Agricultura sostenible en Juanita 2

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Las universidades cubanas se implican hoy en múltiples tareas en la lucha contra la Covid-19: apoyan el sistema de Salud, diversos sectores de la economía y el trabajo social en las comunidades. En este sentido participan en labores de la agricultura sostenible en un patio particular en calle 63, cerca de la fábrica de conservas Los Camilitos, en el municipio de Cienfuegos.

En el Consejo Popular Juanita 2 el contingente Jóvenes por la Vida se organiza vinculado al perfil profesional de cada carrera. Estudiantes de primer año y profesores adiestrados de ingenierías agrónoma y veterinaria de las Universidades de Cienfuegos y Villa Clara, acompañados por Lázara Rosalía Burke Cordero, presidenta del Consejo Popular, se integran a jornadas de trabajo productivo y de mesa junto al dueño, sus hijos, esposa, trabajadores de cultura y el Inder.

Agricultura sostenible Cienfuegos

Ante la tarea de hacer un trabajo científico en la granja que aporta actualmente al Sistema de Atención a la Familia (SAF) y al Centro de Especialidades Ambulatorias vegetales y viandas, se comenzó con la caracterización del patio. Dirigidos por el profesor Nelson Valladares, los estudiantes Cristian Alejandro Acosta Hiraola y Daniel Díaz Valentín, describen el terreno y realizan inventarios de las especies de plantas y animales existentes. Como parte del diagnóstico, también escucharon el objetivo de ayudar con el aporte de carne a mejorar la alimentación del hospital que atiende enfermos de Covid-19.

 

Resultó una necesidad urgente aportar normas de convivencia ante la diversidad animal y vegetal. Entre otras medidas, confinar los pollos con sus crías para evitar que se coman los cultivos y propaguen parásitos. La intervención de los veterinarios resultó decisiva en la selección de los conejos de la raza pardo cubano, resistente a los cambios climáticos, de alimentación y debido a que producen una carne de mayor contenido proteico para bridar a las instituciones del Consejo Popular.

Además, la brigada toma parte en actividades productivas de recogida de desechos no biodegradables y la explicación en la práctica de cómo hacer un compost para fertilizante. Se ha trabajado la socialización y popularización de bibliografías como el Manual de organopónicos para determinar cómo construir los canteros y hacer más efectivo el riego. Esta experiencia ha demostrado que sí se puede llevar la agricultura sostenible a nuevos espacios para la formación de profesionales comprometidos con el proceso social cubano.

 

*En coautoría con Claudia Teresita Castellón Moya. Ambas autoras son profesoras de la Universidad de Cienfuegos

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