Ahorrar energía eléctrica, un imperativo

Compartir en

Tiempo de lectura aprox: 2 minutos, 30 segundos

La disponibilidad de energía eléctrica es de suma relevancia para el desarrollo de la sociedad. Y en la etapa veraniega resulta indispensable en una zona tropical, como la nuestra. Los apagones de la semana anterior debido a dificultades y mantenimientos en las termoeléctricas cubanas— dieron buena fe de cómo nos transforma la vida la falta de luz.

El mejoramiento de la existencia se lo debemos en parte al uso de este recurso. Por consecuencia, un empleo racional del mismo coadyuva no solo a contar con todas las comodidades necesarias en el hogar; sino también a la prosecución del desarrollo industrial del país.

El ahorro de portadores energéticos representa un concepto clave en el avance hacia un desarrollo sostenible y en la no erogación de divisas en la compra de combustibles a altos precios en el mercado internacional.

La mayor parte de la generación de electricidad en Cuba se realiza con combustibles fósiles; su costo para el país, entonces, está influenciado por el precio del petróleo. La necesidad de ahorrar energía eléctrica cobra mayor importancia, porque reduce el consumo de esos combustibles.

Contrario a cuanto lo que algunos creen, en el país todavía existen muchas potencialidades para hacerlo, en diversos frentes. La energía que se derrocha —por negligencia o descuido—, en entidades públicas o particulares, es dinero contante y sonante que podría ahorrarse solamente a través de una acción tan sencilla como un click.

No resulta el instar a consumir menos un lugar común, tópico o perorata contraproducente en tiempos de tanto calor. Es algo a lo cual obliga la propia realidad, constatable al apreciarse la realidad diaria del gasto innecesario en empresas, fábricas, organismos, hogares…

Todavía existen entidades grandes consumidoras en la provincia que poseen las condiciones para, sin que ello vaya en desmedro del cumplimiento de su cometido económico, producir más con menos energía: por supuesto, no esa invertida en la continuidad del ciclo productivo, sino la desperdiciada en horarios de inactividad, cuando suelen continuar encendidas luces, pasillos y hasta máquinas que debían estar apagadas desde hace buen rato.

Más que solo necesario, en realidad se torna imperativo apagar las luces y desconectar los enchufes cuando no se utilicen, utilizar bombillas de bajo gasto energético, hacer un uso racional de los equipos en el hogar, en procura de alternativas que permitan economizar el consumo de energía.

En el ámbito doméstico, el ahorro de electricidad permite ahorrar dinero que puede ser destinado a cubrir otras necesidades de la familia. Tal práctica alarga la vida útil de los equipos eléctricos presentes en los hogares y los de los centros de trabajo. A rango nacional, el ahorro de electricidad posibilita aumentar la intensidad energética y la eficiencia de los procesos en las organizaciones de distintas esferas. Lo anterior se traducirá, con carácter ulterior, en beneficios para todos, habida cuenta de que pueden destinarse recursos financieros a otros sectores de la economía nacional de elevado impacto social.

En el ámbito doméstico, el ahorro de electricidad permite ahorrar dinero que puede ser destinado a cubrir otras necesidades de la familia.
En el ámbito doméstico, el ahorro de electricidad permite ahorrar dinero que puede ser destinado a cubrir otras necesidades de la familia.

La Oficina Nacional para el control al uso racional de la energía propone algunos consejos para alargar la vida útil de los equipos y contribuir al ahorro de electricidad. Uno de estos induce a que usted seque bien el fondo de su olla arrocera y cuando tenga todo listo conéctela a la corriente. Trate de cocinar fuera del horario pico, puede lograrlo si el primero que llegue al hogar prepara el arroz, pues la olla lo mantendrá caliente y no perderá nutrientes.

En cuanto al refrigerador, verifique que la puerta esté bien cerrada, pues trabaja con eficiencia cuando se abre lo menos posible. Descongélelo con regularidad y no introduzca alimentos calientes.

El Programa de Ahorro Energético en Cuba (PAEC) tiene entre sus objetivos la educación de las nuevas generaciones en la cultura del ahorro. Esta es una acción que de inmediato puede brindar resultados en el seno familiar, pero tiene una concepción a más largo plazo y resulta estratégica, pues de lo que se trata es de crear una verdadera cultura del ahorro en la población.
En ello trabaja además el Ministerio de Educación. Son los docentes en sus aulas de primaria, secundaria, educación técnica y de los pedagógicos quienes precisan transmitir un mensaje de tanta connotación a sus pupilos; no como una asignatura, sino vinculado a los contenidos de las materias mediante una acción práctica y conectad a la realidad cotidiana.

Visitas: 782

Julio Martínez Molina

Licenciado en Periodismo por la Universidad de La Habana. Periodista del diario 5 de Septiembre y crítico audiovisual. Miembro de la UPEC, la UNEAC, la FIPRESCI y la Asociación Cubana de la Crítica Cinematográfica

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *