Estampas pretéritas y comunes desde Andreíta (+ Fotos)

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A solo 2,9 kilómetros de la cabecera municipal de Cruces se hallan las áreas del otrora ingenio azucarero Andreíta, del que solo quedan contados vestigios materiales.

Muchas de aquellas fábricas —como resulta conocido—, devinieron centrales durante las postrimerías del siglo XIX en la provincia de Cienfuegos, y fue a partir de entonces, cuando se construyen en sus alrededores las principales edificaciones que los caracterizaron como emporios de un momento histórico efervescente.

Andreíta específicamente —hoy asentamiento poblacional Mal Tiempo—, fue de los últimos en fundarse; posterior a sus vecinos San Francisco (1839), Hormiguero (1839), Caracas (1862) y San Agustín (1868), entre los cuales resalta por haber surgido al amparo del magnate Laureano Falla Gutiérrez, desde el año 1884.

Obviando la torre de más de 40 metros, una de las estructuras que destaca al entrar al poblado es un insólito inmueble, que en otros tiempos fungía como almacén del central.

Al revisar la literatura disponible, nos encontramos con el arquitecto Daniel Rodríguez Eguiguren, quien asevera que tales construcciones constituían “un anexo adjunto e independiente al propio edificio industrial. En su mayoría (…) presentan plantas rectangulares de dimensiones variables, espacio único y altos puntales que dependen fundamentalmente del tipo de producto a almacenar”.

En su trabajo de diploma, realizado entre 2007 y 2008, expone que de manera general, las fachadas en ellos tienden a ser apaisadas y ausentes de decoración o divisiones internas. Por eso, el caserón vetusto que funcionó como almacén del ingenio-central Andreíta hace 112 años, resulta notable porque presenta dos niveles, cuya planta alta se intuye haya servido como vivienda, además de presentar ciertos elementos decorativos de influjo neoclásico.

El segundo nivel continúa siendo una vivienda./Foto: Delvis Toledo de la Cruz

La centenaria estructura, ubicada a la izquierda de la moderna Industria de Silos de Mal Tiempo, ofrece un contraste sin par en toda la comarca.

A pesar de su estado ruinoso, se puede comprobar que por los accesorios colocados en el lateral derecho —menciónese una escalera metálica, tendederas y antenas de televisor en las ventanas—, siguen viviendo personas en su interior y en los alrededores de la planta baja.

Otro de los aposentos que corre igual suerte, ligado a las faenas productivas de los albores del siglo XX, es un pabellón que en aquel entonces, servía para acoger parte de la fuerza laboral destinada a la siembra y el cultivo de la caña.

El segmento más notable se alza frente a las vías del viejo carahata de Mal Tiempo, el cual establece las diferencias —haciéndola excepcional— dentro del compendio de edificaciones con usos semejantes en la provincia.

Imágenes tomadas en 2007 del almacén y el pabellón-albergue de obreros, respectivamente. /Foto: Daniel R. Eguiguren

Su portal, de tipología ecléctica, conserva además “algunos elementos decorativos en el resto de sus fachadas, como las platabandas que delimitan los vanos (…)”, apunta Eguiguren en su investigación.

Ha pasado poco más de un siglo y —semejante al segundo piso del almacén—, el pabellón-albergue mantiene su antiguo objetivo. Por increíble que le haya parecido al autor de este trabajo mientras hacía el recorrido, viven perpendicularmente al largo pasillo —cual colmena humana—, una decena de personas, aun cuando la edificación carece de condiciones habitables.

Pero Mal Tiempo no es el único ejemplo donde sus pobladores han metido y adaptado sus vidas hacia el interior de los desgastados cimientos del pasado. No.

El caso es que en todos esos ingenios-centrales que hoy conforman bateyes, se dibujan innumerables estampas más o menos extraordinarias y parecidas, ligadas a la cultura arquitectónica de cada sitio. Son en su mayoría tristes, pero aun así, quedan como memorándum a cielo abierto, dispersos en nuestra geografía.

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Delvis Toledo De la Cruz

Licenciado en Letras por la Facultad de Humanidades de la Universidad Central "Marta Abreu" de Las Villas en 2016.

4 Comentarios en “Estampas pretéritas y comunes desde Andreíta (+ Fotos)

  • el 5 mayo, 2021 a las 5:16 pm
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    Constituye una necesidad salvaguardar estos bateyes que encierran tanta historia.

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    • el 6 mayo, 2021 a las 9:42 am
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      Así mismo es. Pero muchos sufren del fatalismo geográfico y quedan en el olvido total.
      Cada municipio debiera tener en alta estima estos lugares y potenciar desde ellos el turismo histórico y rural.

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  • el 16 abril, 2021 a las 10:11 am
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    La preservación del patrimonio histórico azucarero es importante para conservar los primeros pasos en el desarrollo de la industria azucarera cubana

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    • el 18 abril, 2021 a las 12:31 am
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      Así mismo. Pero justamente eso es lo que no se hace: hay muy poco empeño en rescatar lo que aun perdura. Sobran excusas y falta el deseo.
      Gracias x su lectura.
      Delvis

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