Alexander Brito: “La prosperidad debe ser sostenible”

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Deprime el bolsillo, desmotiva al obrero, provoca disímiles conflictos, y a la vez, nos deja siempre una pequeña abertura a la esperanza, aprovechándose de la incierta condición del futuro. Tema peliagudo, la economía es, posiblemente, el mayor débito de nuestra sociedad, un laberinto del que intentamos salir desde hace tiempo, sin éxito todavía.

Hablar sobre ella, estudiarla, contribuir al anhelado esplendor, supone para Alexander Brito Brito motivo de realización personal, pero, sobre todas las cosas, configura una parte significativa de su responsabilidad social como profesor universitario, máster en Administración de Negocios y presidente provincial de la Asociación Nacional de Economistas y Contadores de Cuba (Anec) en Cienfuegos.

¿Por qué, si existen tantos profesionales para pensar la economía, aún no se dispone de un mecanismo que posibilite el desarrollo del país?

“Yo pienso que el camino está. Los documentos aprobados llevan ya un período de vida superior a los cincos años y marcan el rumbo. Nos toca aunar a los profesionales de las Ciencias Económicas en función del objetivo común: lograr el desarrollo próspero y sostenible. Hoy muchos niegan el ejercicio, no quieren asumir cargos; eso no les impide identificarse, hasta cierto punto, con los problemas del territorio o, al menos, con los de su radio de acción.

“A la organización le corresponde colocarlos en el centro del conflicto, pues la política define qué hacer; el cómo incumbe a cada economista. Claro, también el directivo debe verlo no como un enemigo que registra los hechos y procesos en cada entidad, sino en rol de aliado para alcanzar los niveles de control y eficiencia pretendidos”.

Desde su perspectiva, ¿considera entonces la economía un campo disperso?

“Mira, en cualquier caso es el campo donde caen todas las pelotas. Muchos profesionales no desean estar en la posición donde se batee demasiado porque carecen de pegada, tienen miedo de ocupar la base y perder la bola, quedar mal, cometer error. He ahí el dilema. Además, existe la visión de que los problemas más fuertes involucran a los departamentos económicos, cuando en realidad ocurren y se gestionan en los procesos. Ello desalienta a las personas. (…) Al ser humano siempre lo marcan las cosas malas, o sea: el hecho de saber que, casi siempre, quien paga la culpa es el totí, que no come arroz”.

“El cometido de la Anec consiste en preparar, capacitar y favorecer la asimilación de tecnologías de avanzada, con el propósito de sumar al sector profesional a la batalla por sacar adelante la economía. Nuestros asociados en el país sobrepasan los 80 mil, y en Cienfuegos los cinco mil, cerca del 85 por ciento del potencial total de la provincia”.

¿Qué participación real tiene la Anec en la actualización del modelo económico cubano?

“Primero, contribuir a la cultura económica de la población, con mucho por aprender todavía. Algunos creen saberlo todo, pero no es así. Persisten términos ambiguos e inciertos para la gente, lo cual genera contradicciones que, en determinadas circunstancias, se convierten en el origen de un problema. También colaboramos en los controles internos y apoyamos a las empresas con deficiencias en evaluaciones anteriores.

“Al estudiante, lo instruimos en la historia económica de Cuba y del territorio nuestro en particular, con la finalidad de que conozcan cómo ha sido la evolución y las perspectivas de desarrollo. Por otra parte, trabajamos en la creación de un observatorio científico nacional para conseguir la socialización de la ciencia producida a lo largo del archipiélago, y así compartir experiencias en materia de investigación”.

Aunque la iniciativa privada aún no tiene un impacto notable en el auge económico de la nación, se observa cierta prosperidad en los proyectos individuales y la consiguiente apertura de brechas sociales ¿La desigualdad resulta acaso proporcional al desarrollo?

“El término prosperidad no es constante. Para ti puede tener una explicación, y para mí, residente en San Fernando de Camarones, otra. Por ejemplo: si cada media hora hubiera una guagua para salir del pueblo. El término difiere; por lo tanto, no percibo una vinculación del desarrollo con las brechas. Al final, la población solo busca la forma de poseer fuentes de ingresos.

“Ahora bien, cuando vas a los servicios sociales, lo derechos prevalecen: nos montamos en el mismo ómnibus y disponemos de igual acceso a los hospitales, escuelas; hay un conjunto de lugares donde se mantiene una equidad de derechos y poderes. Lo cuestionable sería si la generación de ingresos tuya proviene de actividades ilícitas. (…) Nosotros, la Anec, no tenemos nada contra los cuentapropistas; al contrario, les abrimos las puertas”.

Con regularidad el cubano escucha de sobrecumplimientos, inversiones, récord de turistas, crecimiento económico…Sin embargo, pocas veces estas noticias repercuten en el bienestar del trabajador. ¿Por qué?

“Por falta de conocimientos y cultura en ocasiones, de ignorar la interacción entre un indicador y otro. (…) En la economía median factores diversos, es muy rica, y no basta un simple cálculo matemático. (…) Por supuesto, al sentir el peso en el bolsillo, y eso exigirnos un esfuerzo extra, uno tiende a pensar. El asunto demanda el razonamiento lógico de los elementos financieros, económicos y contables.

“Nunca antes en la historia de la Revolución se concretó un programa de desarrollo nacional de la magnitud del actual, bien fundamentado en lo científico, asequible. Nosotros habíamos cumplido determinados objetivos desde el punto de vista social; desde lo económico jamás el país se había atrevido a tanto. Quizás mañana el entorno cambie, pero el interés está muy claro”.

¿En qué sentido es posible una Cuba próspera y sostenible?

“La prosperidad implica mejor calidad de vida, situación laboral, social, aunque se comporta diferente según el contexto. Cada cual debe definirla, incluso, dentro del propio plano personal. Ya la sostenibilidad depende de poder hacer de manera sostenible en el tiempo, sin necesitar de algo externo para mantenerla. Se trata de conseguir que los procesos empleados en lograr la prosperidad sean sostenibles”. En la búsqueda de ese ideal, el gobierno cubano apuesta por su consecución, a la espera de que, con los años, la economía se sienta en nuestro bolsillo.

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Roberto Alfonso Lara

Licenciado en Periodismo. Máster en Ciencias de la Comunicación.

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