Asesinato del Senador Kennedy

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El 5 de junio de 1968 fue asesinado en Estados Unidos el Senador Robert Kennedy, hermano del Presidente Jonh F. Kennedy al que también habían matado cinco años antes. La declaración del Senador Kennedy de que “ya tenía las pruebas necesarias para reabrir la investigación del asesinato de su hermano John”, resultó la firma de su sentencia de muerte. Su afirmación fue determinante para que los mismos que planearon y ejecutaron el magnicidio de Texas, también lo asesinaran a él.

El diario norteamericano The Chicago Tribune reveló que las pruebas que tenía el Senador Kennedy probaban la participación de pandillas de origen italiano y otras, al servicio de la CIA de Estados Unidos, así como otras organizaciones que estaban protegías por el clan Bush que integra los clubes de poder en ese país.

Se conoció que desde que Bush padre fue jefe de la CIA, utilizó a mafiosos ítalo-norteamericanos como Santos Trafficante, Sam Guiancana, John Roselli y otros, así como a pandilleros de origen cubano residentes en Miami, que antes tuvieron “negocios” con el tirano Fulgencio Batista en Cuba, derrocado por la Revolución.

Se conoció también que Jonh Kennedy iba a incluir entre los acusados de origen cubano, las evidencias sobre Luis Posada Carriles y contra Bush padre, protector de este último. Las pruebas que durante años de paciente trabajo pudo recopilar el Senador Kennedy para desentrañar el misterio que aún rodea la muerte del Presidente norteamericano, conformaban un impresionante legajo que debía permitir la reapertura de la falseada investigación oficial anterior del magnicidio.

Tal cosa, desde luego, no podían permitirla los involucrados verdaderos en ese crimen que resulta hasta la actualidad uno de los más ocultos en Estados Unidos, donde no se ha permitido después de más de cincuenta años la desclasificación de ningún documento del proceso.

Tampoco ha sido despejado el asesinato del Senador Kennedy, nadie lo ha esclarecido realmente. Es que tales hechos abominables que ocurren en Norteamérica, que involucran a las más altas esferas del poder allí que ansían dominar al mundo, jamás se abren a la luz pública. Es el poder, lo mismo asesina presidentes en su país que en otros lejanos, o más o menos cercanos. Pero de eso no se ocupan sus periódicos y cadenas televisivas, ni aparecen en las pantallas a través de sus redes sociales como información histórica para los jóvenes.

Las pruebas que durante años de paciente trabajo pudo recopilar el Senador Kennedy para desentrañar el misterio que aún rodea la muerte del Presidente norteamericano conformaban un impresionante legajo que debía permitir la reapertura de la falseada investigación oficial anterior del magnicidio. Por supuesto, eso provocó su muerte./Foto: Internet

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Andrés García Suárez

Periodista, historiador e investigador cienfueguero. Fue fundador de 5 de Septiembre, donde se desempeñó como subdirector hasta su jubilación.

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