Al mango, le zumba

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¿Por qué no considerar al mango rey de las frutas tropicales en Cuba? El trono, a mi juicio, le corresponde por derecho propio. En primer lugar porque estamos en presencia de un manjar que a cualquiera le hace la boca agua no más contemplar una buena y suculenta tajada; en segundo término habida cuenta sólo en nuestro archipiélago se conocen más de 200 variedades, como para satisfacer todos los gustos, incluso con sabores parecidos a las de otros congéneres.


Entre los más famosos por sus cualidades gustativas están los bizcochuelos, abundantes en las zonas orientales del país; los chinos, filipinos, mangas blancas y amarillas (o de chupar) y los que popularmente llamamos Jay —derivado de la pronunciación inglesa de la variedad Haden. Mundialmente uno de los más apreciados es el de Manila.

Se le atribuye a la India el lugar de origen. Y como dato curioso agregar que Brasil fue el primer país de América en cultivarlo, llevado allí por los portugueses en el siglo XVIII. Del gigante suramericano pasó luego a Las Antillas y México.

De los valores alimenticios de este delicioso bocado de la naturaleza, mencionar el contenido de vitaminas A y C que posee, además de la presencia de abundante fibra, fructosa y azúcares. De ahí que se aconseje ingerirlo maduro, fresco y sano, o lo que es lo mismo, en su estado natural, preferiblemente como aperitivo antes de las comidas.

Árbol parido de mangos.

Sin embargo, hay quienes lo prefieren en jugos o batidos con leche, formas en las que también resultan muy nutritivos, si consideramos que tomar estos líquidos, como el de otras frutas, regularmente estimula el metabolismo, a la par de aumentar nuestra resistencia a las infecciones y el estrés.

Medicina natural

Justo es reconocer las propiedades medicinales del mango, sobre todo las preventivas. Tal es así, que se ha ganado el mérito de considerarse la fruta del corazón, pues resulta un excelente bocado para evitar las cardiopatías, al tiempo que ayuda al funcionamiento de las válvulas arteriales. Además se le atribuyen propiedades en su acción laxante y diurética.

Partes de la fruta soasadas con miel de abeja deviene buen expectorante. Para preparar tal jarabe, se toma una sartén limpia, se cubre con tajadas y luego le agregan dos cucharadas del néctar antes de colocarla a fuego lento por media hora. Tan eficaz será el almíbar resultante como las rebanadas.

Ahora bien, no solo la carnosa masa del mango aporta enormes beneficios a la salud humana. Resulta que de un tiempo a la fecha científicos cubanos han experimentado, con mucho acierto, en productos elaborados a partir de extractos derivados de la corteza del árbol.
En las farmacias cubanas pueden adquirirse varias de las modalidades en seis formulaciones: tabletas, jarabes, cremas, ungüentos, extractos e infusiones, producidos, fundamentalmente, en los laboratorios del Centro de Química Farmacéutica (CQF) y de la Empresa de Laboratorios Biológicos y Farmacéuticos (Labiofam).

Nace el Vimang

El Vimang, nombre comercial del producto, tiene una singular historia. A mediados de la década de 1990, la industria farmacológica cubana, acosada por la crisis económica, comenzó a estudiar las posibilidades de la medicina natural y tradicional. La génesis de la investigación partió de la experiencia del marinero retirado Eleuterio Páez, quien había heredado de su padre la práctica de fabricar una “fórmula maravillosa”, según sus vecinos, con la cáscara del mango.

Como parte de esos estudios, el CQF envió a un grupo de expertos a la vivienda de Eleuterio para examinar los efectos del compuesto, el cual, según amigos y vecinos, mejoraba la calidad de vida en casos severos de cáncer y otras patologías.

El Vimang se oferta en diferentes variedades.

La fórmula fue sometida entonces a numerosos estudios farmacológicos. Y esos exámenes indicaron que, si bien no es un medicamento, la sustancia posee propiedades naturales muy beneficiosas. Incluso, los resultados fueron asombrosos: provocaron mejoras de hasta en un 58 % en el estado antioxidante de las personas; aumentos del apetito con un incremento de peso hasta de un 65 % y un incremento sustancial de las células CD-4 del sistema inmunológico, que son las más afectadas por el virus del sida.

La fama del producto se extendió con rapidez entre los cubanos y más allá de las fronteras de la Mayor de Las Antillas. La fórmula fue patentada en 19 países, entre ellos Francia, México, Brasil, Italia y China.

Las investigaciones dan cuenta de que la terapia antioxidante con Vimang en la atención primaria de salud constituye una posible alternativa para el tratamiento eficaz, adyuvante o no, de enfermedades relacionadas con el estrés oxidativo o componentes de dolor e inflamación. También en la atención al adulto mayor, el tratamiento de la displasia de mamas, leve o moderada, y el tratamiento de dermatopatías.

