Anuel y Carolina: de ortografía y otras contradicciones

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Lo peor de todo no es que un reguetonero como Enmanuel Gazmey Santiago, alias Anuel AA, cometa un error ortográfico en casi todas las letras de sus canciones —asunto tristemente célebre dentro del género—, que adultera a menudo las estructuras lingüísticas de nuestro idioma. No, lo bochornoso resulta que niños, jóvenes, adultos, la fanaticada toda, arrastre y hasta edulcore el desliz en las plataformas, sobre todo en las redes sociales.

Tan sonado ha sido el caso, que la mismísima Real Academia Española (RAE) en su página oficial de Twitter, aclaró a un sinnúmero de internautas sobre la correcta escritura del vocablo popularizado por el señorito Anuel: “Se escriben con «c» ante «e», «i» las palabras que contienen los interfijos «-c-» o «-ec-» antepuestos a ciertos sufijos que empiezan por «e» o «i» como el diminutivo «-ito/a». Por tanto, «bebecita» (de ‘bebé’) debe escribirse con «c».”

No dude usted que a despecho de la aclaración de la RAE, los fanáticos continúen escribiendo incorrectamente cuanta “bebecita” exista; porque —ya lo dijo Voltaire hace siglos—: “Cuando el fanatismo ha gangrenado el cerebro, la enfermedad es incurable”.

El término mal empleado es el sello de identidad tanto para Anuel AA como para su compañera Karol G, seudónimo de Carolina Giraldo Navarro, quien no perdió el tiempo para, incluso, crear una línea de ropa masculina y femenina que lleva plasmada las frases más populares de sus canciones. En los perfiles de Instagram, sus seguidores pueden observar su mercachiflería e incluso comprarla con la palabra mal escrita.

Pero el dilema no es solo ortográfico, va mucho más allá: está frente al gusto de las masas, y cómo ese arrebato ciego por laudar a un individuo que es capaz de alegar una frase tan burda como: “Hice tanto dinero que la humildad ya ni se ve”, ha llegado a ser el cantante más escuchado en España durante 2019, en la multiplataforma musical sueca de Spotify.

Yo te hago el amor bien rico, /Y te aprieto la mano (La mano), /Bebé, ya son como las cuatro y pico, /Pero pa’l sexo es temprano (Temprano): así pregona junto a Karol G en Secreto, uno de los éxitos masivos de 2019. Sin embargo, para nadie es un secreto que las más de 9 millones de visualizaciones que tiene el video homónimo en Youtube, se deben precisamente a la falta absoluta de “humildad”, que jamás han tenido los autores.

Las gafas intocables, los anillos deslumbrantes, las cadenas enroscadas en cuellos y brazos; celulares, ropas de marca, uñas de acrílico de 10 centímetros, autos voladores, jets privados… todo como sazón en un caldo que a miles de youtubers parece fascinarle.

De Archivo || Reguetón

Imposible el celibato, sin ti me mato, /Y de tu cuerpo soy un tecato, /Bebé tú eres mía, yo no comparto (Uah), /Y siempre te rompo to’a en mi cuarto, bebé. Habría que extraer, de los 5 millones de likes otorgados al video, cuántos de ellos pertenecen a mujeres que les gusta que las “rompan to’as” en sus cuartos, con todo el sentido que conlleva la frase. Es muy triste el caso, sobre todo encaminado al plano femenino.

Al mimar la reguetonera boricua a su compañero en todo el video, escupe a cuanta lucha plausible ha existido contra el oprobio, el autobombo y el alarde de la figura masculina en la historia. Y tan ingenua continúa siendo la “bebecita del reguetón” que ha lanzado un video en el que arguye haber empoderado con él a las mujeres: En mi cerradura ya no entra tu llave –entona Karol en Mi cama suena, de 2018– Esa calentura que otra te la apague.

¿Empoderar? Tendrá la RAE que tuitear nuevamente y aclarar otro tipo de errores, esta vez apegados más a la semántica y la pertinencia de los conceptos.

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Delvis Toledo De la Cruz

Licenciado en Letras por la Facultad de Humanidades de la Universidad Central "Marta Abreu" de Las Villas en 2016.

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