Alexis, el de “Los Pinos” (+ Galería)

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Alexis Rodríguez Alfonso es un joven productor de la finca Los Pinos, ubicada a unos cinco kilómetros de Santa Isabel de Las Lajas, capital del término municipal perteneciente a la provincia de Cienfuegos, una sociedad familiar con capacidad total de 5,13 hectáreas de tierra, sembradas de viandas, hortalizas y vegetales, y un mínimo de frijoles.

El patriarca familiar, José Antonio Rodríguez Espin, conocido por aquellos lares como El Chino, casi ha cedido la administración de la parcela —asociada a la cooperativa Abel Santamaría— a su hijo, quién tiene conocimientos de ciencia y técnica y los aplica en el surco.

“Tenemos una yunta de bueyes para labrar el campo, y para su cuidado pagamos un custodio, porque óigame, el robo de animales ha hecho mucho daño en los alrededores”.

“En un inicio nos dedicamos al cultivo de las flores de manera exclusiva, pero fuimos incorporando otros cultivos, para diversificarnos”, comenta Alexis mientras caminamos por los terrenos de Los Pinos, en una improvisada visita periodística no planificada, y el fango del rocío y la reciente lluvia se pega a mis zapatos destinados a coberturas urbanas, porque no traigo mis socorridas botas.

El Chino, Patriarca de los Rodríguez, asesor de Los Pinos./Foto: Magalys Chaviano 

“Contamos con un sistema de riego, pero la sequía fue dura, y el agua no alcanzó para cubrir toda el área sembrada; la cosecha de tomates resultó buena, porque a este cultivo el agua lluvia lo daña y lo favorece la seca climatológica, aunque lo regamos.

“Un hectárea del total se beneficia con riego por aspersión, pero figúrate, las mangueras están amarradas con ligas, alambres y cuanta cosa hay, y no podemos estar moviendo mucho el sistema de un área a otra, para que no se desarme, si contáramos con tecnología de seguro otro gallo cantaría en Los Pinos.

“A pesar de que esta tierra no tiene suficientes nutrientes, hemos logrado recoger frutos; ajíes, maíz, yuca, cebollas, tomates, entre otros. Cuando la adquirimos por herencia de mis abuelos, estaba pobre, y desde entonces la hemos enriquecido con materia orgánica y cachaza”, dice y señala para la materia prima que trasladaron desde el central azucarero más cercano, el “Caracas”, resultante de su última producción de azúcar.

Alexis, tempranito en la mañana y sin cambiarse de ropa para el trabajo, cuenta a la prensa sobre cómo hace parir la tierra./Foto: Magalys Chaviano 

¿Durante los picos de cosecha contratan personal? Porque veo mucho ají listo para recoger, ya maduros en las matas, picantes y de la variedad conocida como cachucha, muy demandada en la cocina criolla.

“No, qué va, no podemos pagar a trabajadores, la economía se nos iría al piso, recabamos la cooperación familiar y así todo queda en casa. Aportamos a la economía doméstica, somos tres hermanos, y los viejos, pero contribuimos con productos a la Feria en Santa Isabel de Las Lajas, algo para la ciudad de Cienfuegos, y aportamos un poco a la mini industria de la Cooperativa”.

Atrás dejamos a Alexis, un muchacho de campo que conoce la tierra, y la hace parir a fuer de conocimientos de ciencia y técnica, y con sus propias manos, comunicativo y dadivoso, que ya en la despedida me regala un puñado de ajíes cachucha para que pruebe lo que producen en Los Pinos, porque el sabor también hace fe.

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Magalys Chaviano Álvarez

Periodista. Licenciada en Comunicación Social.

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