El extracto de la cáscara del tronco de mango (ECAM) se obtiene a partir de la corteza fresca de 16 variedades de esta planta, ampliamente distribuidas en Cuba, con un impacto ambiental muy bajo. Los árboles no resultan dañados por la citada práctica, la cual se puede repetir cada 2 ó 4 años, según la variedad, de acuerdo con estudios de campo realizados entre 1994 y 2004.

La composición química del ECAM, tanto orgánica como inorgánica, muestra que su componente mayoritario es la mangiferina (MF), una xantona glicosilada, y tiene una concentración de calcio y selenio adecuada a las dosis diarias recomendadas para alimentos. Se han identificado también polifenoles (ácido gálico y derivados), flavonoles (catequina, epicatequina y quercetina), terpenoides biológicamente activos, azúcares libres (galactosa, glucosa, arabinosa y fructosa), polialcoholes (sorbitol, xilitol y mioinositol) y ácidos grasos, de los cuales más del 60 % son poliinsaturados (oleico y linoleico).

Otros elementos importantes presentes en el ECAM, además del calcio y el selenio, son el cobre y el zinc, cuya participación en procesos de la cascada inflamatoria e inmunorreguladora han sido descritos en la literatura médica de una forma amplia.

El extracto ha sido utilizado tradicionalmente en la medicina natural en muchos países para el tratamiento de la menopausia, diarrea, sífilis, diabetes, escabiosis, infecciones cutáneas, anemia, entre otras, según se registra en la Base de Datos de Productos Naturales Napralert (Univ. Illinois, EE.UU.).Su uso es reconocido desde hace más de 200 años.

Para que vea, un vecino aquejado de polineuropatía a principios de la década de los años 90, en el pasado siglo, apenas podía caminar auxiliado de dos muletas. Probó con una poción recomendada hecha con corteza del árbol del mango macho, chino, amarillo y blanco, y en poco tiempo anduvo tan ligero como un adolescente.

La receta aportada por el coterráneo es bien sencilla: 100 gramos de cada una de las cáscaras en dos litros de agua. Se pone a hervir hasta que el volumen se reduzca a un litro. Luego, ingerir una cucharada del líquido resultante antes del desayuno y de cada comida.

Del mango se puede hablar

Confieso que hasta que conocí de los innumerables beneficios del mango, tenía el criterio solo de sus bondades alimenticias, degustado en tajadas, almíbar, jugos y batidos. Sin embargo, encontré recetas novedosas sobre la fruta en el folleto Del patio familiar a la cocina, de los autores Vilma Figueroa y José Lana, un manual que todos debemos tener a la mano.

En la citada bibliografía, entre otros útiles consejos, se describen los procedimientos para elaborar una salsa de mango que a continuación pongo a su consideración: seleccionar frutos verdes o pintones, preferiblemente de variedades de poca fibra (chinos o Jay). Cortarlos en tajadas sin pelar, y cocinar en poca agua. El tiempo de cocción puede ser de dos a tres minutos, una vez que el agua hierva. Luego, los trozos se dejan refrescar antes de extraer la pulpa con una cuchara.


La masa debe homogenizarse en una batidora o licuadora, al tiempo de añadirle sal y hojas frescas de plantas aromáticas. También puede usar condimentos secos. A toda la mezcla resultante se le agregan dos cucharadas de sal por cada litro de la salsa y se cocina por cinco minutos a partir de que comience la hervidura. Luego envasar el producto en botellas previamente estelarizadas y sellar herméticamente con chapas o tapas plásticas o de goma.
El uso en las comidas del adobo depende de los gustos de cada cual, aunque el más usual es utilizarlo para preparar algunos cárnicos y otros platos a base de vegetales y viandas.

Otra receta, esta vez recomendada en el tratamiento del acné juvenil. Para confeccionar el ungüento es necesario disponer de 10 gramos de pulpa de mango, igual cantidad de frutabomba en el mismo estado natural, y una cucharada de miel de abeja. Se revuelve hasta que compacte la mezcla y posteriormente aplicarla en el rostro por un tiempo de 20 minutos. Se retira con agua fresca. El tratamiento se hará una vez por semana.

También para hidratar la piel y endurecer la papada, muslos y bustos, puede valerse de un linimento a base de medio pepino, 12 gramos de pulpa de mango, 5 de papaya y 10 de plátano fruta. Se maceran todos los ingredientes hasta lograr una masa homogénea, la cual se aplicará durante media hora en la parte del cuerpo que se desee beneficiar. Más tarde retirar con agua.

Del refranero popular cubano, para destacar algo extraordinario, es aquella frase en son exclamativo de, “le zumba el mango”. Con razón, entonces, puede trastocarse el orden sintáctico de la frase para afirmar que “al mango, le zumba”.

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Armando Sáez Chávez

Periodista de la Editora 5 de Septiembre, Cienfuegos, Licenciado en Español y Literatura y Máster en Ciencias de la Educación

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