Aragón, su presagio y una nueva promesa

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Todavía resuenan los ecos de la actuación del boxeo cubano en los Juegos Olímpicos de Tokio, otra vez la mejor disciplina de la delegación criolla en citas bajo los cinco aros, tras agenciarse cuatro coronas y un metal de bronce, con sólo siete representantes.

Al respecto conversamos con un entrevistado de lujo: el subcampeón olímpico Lorenzo Aragón Armenteros, en la actualidad comisionado de ese deporte en Cienfuegos.

Antes de la cita, hiciste tu pronóstico, mucho más ambicioso que el planteado por la Federación Cubana, que era de dos medallas de oro.

“Los cubanos siempre vamos por superarnos, y más si se trata del boxeo, no por gusto reconocido como el buque insigne del deporte cubano. Yo te decía anteriormente que para mí podían llegar tres títulos, y que no descartaba además alguna sorpresa. Y así fue, se consiguieron cuatro de oro y una de bronce. Creo que fue una buenísima actuación, independientemente de que tenemos que boxear contra los adversarios y también frente a los árbitros, que estuvieron algo incómodos en varios combates.

Inclusive hubo un juez australiano separado, tras protestas formales de Cuba.

“De ese tema quiero comentarte. Soy muy observador en las votaciones, las cuales se hacen por asalto. Por eso siempre conversamos con los muchachos y les decimos que hay que salir a ganar todos los rounds, pero principalmente el primero, para tomar la ventaja en las boletas de los jueces. Viste que ese señor fue habitual en las peleas de cubanos, y veredictos que se veían claros para decisión unánime salían 4-1, y era por el árbitro australiano.

“La gota que colmó la copa fue el ‘robo a mano armada’ en el combate entre el colombiano Yuberjen Martínez y el japonés Ruomei Tanaka, donde el sudamericano le dio hasta ‘con la banqueta’ al local, pero los jueces votaron en favor del asiático. Ahí vinieron las sanciones, y ahí también estaba el australiano.

“Pero una de las cosas que nos perjudica a nosotros los boxeadores es que, aunque te hayan quitado un combate, la decisión permanece. Sancionan a los jueces pero tú pierdes tu medalla. Es algo que hemos elevado a los organismos internacionales, pues deportes como el judo y la lucha sí han implementado reglas que permiten cambiar veredictos. Lo vimos ahora en la pelea de Mijaín López y el turco, cuando el nuestro realizó una proyección de dos puntos, fue reclamada con éxito y esos puntos se retiraron”.

¿Quiénes eran tus posibles campeones?

“Mis grandes favoritos al oro eran Andy Cruz y Julio César. En el caso de ‘La Sombra’ muchos dudaban por el ascenso a los 91 kilogramos y su cuestionada manera de boxear, que a estas alturas ya no la va a cambiar. Conversé mucho con él al respecto y le di algunos consejos, pues es cierto que en esa división los golpes son más fuertes y hay que tener más cuidado. Pero lo que es incuestionable es que la calidad no tiene peso (lo dice un hombre que ganó coronas cubanas en seis divisiones diferentes). Él es un atleta que se prepara muy bien y ganó todos sus combates sin discusión, incluido el más mediático frente al cubano-español Enmanuel Reyes.

“Mi tercer candidato al título era Lázaro Álvarez, que al final quedó en bronce. Y te digo que no lo vi perder ante el ruso, que se vio sorprendido cuando oyó la decisión de 3-2 a su favor. Te soy sincero cuando digo que no daba a Arlen como campeón, pero estuvo muy bien. Tuvo un compromiso difícil frente al cubano-azerí, y cuando lo sobrepasó ya era favorito.

“En sentido general creo que todos pudieron haber regresado con preseas. Veitía tuvo rivales complicados, y en la pelea que cedió hubo mucha paridad, por lo que cualquiera de los dos boxeadores pudo vencer. Y de Peró opino que entregó el combate ante el norteamericano en el tercer asalto, donde hizo poco, o nada, por la victoria. Incluso, si hubiéramos llevado representante en 75 kilogramos, algo que fue imposible al decidir las plazas por ranking y no por torneos clasificatorios, pienso que era posible otra presea, por el nivel que aprecié y la forma en que se presentaron los nuestros.

“Y hay un cetro que disfruté muchísimo: el de Roniel Iglesias. Tuvo un comienzo complicado con el japonés, pero luego se vio inmenso. Me regocija porque llegó al equipo nacional cuando yo casi me retiraba en 2005. Es un boxeador de mucha experiencia y mucha entrega sobre el ring. Aunque no siempre ha corrido con la mejor de las suertes, se toma las competencias muy en serio y se cuidad mucho. Es merecedor de esa medalla de oro, el mejor regalo para culminar una exitosa carrera”.

Tuviste la oportunidad de participar en todos los eventos organizados por la AIBA, y en todos ellos sumaste éxitos y preseas. Pero, ¿qué representó la experiencia olímpica?

“Es histórico. Yo participé en dos versiones y eso es un recuerdo para toda la vida. Una experiencia única en todos los aspectos. Y es cierto que una medalla a ese nivel es muy importante, pero nosotros somos ambiciosos, y yo todavía lamento no haber alcanzado el título”.

¿Qué mensaje envías a la familia del boxeo?

“A los muchachos les digo que si decidieron estar en este deporte, que aspiren a cosas grandes. A los federativos les pedimos que apoyen más el trabajo en la base, porque estos campeones olímpicos de ahora no salieron por arte de magia. Se iniciaron en sus territorios y desde bien pequeños. Y a los amantes del boxeo, y a tí, les digo que seguimos trabajando muy fuerte, y prometo que muy pronto habrá otra vez boxeadores de Cienfuegos en Juegos Olímpicos”.

“Todavía lamento no haber alcanzado el título olímpico”. Foto: Al Bello/Getty Images

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Carlos E. Chaviano Hernández

Periodista y Director de programas de televisión.

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