ASTISUR Cienfuegos: Haciendo lo bien aprendido

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Asegura el saber popular que lo que bien se aprende… Por eso cuando hace más de un quinquenio, Iván Fonseca Rumbaut, decidió tomar los cabos de Astisur, ahora como director, sabía que podía contar con que la tradición de buenos constructores navales.

Desde siempre estos astilleros cienfuegueros, ahora pertenecientes al Centro Nacional de Proyectos Navales, CEPRONA, han sido reconocidos como el único con competencias en Cuba para construir embarcaciones de plástico, acero y ferrocemento.

Eso estaba a su favor, también la capacidad de innovación de más de un centenar de trabajadores para dedicarse por entero, dejando atrás duros años de insatisfactorio desempeño económico.

Comenzaron a recuperar instalaciones, equipos, con más de cuatro décadas de explotación, e instalaciones como el varadero al que muchos daban por perdido.

Jorge Luis González Orozco, técnico mantenimiento y transporte, junto a otros innovadores, puso manos a la obra: “No había ninguna empresa que se dedicara a reparar varaderos en la región, y decidimos hacerlo, porque el varadero es el corazón de un astillero”.

Sustituyeron los rieles, desenterrándolos de decenas de metros cúbicos de basura -que recala constantemente en este pedazo del litoral- y de la arena, que dejara el huracán Irma, luego de su paso por la isla. Todo hasta devolverle sus 350 toneladas de capacidad de diseño.

-¿Cuánto hubiera costado?

-“Alrededor de 600 mil pesos, y solo nos costó 75 mil pesos”.

También parecía una quimera que dos camaroneros de la flota de Santa Cruz del Sur, totalmente destruidos pudieran volver a las faenas del mar, como tantos otros de flotas escameras o de captura de langosta de varias provincias, recuperadas en este astillero, a orillas de la bahía cienfueguera.

Nadie podía imaginar que estos camaroneros volverían a navegar./ Foto: Cortesía de Astisur

Asevera Wilfredo Pescoso, especialista de calidad, energía y logística, y secretario de la sección sindical, que además de sobrecumplir el plan del 2017 en un 22 por ciento, -con ingresos cercanos a los tres millones, y más de 800 mil pesos de utilidades-, hay otras razones que refrendan que su colectivo obtuviera por segundo añoconsecutivo la condición de Vanguardia nacional del Ministerio de la Industria Alimentaria.

“Además de eso, afirma Pescoso, la gente aquí ha tenido que trabajar duro para recuperarwinches, concreteras, – y mantener en funcionamiento equipos con más de cuarenta años de explotación-, y otros encargos estatales, como mobiliario para zonas costeras, y hasta los techos deómnibus”.

Entre los siete astilleros de CEPRONA en la isla, incursionan también en otros surtidos sobre la base de su larga experiencia en el trabajo con la fibra de vidrio, o fiberglass.

“Luego del paso del huracán Irma rehabilitamos todas las plantas de tratamiento de residuales que habíamos construido en instalaciones turísticas de la cayería norte y sur del archipiélago, asegura Iván Fonseca Rumbaut, el director.

“Pero además, el pasado año trabajamos en la planta de cloro- sosa de Sagua la Grande, en Villa Clara, un objetivo priorizado para el país, y en los cayos Santa María, en supedraplén, y el delfinario de Cayo Guillermo, ambos afectados por el ciclón de septiembre de 2017.

“También ideamos y construimos una patana flotante, para la extracción de los residuales de las instalaciones de la Laguna del Tesoro, en La Ciénaga de Zapata, donde eso se había convertido en un problema sin solución”.

“En agosto debemos empezar con la tradicional reparación de la flota escamera de Pescacien”,anuncia el director.

Con tales encomiendas reafirman su tradicióny liderazgo en la construcción naval, y el acervo popular, lo que bien se aprende

Reconstruir el delfinario de Cayo Guillermo, fue una de sus faenas luego del paso del huracán Irma. /Foto: Cortesía de Astisur.

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