¡Ábrete, sésamo!

Compartir en

Tiempo de lectura aprox: 3 minutos, 53 segundos

Esta frase era la fórmula mágica para abrir una cueva en el cuento de Alí-Babá y los 40 ladrones, uno de los más famosos de Las mil y una noches. Alí, un leñador de Arabia, descubre en el bosque donde cortaba madera, por casualidad, a una banda de ladrones visitando la cueva donde esconden su tesoro.

La cerradura de su escondite era un sello mágico que sólo se activaba con las palabras “Ábrete, Sésamo” y “Ciérrate, Sésamo”. Después de que los ladrones se marchan, nuestro hombre entra en la cueva y se lleva parte de la riqueza a casa.

Hoy en día esta palabra mágica es utilizada de manera cotidiana cuando se hace referencia a la apertura de una puerta o sencillamente como contraseña. Desde el punto etimológico, el Pequeño Larousse de la Lengua Española define a la palabra por alegría.

El sésamo en cuestión es una planta cultivada por semillas ricas en aceite, que se emplean en gastronomía, como en el pan para hamburguesas. También es usado para hacer dulces. Su nombre científico es Sesamum indicum, aunque la mayoría de las personas la identifican como ajonjolí.

Desde hace miles de años se cultiva en zonas tropicales. Una leyenda cuenta que cuando los dioses se reunieron para crear el mundo bebieron vino elaborado con la simiente de esa planta.

La historia también alude a que era consumido por las mujeres de la antigua Babilonia (en una mezcla con miel) para prolongar la juventud y la belleza. En tanto, los soldados romanos la comían para tener más fuerza y energía durante las prolongadas campañas bélicas.

Además de leyendas

Misticismo aparte, lo cierto es que estas pepitas contienen una amplia variedad de principios nutritivos de alto valor biológico. Tienen un 52 por ciento de lípidos, de lo cuales el 80 son ácidos grasos insaturados, principalmente omegas 6 y 9, lo cual les confiere una gran eficacia en la regulación del nivel de colesterol en sangre.

Entre estos lípidos se encuentra la lecitina, grasa fosforada que desempeña una importante función en el organismo: es componente esencial del tejido nervioso, se encuentra en la sangre, el semen, la bilis e interviene en la función de las glándulas sexuales.

El sésamo es, junto a la soja, el vegetal más rico en lecitina, considerada un poderoso emulsionante que facilita la disolución de las grasas en medio acuoso, previniendo el agotamiento nervioso y cerebral. En la sangre mantiene disuelto el colesterol, evitando así su depósito en las paredes arteriales (aterosclerosis). Foto sésamo 5 propiedades

Entre los enormes beneficios para la salud humana del sésamo debe mencionarse que no contiene colesterol y es una gran fuente de proteínas y minerales, con abundancia sobre todo de cobre, manganeso, calcio, magnesio, fósforo, selenio y zinc. En tanto, es rico en vitamina B1. Por eso, médicos y nutricionistas lo recomiendan a fin de llevar una dieta variada que permita obtener los nutrientes necesarios.

Hay más: una cucharada de ajonjolí contiene 367 microgramos de cobre, esencial para sintetizar las células rojas de la sangre y el colágeno, mejorar el metabolismo de la energía, prevenir el envejecimiento prematuro, la osteoporosis y la artrosis.

En esa misma medida puede hallarse 0.221 miligramos de manganeso, el 9,6 por ciento de la dosis diaria recomendada para hombres y el 12 para las mujeres con vista a mejorar la absorción de calcio y ayudar a regular los niveles de azúcar en la sangre. Es la cantidad necesaria para el adecuado funcionamiento del sistema nervioso.

Por su lado, la misma cucharada brinda el 8,8 por ciento de la dosis diaria de calcio recomendada para hombres y mujeres, sustancia que favorece el desarrollo y la reparación de los huesos y los dientes, y disminuye el riesgo de padecer hipertensión, osteoporosis, colesterol alto y obesidad.

En cuanto al magnesio, esa misma cantidad contiene 32 miligramos del mineral, el 10 por ciento de la dosis diaria aconsejada. Con ese elemento en el organismo se reduce el riesgo de sufrir insuficiencia cardíaca, diabetes, osteoporosis y depresión.

Propiedades medicinales y culinarias

El sésamo es originario de la India y África, desde donde llegó a América transportada por los esclavos, quienes utilizaban sus semillas para espesar y dar sabor a gran variedad de platos. En los estados sureños de EE.UU. y en el Caribe, donde fue introducido por africanos, se le conoce mayormente por su nombre en lengua Mandé: benne.

Desde el punto de vista medicinal, el sésamo alivia el dolor de la reuma, apoya la salud vascular y respiratoria, mejora el vigor de los huesos, ayuda a prevenir las migrañas y contribuye a bajar el colesterol malo, como ya se apuntó anteriormente.

Por su lado, estudios científicos han demostrado que se trata de un alimento de gran calidad, alcalinizante de la sangre, energético, mineralizante, reconstituyente muscular y nervioso, potenciador de la memoria y las facultades intelectuales, protector circulatorio y laxante. Está indicado para combatir estados carenciales como osteoporosis, debilidad ósea, pérdida del cabello, caries, encogimiento de las encías y debilidad pulmonar.

Asimismo se ha comprobado su utilidad frente a problemas nerviosos, a señalar, el agotamiento, estrés, pérdida de memoria, depresión, irritabilidad, insomnio. Es un excelente complemento nutritivo para personas sometidas a gran actividad mental o intelectual.

También ayuda a soportar exigencias físicas como la práctica deportiva, el embarazo, lactancia o períodos de convalecencia. Como sumatoria de estas virtudes se explican sus tradicionalmente reconocidas características afrodisíacas, pues ayuda a mantener la capacidad sexual.

Plantación de sésamo en flor
Plantación de sésamo en flor

Actualmente, son de las semillas oleaginosas más utilizadas en la cocina y repostería internacional, sobre todo en la oriental. Se emplea frecuentemente como una especia de acompañamiento de platos y como producto elaborado. En el arte culinario asiático es frecuente el uso del aceite de sésamo.

Existen muchas maneras de consumir las versátiles semillas del también conocido en Cuba como ajonjolí. Además de aprovechar sus magníficas propiedades, se puede disfrutar de su exquisito sabor, tanto en preparaciones saladas como dulces.

Si bien lo ideal es ingerir las pepitas crudas, es muy difícil extraer su riqueza interna, pues se requeriría una excelente y meticulosa masticación. Por ello es tan recomendado el popular gomasio, que se logra con un ligero tostado de los granos, los cuales luego se muelen y mezclan con sal marina.

Otra antigua forma de consumir el sésamo es a través de pastas que se forman con la harina de las semillas molidas. Si se mezclan con agua, obtenemos el tahin; si se mixturan con miel de abejas, se logra el halva, exquisita pasta dulce y energética, ideal para niños y adolescentes. En ambos casos el resultado es un excelente concentrado de energía y vitalidad, que puede consumirse a cucharadas, untado, o combinado con otros alimentos.

Con todas esas buenas cualidades es obvio que debemos dedicar más atención a este tesoro culinario, muchas veces desdeñado o poco usado en nuestra dieta. Luego, por tantas bondades, nada desechable sería acudir a la fórmula mágica: ¡Ábrete, sésamo!

Visitas: 209

Armando Sáez Chávez

Periodista de la Editora 5 de Septiembre, Cienfuegos, Licenciado en Español y Literatura y Máster en Ciencias de la Educación

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *