieza política y el civismo, algo raro en la politiquería al uso. La consigna de Chibás: “Vergüenza contra dinero” era coreada por las masas que tenían en el emblema de la escoba, la idea de barrer con las lacras del pasado. Para el Imperio era muy peligroso un programa de gobierno decente y honesto, por eso propició el golpe de Batista en esta fecha, para que el pueblo no votara por el partido de Chibás.

Los restos de la falsa legalidad, de la democracia burguesa, fueron aplastados por las botas militares que arremetieron contra el movimiento obrero, contra los estudiantes universitarios y secundarios, contra las masas que salían a las calles a protestar por el golpe batistiano.

Batista solía terminar sus discursos politiqueros repitiendo tres veces la palabra ¡Salud!. Le deseaba salud al pueblo al que mataba de hambre, o de enfermedad, o de bala, pero el imperio estaba alegre porque se beneficiarían sus “companys”.

En aquellos años 50 era el Imperio quien instalaba títeres en las “repúblicas” latinoamericanas, gobernaban quienes les fueran sumisos y fieles, lacayos apropiados para poder perpetuar sus maldades y saqueos. Eran los llamados gobiernos de la “democracia representativa”, vale decir, de la política neo-colonial imperialista. Se repetían constantemente dos palabras: democracia y paz, y ambas eran falsas. Y la paz existente era la de los sepulcros de los luchadores asesinados. La paz de los veinte mil asesinados en ocho años por esa dictadura batistiana en Cuba. La “paz” y la “democracia” que hoy existe en Argentina, en Brasil y en otros lugares de América y del Oriente Medio.

El golpe de Batista un día como hoy, en 1952 formaba parte de la estrategia global del Imperialismo norteamericano durante los años de la “guerra fría”, después de la Segunda Guerra Mundial, contra la URSS y los movimientos de liberación de los pueblos que comenzaban a despertar. En las décadas de los 40 y los 50, hubo golpes de Estado reaccionarios, en Perú, Costa Rica, Venezuela, Colombia, Nicaragua, Bolivia y Guatemala, y en Cuba, cada uno con sus peculiaridades, pero todos encaminados a impedir que los pueblos tomaran el poder político, y detrás ee todos esos golpes estaba la CIA norteamericana. Es un hecho históricamente probado.

Mientras, en Cuba, liberales y demócratas, auténticos y ortodoxos, se fragmentaban, o apoyaban vergonzosamente, por acción u omisión, a la tiranía. Solamente los jóvenes en La Habana y en toda Cuba, obreros y estudiantes, los que se enfrentaban a los corruptos y asesinos, y resultaban masacrados. En Cienfuegos, como en toda la Isla, fueron esos jóvenes los que acudieron a los políticos del partido Auténtico, derrocado por ese golpe de Estado, en reclamo de armas para luchar contra el golpe, pero les eran negadas, porque los políticos temían más al pueblo armado que a sus semejantes.

Una voz solitaria pero fuerte se escuchaba a las pocas horas del golpe. Fidel Castro sacaba un Manifiesto en que explicaba: “No fue un cuartelazo contra el presidente Prío, abúlico, indolente¨ fue un cuartelazo contra el pueblo, en vísperas de las elecciones en que se conocía su resultado de antemano, porque era la voluntad popular. Yo invito a los cubanos de valor, a los bravos militantes del partido histórico de Chibás a luchar, la hora es de lucha y sacrificio, si se pierde la vida, nada se pierde; vivir en cadenas es vivir en oprobio y afrenta sumidos, morir por la Patria es vivir”. Cubanos: habrá otra vez Mellas, Trejos, Guiteras…, ahora hay opresión, pero habrá otra vez, algún día, “libertad”. También Fidel, como abogado, presentó una denuncia ante el Tribunal de Garantías Constitucionales, denunciando el golpe de Batista, pero no prosperó, nada hicieron. Y se consumó el golpe, la dictadura, la tiranía, que duró ocho años hasta que la Revolución encabezada por Fidel la derribó.

A Batista era necesario derrocarlo con las armas, porque no había otras salida, y eso fue lo que hizo la Generación del Centenario, encabezada por Fidel Castro.

Y todavía, en Miami, hay periódicos, como el libelo “The Miami Herald” que publican en los aniversarios del 10 de marzo, que… “Batista hizo mucho bien a su país y vivió un exilio digno hasta su muerte”… “No fue el dictador que se dice, sino un personaje que puede ser controvertido pero que amó mucho a su país”.

(¿Será por amor que asesinó más de veinte mil jóvenes?)… ¡Así se escribe la historia, por lo menos en Miami!…

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Andrés García Suárez

Periodista, historiador e investigador cienfueguero. Fue fundador de 5 de Septiembre, donde se desempeñó como subdirector hasta su jubilación.

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