¿Apareció la Gallina de los Huevos de Oro?

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Conocida es la fábula La Gallina de los Huevos de Oro, escrita por Esopo hace muchos, muchos años. El propósito de la obra es enseñar a los niños la importancia de tener paciencia, valorar lo que tienen y no perder por culpa de la avaricia y la codicia.

Ni el escritor, de quien aseguraron que fue esclavo, ni nadie, podría imaginar que un día muy lejano, en el siglo XXI, aparecería el ave, no ya en un patio, en un campo matizado de verde o en una unidad de ponedoras.

Para asombro de muchos haría acto de presencia en algo que se llama “Revolico” —un espacio virtual en la red social Facebook y con réplica en Telegram— dedicado a la compra y venta de todo, o casi todo lo material existente sobre la faz de la tierra. Allí hizo su debut paulatinamente el cartón de huevos “puestos por ella”, en un momento costó 600 pesos, después 800…, y así fue subiendo hasta llegar a la exorbitante cifra de mil CUP,  y dicen que “es una suerte”, porque pulula más la cifra de los mil 200.

Esas no pueden ser otras que las posturas de la Gallina de Oro. Si Esopo reviviera, caería inmediatamente muerto ante la desvalorización real de su instructiva fábula.

Sé que no todos pueden, porque no todos cuentan ─por razones conocidas─ con un móvil y además, con acceso a Internet; pero sí le es posible, en caso de que no lo haya hecho, “tírele un vistazo” a “Revolico” y si no infarta de inmediato ─porque guerra avisada no mata al soldado─ al menos se quedará con la respiración trunca, la cabeza dando vueltas y el rostro retraído y con expresión de asombro.

Cualquier cosa cuesta cualquier cantidad de pesos. Casi todo, por lo general, pasa de los mil, con multiplicaciones excesivas, aunque sea un cajón viejo. La cuestión es vender. Es el real afán por el dinero sobre la base del oportunismo, provocado por una inflación galopante cuya salida no se aprecia ni “al final del túnel”. Cada día, o mejor dicho, a cada hora, aumentan o se multiplican los precios.

Y el editor podría inquirirme: “¿Escribes otra vez sobre los precios?”. Y ni corto ni perezoso le respondería: Y cómo no hacerlo si el cubano, y obviamente el cienfueguero, no habla de otra cosa en cualquier sitio (obviando los apagones, por supuesto).

A quienes ejercemos el periodismo como profesión nos preguntan, como si tuviésemos la respuesta mágica y certera: ¿Por qué razón una libra de malanga cuesta 40, 50 y hasta 60 pesos? ¿Qué justifica que el corte de cabello de un niño de cuatro añitos valga 200 pesos si lo hacen en diez minutos y con una máquina eléctrica?…, y así mil cosas que solo tienen una respuesta: Inflación.

Algunos expertos aseguran que al cierre del año rondará el 28 por ciento (en el primer semestre en el mercado regulado se situó en el 13,40 por ciento). Y la marcha del sistema de compraventa de divisas para la población nacional y los visitantes internacionales, que incluyó al dólar estadounidense (USD) en efectivo, ha hecho mucho más compleja la situación, en vez de beneficiarla.

Los estudiosos de la economía y las finanzas también aseguran que para poder detener la inflación se requiere aumentar sustancialmente el mercado con bienes y servicios, es decir, incrementar el ritmo de producción de insumos y de bienes finales.

¿Trabajoso?, sí. Difícil, también, sobre todo para nuestro país, que cuenta con muy poco financiamiento y ha sufrido contingencias diversas: pandemia provocada por la Covid-19, tornado en barrios habaneros, explosión en el hotel Saratoga; incendio en la Base de Supertanqueros, de Matanzas, y hace unos días, el paso destructor del fuerte huracán Ian. Y no puede dejar de sumarse el bloqueo del gobierno de los Estados Unidos.

Pero como único camino existente, hay que tomarlo y avanzar. No queda de otra. Nunca Cuba ha transitado por senderos fáciles.

Mientras, para desfalcar a unos y aumentar las finanzas de otros, la gallina de los huevos de oro seguirá poniendo, y el precio sabrá Dios hasta dónde subirá.

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Ramón Barreras Ferrán

Periodista de la Editora 5 de Septiembre, Cienfuegos.

2 Comentarios en “¿Apareció la Gallina de los Huevos de Oro?

  • el 17 octubre, 2022 a las 6:26 pm
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    No solo pagan el mismo impuesto el que la vende a precio bajo que el que vende a precios altos, sino que tambien estos mismos tienen que comprar a otros los demas productos y bienes a precios tan altos o mas altos y pagar por servicios, mas caro tambien. El Barbero se escuda que el que vende los huevos los vende a ese precio tan alto y a el le gusta comer huevos , y el que vende los huevos se queja del precio que cobra el Barbero por el pelado, y le parece muy caro, pero el necesita cortarse el cabello, entonces los dos se justifican porque que el estado le pone los impuestos de recaudacion muy altos, que los pagos a la Onat son excesivos y que tienen que cumplir con los mismos el vendedor de huevos, venda o no venda, y el Barbero pele o no pele, y asi Quien le pone el cascabel al Gato, eso pasa con el alquiler de autos, con el albañil, con el plomero, con el que vende harina de maiz, con la venta de todos los productos y en todos los servicios prestados en los diferentes oficios, es un ciclo vicioso que se perpetua por la inflacion y ademas producto de la carencia de todo lo necesario, en el que posee un bien o ofrece un servicio pone los precios mas jugosos y que nadie al final le puede controlar . Saludos

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  • el 16 octubre, 2022 a las 11:06 am
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    La inflación, si, y el poco actual de las autoridades tributarias. Paga lo mismo el que vende una malanga a 10.oo cup que el que la vende a 40.oo cup, dicho por los propios vendedores

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