Barrera contra la malaria: ajenjo dulce

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Un cable citado por la agencia Prensa Latina dio cuenta de que científicos hallaron un tratamiento contra la malaria basado en el ajenjo dulce, planta de la cual se extrae un ingrediente para fabricar medicamentos contra esa enfermedad tropical, según la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.

Precisa el despacho que el equipo del microbiólogo Stephen Rich, de la Universidad de Massachusetts Amherst, comprobó que usar directamente el ajenjo dulce es tres veces más duradero de lo utilizado en la dosis estándar de los medicamentos que contienen artemisinina, la forma habitual de tratar la malaria a nivel mundial.

“Afirman los estudiosos que dicha planta es dos veces más eficaz aunque se duplique la cantidad del fármaco. Los investigadores evaluaron en los tipos de malaria que afectan a los roedores la efectividad del tratamiento y cuáles parásitos resistían la enfermedad”, refiere PL.

Y continúa el texto: “Eligieron dos de los tipos de paludismo que afectan a los roedores. La primera, Plasmodium yoeliibecause, una cepa resistente a los fármacos elaborados con artemisinina, que puede ser combatida con el nuevo procedimiento”.

En tanto, la segunda cepa, el Plasmodium chabaudi, una malaria propia de los roedores de las que más se parece biológicamente al Plasmodium falciparum, es el más mortal de los cinco parásitos del paludismo humano.

El ajenjo dulce o ajenjo chino, cuyo nombre científico es Artemisia annua, resulta conocido desde la antigüedad y lo han usado para combatir las más diversas patologías con probada eficacia.

De historia y mitología

Una de las versiones sobre el origen etimológico de la planta da cuenta de que debe su nombre a Artemisa, hermana gemela de Apolo y diosa griega de la caza y de las virtudes curativas, especialmente de los embarazos y los partos.

Mausoleo de Halicarnaso, consagrado a la diosa Artemisa.

Otra teoría sostiene que el género fue otorgado en honor a Artemisia II, hermana y mujer de Mausolo, rey de la Caria, 353-352 a. C., que reinó después de la muerte del soberano. En su homenaje fue erigido el Mausoleo de Halicarnaso, una de las Siete Maravillas del Mundo. Era experta en botánica y en medicina.

Lo cierto es que el Ajenjo está considerado como una de las más maravillosas plantas medicinales que existen. Si bien su sabor es amargo, esto no impide que sea usada para el alivio de muchas enfermedades y con mucho éxito. Los antiguos herboristas chinos la aprovechaban para tratar la fiebre.

El té de la planta ha ayudado a través del tiempo a muchísimas personas para restablecer la salud. Es una hierba que se ha empleado históricamente con variados fines, especialmente en la medicina natural por su alto valor curativo.

En la Edad Media era común tomar tintura de ajenjo, pero se comprobó que el tratamiento en grandes cantidades y de manera prolongada podía causar problemas cerebrales. Mientras, si se tomaba en dosis pequeñas y por un tiempo limitado actuaba favorablemente en el organismo.

Se puede preparar un té de Artemisia annua secando partes de la planta y luego conservándolas en polvo, en lugar seco. De optar por esta forma de infusión, utilizar 5 gramos de la hierba en una taza con agua hirviendo, dejar reposar y luego tomar de a cucharadas durante el día.

De las tradiciones antiguas nos llega

Los herboristas chinos estimaban mucho las propiedades curativas del ajenjo dulce. Pero no eran los únicos. Según la bibliografía consultada muchos pueblos de la antigüedad usaban la Artemisia annua para el tratamiento de algunas enfermedades o dolencias del organismo humano, práctica que ha trascendido hasta nuestros días en varias regiones del planeta.

Empleado en forma de té, los entendidos en la materia dan cuenta de que es efectivo para contrarrestar la gastralgia (dolores de estómago), mala digestión, diarreas, problemas de riñones, dolores intestinales, hidropesía, dificultades en la respiración, pirosis (ardor de estómago) y gripes.

Otros aconsejan la infusión en la erradicación de problemas urinarios, histeria, dolores de muelas, mal aliento, flujo, menstruación dolorosa, atrasos menstruales, envenenamientos con plomo y otros elementos, pestes, intoxicaciones, parásitos intestinales, parásitos de la piel y picazones.

Como puede verse, la farmacopea considera a esta planta como una especie de panacea en múltiples padeceres que aquejan al ser humano. En casos de diarreas o problemas de ventosidades o vómitos, por ejemplo, puede hacerse una cataplasma caliente con las hojas de ajenjo y colocar sobre el vientre de la persona afectada, al tiempo de cubrirse con un lienzo seco.

Para el tratamiento de casos como los anteriores se deja por espacio de unos 15 minutos y luego retirarlo, volviendo si es necesario a repetir la operación. De esta manera inofensiva puede aplicarse en niños pequeños, cuidando que la temperatura de la cataplasma sea adecuada, no muy caliente.

En el caso de dolor de muelas, también es aconsejable prepararse un té de ajenjo y hacer buches con el mismo por espacio de unos minutos, mantener el líquido tibio sobre la pieza afectada y en pocos minutos el dolor desaparecerá. Pero ese es solo un paliativo, así que lo mejor sería visitar al estomatólogo.

¿Vs cáncer de mama?

Resulta que recientemente un derivado de la Artemisia annua ha ganado titulares de revistas especializadas y otros medios de difusión por su capacidad para combatir el cáncer y permitir la curación del cuerpo.

Así como lo lee. En un estudio publicado por Life Sciences (Ciencias de la vida), se encontró que la planta en cuestión (su derivado), junto con el hierro, puede atacar al 98 por ciento de las células del cáncer de seno en 16 horas.

Asimismo, el estudio dio cuenta de que la hierba causó la reducción del 28 por ciento de células de cáncer de mama y asociada con el hierro, se elimina por completo la enfermedad maligna. Lo que puede ser aún más interesante es que las células normales no fueron afectadas por este tratamiento.

El ajenjo dulce ha sido usado en el pasado como una poderosa hierba anti-malaria. Ahora bien, de acuerdo a los resultados de la investigación, el hierro se acumula en las células cancerígenas por receptores de transferrina que ayudan en la división celular de éstas.

El citado mineral es esencial para la cura, porque las células normales probablemente tengan estos receptores, pero las células cancerígenas los tienen en gran abundancia, y por tanto, pueden ser elegidas como blanco por la combinación de hierro-artemisinina.

Las células cancerígenas y el parásito de la malaria no puede convivir en la presencia de la artemisinina, porque es rica en hierro. Los científicos Henry Lai y Narendra Singh, de la Universidad de Washington, hicieron el descubrimiento inicial. Esto es sólo un ejemplo de las muchas hierbas que se han descubierto.

Según lo defensores de esta teoría la explicación está en que la planta es selectivamente tóxica, tanto para las células del cáncer de mama, como de pulmón, de próstata, y resultados preclínicos contra leucemia y otras células cancerígenas.

El método de acción de su compuesto activo, como se ha reiterado, es su reacción con el hierro, produciendo daño por sus radicales libres, con efecto en macromoléculas incluidas las células de la membrana.

La malaria causada por el apicomplexano, Plasmodium falciparum, que reside en eritrocitos donde hay muchos iones hierro, y las células cancerosas tienden a tener mayores concentraciones de ese elemento que las células normales asociados con su tasa de rápido crecimiento.

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Armando Sáez Chávez

Periodista de la Editora 5 de Septiembre, Cienfuegos, Licenciado en Español y Literatura y Máster en Ciencias de la Educación

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